A la clase media le apasiona derrochar en sus deseos, pero odia invertir en sus necesidades.
Un cardenal que no excomulgó a Videla jamás será un papa para todas y todos. (Aforismos implicados)
“El
Bar La Dignidad fue atacado anoche por una patota de diez personas al
grito de "zurdos de mierda" y "Viva Cristo rey". Rompieron los vidrios
de la ventana que da a la calle, hubo insultos a clientes y vecinos. El
Movimiento Popular La Dignidad vincula el hecho a su protesta del día de
ayer en la Catedral metropolitana.
Repudio a la brutal
represión desatada en la noche de ayer y hasta la madrugada de hoy por
la policía metropolitana a lxs compañerxs que se encontraban manfestando
contra el cierre de la Sala Alberdi, del Centro Cultural San Martín.
Como saldo quedaron 4 compañeros heridos con balas de plomo, 2 de ellos
de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) y decenas de heridos
con postas de goma. (Agencia de Noticias Rodolfo Walsh)”
(APe).-
En una película que tuvo mucha repercusión se relataba la lucha de una
madre y de un padre para encontrar la cura de una enfermedad metabólica
que tenía el hijo. “Un milagro para Lorenzo” hablaba no de un milagro,
sino de una convicción y de una acción sostenida hasta el extremo límite
de su última verdad. La curación fue posible, pero antes tuvieron que
entender, sin los prejuicios de la casta médica, cual era la enfermedad.
Nuestra enfermedad político cultural es el capitalismo. De eso, no
tengo dudas. De lo que tengo más dudas es en qué consiste esa
enfermedad. O dicho en otros términos, más afines a la ciencia médica:
¿que tiene de patognomónico? Es decir, de señal, marca, indicador que no
permite dudar de que estamos en presencia de la enfermedad. Yo pienso
que es haber logrado que los deseos y las necesidades estén enfrentados.
Todo lo agradable termina siendo perjudicial, y todo lo que es
beneficioso termina siendo desagradable. Es un disloque de la
racionalidad primera, ya que los deseos no son en su origen otra cosa
que el placer que acompaña la satisfacción de las necesidades básicas.
Cuya plena satisfacción daría paso a otras no tan básicas, y luego a los
plenos deseos que ya no se apoyan en las necesidades. Pero sosteniendo
una ley de la vida: nunca un deseo puede vulnerar una necesidad. Ejemplo
simple: la necesidad de oxígeno no puede ser vulnerada por el deseo de
nicotina. Lo patognomónico del capitalismo es que su delirio de lucrar
lo lleva en forma constante a enfrentar deseos con necesidades. Y
naturalmente, las necesidades son arrasadas. Pero inventan nuevas
enfermedades. Mientras auspician, promueven, desarrollan, imponen todo
tipo de juegos de azar, advierten sobre la ludopatía. Que tiene que ver
con el ludo, pero poco. Ludopatía es la adicción al juego. Promovida y
sancionada al mismo tiempo, sosteniendo las delicias paradojales de la
cultura represora. Por lo tanto, la enfermedad que el capitalismo
inocula es nada más pero nada menos que la muerte. Con necesidades
arrasadas, sólo cabe esperar la muerte y no necesariamente digna. Las
mineras lo tienen claro, y si dejan de operar es por motivos económicos
financieros, nunca humanitarios. El Riachuelo es un cultivo puro de
muerte pero tiene más prensa la lucha contra el dengue. Supongo que
porque es más fácil fumigar mosquitos que fumigar empresas que
contaminan, entre otras, Aysa. La misma empresa que en forma
insoportable, pasa un avisito que canturrea: “aguaaaa, aguaaa”. ¿Pero
cómo puede ser que una casa fúnebre, un cementerio total, como es el
capitalismo, tenga tanta pero tanta, pero tanta y tanta popularidad? No
está de más recordar ejemplos cercanos:
"Hubo muchos
muertos porque no era feriado" ."Hubo muchos muertos por la viveza
criolla de apurarse para llegar rápido al trabajo y viajar en el primer
vagón" "Lucas murió por viajar en un lugar vedado al público." “Morimos
porque ahora tenemos trabajo y razón para viajar;
antes nos quedábamos en casa”
Esos
epitafios sostienen el vellocino de oro de todo capitalismo: la
impunidad. Que siempre es económica, política, cultural, jurídica.
Impunidad para bombardear, contaminar, saquear, invadir, reprimir,
usurear, exterminar, hambrear. Pero siempre matándonos suavemente con su
canción. Ahora bien, o mejor dicho, ahora mal. Que el capitalismo, como
vamos, nos entierre a todos, (y a todas) no es nada grato. Pero que
nos entierre el socialismo, la verdad que a mí al menos, no me causa
gracia: me causa desgracia. Aclaro, sin que oscurezca: no lo conozco a
Hermes Binner. Sospecho que él tampoco me conoce a mí. Pero sé quién es.
Sospecho que él no sabe quién soy. Pero que un socialista, sin discutir
ahora si socialista más o socialista menos, diga que en Venezuela
hubiera votado por Capriles, es un milagro para Mauricio. O sea: si el
socialismo apoya a la derecha, la derecha está cada vez más derecha y el
socialismo cada vez más torcido. En verdad, el problema no lo tiene
Binner que con esta declaración será Binner pero nunca Winner, sino
aquellos (y aquellas) que lo acompañan. Como yo también tengo ese
problema, escribo este trabajo. Si el trípode de la implicación
funcionara (la coherencia, la consistencia y la credibilidad) estaríamos
discutiendo sobre quién le acepta la renuncia. Porque a confesión de
parte, no hagamos relevo de prueba. Como dice el tango: “las pruebas de
la infamia, las llevo en la maleta, las trenzas de mi china y el corazón
de él” Obviamente, tango machista y misógino, pero tango. Lo de
Capriles es un chamamé para divertirse un rato. Pero un rato corto. Un
ratitín. Si sostenemos que el análisis político se hace con analizadores
el “voto a Capriles” es un analizador que no debe ser soslayado.
Incluso, soslayarlo, minimizarlo, naturalizarlo, obviarlo, puede ser
peor que las propias declaraciones. La otra noche, quizá excedido en el
Fernet, aluciné un ballotage entre Cristina y Macri. Me desperté
sobresaltado justo después de votar con los ojos cerrados. Casi no
emboco el sobre en la ranurita de la urna. Ahora bien: dormido, no sé.
Pero despierto sin dudar en ese ballotage votaría a Cristina. De lo que
se trata es de no llegar a ese final para romperse la cabeza. Metrobus
más, subte A menos, a la derecha no se la puede bendecir con milagros. Y
decir que el voto hubiera sido a Capriles, es un estúpido milagro para
Mauricio. Pero como en el recordado “deme dos”, otro milagro para
Mauricio. Bergoglio Papa. El PRO pronto a ser Religión de Estado.
Nuevamente en el Estado del Vaticano, se ha instalado la Teología de la
Represión.
Vía:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7669:dos-milagros-para-mauricio&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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