(APe).-
Las madres y las maestras de las víctimas del narcotráfico de las
provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, denuncian –desde hace
años- la dimensión del negocio que convierte a sus hijos y alumnos en
consumidores consumidos, matados y matadores sin sentido. Es un dato del
presente. De un tiempo que tiene, sin embargo, una larga historia de
silencios, complicidades e impunidades.
Un negocio que viene de
arriba hacia abajo y carga alforjas de dinero desde abajo hacia arriba
mientras que en las calles queda la sangre joven derramada. Es el nuevo
circuito de dinero fresco que tiene el capitalismo. Arma económica y
política: junta millones y millones de pesos y exilia decenas y decenas
de pibas y pibes de la necesidad del cambio social. Doble gran negocio
del capitalismo.
A pesar de la dimensión existencial del negocio
de sustancias prohibidas en los principales territorios de la Argentina,
la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en su
último discurso al dejar inaugurado el 131 período de sesiones
ordinarias de la Asamblea Legislativa, en el que pronunció 25.948
palabras, nunca mencionó los vocablos narcotráfico ni drogas. Una
ausencia significativa. ¿Por qué ese silencio?. ¿Por qué esa gambeta a
uno de los principales dramas que sufre el pueblo?
Por decisiones
políticas misteriosas, en agosto del año pasado dos secretarías
nacionales presentaron un conjunto de documentos e informes que hablan
del desarrollo del narcotráfico en la zona del Gran Rosario en el
juzgado del doctor César Torres, en Capital Federal.
Allí se
habla de un negocio que llega a mover hasta 2 mil millones de pesos en
un año, la tercera parte del total del presupuesto de la ciudad Cuna de
la Bandera destinado a cubrir las necesidades de un millón de personas.
Esa
enorme cantidad de dinero va a parar a las manos de un grupo de cuatro
familias que hoy manejan el negocio desde hace, por lo menos, cinco
años.
Fueron capaces de montar empresas comerciales a través de
testaferros, abogados y permisos emitidos desde diferentes organismos
gubernamentales.
Como sucede a nivel nacional, también en las
provincias el narcotráfico tiene una historia que va más allá de las
actuales administraciones e incluye distintas identidades partidarias.
En
el caso de Santa Fe, las primeras cifras oficiales del secuestro de
cocaína, por ejemplo, datan de 1988 y sostienen que entre 1973 y ese año
de referencia solamente se habían secuestrado 3 kilogramos de la
mencionada droga, a razón de 200 gramos por año. Un dibujo pero una
cifra oficial. Hacia fines de 2012, la información del gobierno de la
provincia decía que la cantidad de cocaína secuestrada ascendía a más de
400 kilogramos solamente en ese año. La distancia entre 200 gramos por
año y 400 mil gramos es de 4 mil veces. No hubo ningún negocio que
multiplicara tanto la facturación en los últimos cuarenta años.
Pero
el verdadero problema está, como siempre, en la realidad de las chicas y
los chicos que son seducidos por el dinero del narcotráfico para que
abandonen la escuela y la búsqueda de sus propios proyectos personales o
familiares.
Los papeles aportados por las dos secretarías
nacionales ante el juez Torres dicen casi con obscenidad: “La protección
de la comisaría asciende a 1500 pesos por día. Un soldadito armado
cuesta 300 pesos diarios. Uno desarmado, 150 pesos diarios. Un cuidador y
vendedor adentro del búnker cuesta 400 pesos diarios. Si es menor
cuesta 200 pesos”, apuntan las cifras. Y agrega el documento que “se
suele cortar en cuatro un kilo de cocaína de buena calidad que cuesta
6500 pesos. En esas condiciones, un ‘kiosko’ o búnker deja 25 mil pesos
por día, en ese lugar y con ese predicamento. Uno intermedio deja 12 mil
pesos por día. Aunque hay 132 kioscos geoposicionados, con el nombre
del soldadito a cargo y a qué banda pertenece, se calcula que en Rosario
operan unos 400 puestos de venta de droga”.
El narcotráfico ha
crecido en las últimas décadas en el país y en las principales
provincias. No hablar del negocio que consume la vida de los pibes o
pretender desviar las informaciones al territorio de las operaciones
políticas es casi una forma de complicidad.
Vía:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7657:el-narcotrafico-se-alimenta-de-silencios-y-negaciones-oficiales&catid=36:notas-en-el-home&Itemid=107
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