lunes, 11 de febrero de 2013

Sociedad: Los militares, ¿máquinas de matar?, gritan: “¡Matemos a delincuentes y comunistas y bebamos su sangre!” Pedro Echeverría V.

Los militares, ¿máquinas de matar?, gritan: “¡Matemos a delincuentes y comunistas y bebamos su sangre!”
Pedro Echeverría V.
1. Después de escuchar por radio los gritos de guerra asesinos de militares chilenos y argentinos que se entrenan, no me cabe la menos duda que esos pobres soldados -que nacieron en hogares humildes, que son hijos del pueblo explotado- una vez que se contratan en el ejército y la policía, sus “superiores” los convierten en seres salvajes y hasta asesinos. Muchas veces me dan pena por sus orígenes sociales, pero luego entiendo que ya están entrenados e ideologizados como máquinas de matar. No olvidaré la famosa película de Kubrick: Cara de Guerra, en la que se demuestra el entrenamiento del ejército yanqui para hacer la guerra, para matar, para destruir pueblos, y el pobre soldado que se atreva a desobedecer, es asesinado. ¿Será por eso que decenas de miles se ven obligados a desertar a pesar de quedarse sin empleo?
2. Les dicen de entrada a los soldados: “o mueren ellos o mueren ustedes, no hay término medio”. Por eso el primer grito de los soldados chilenos, sobre todo después que el presidente Evo Morales volvió a exigir que Chile le devuelva el territorio del que despojó a Bolivia en 1879, es por “muerte a Bolivia, muerte a Argentina y muerte a Perú”, es decir contra los países que tienen frontera con Chile. Obviamente tampoco los soldados argentinos guardan silencio: también gritan contra Chile con consignas de guerra. ¿Acaso es un juego de gritos o realmente los soldados siempre están agitados y preparados para cualquier guerra? Me recuerda que en los sesenta los yanquis –por medio del Pentágono, la CIA y el FBI- siempre llamaban a luchar contra los comunistas y terroristas que “querían apropiarse del poder” con apoyo de Rusia y Cuba.
3. La realidad es que no veo una guerra inmediata entre estas naciones del cono sur de América, pero sí observo una preparación brutal para la violencia y la guerra. ¿Estarán aplicando aquel principio de Maquiavelo que dice: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”? A Venezuela, Bolivia, Cuba, los tienen los yanquis en la lista del “eje del mal”. Lo más probable es que los soldados mexicanos –con todos sus jefes entrenados en los EEUU- sigan exactamente el ejemplo de los ejércitos de los EEUU: “Muerte a los terroristas, a los comunistas, a los guerrilleros, a los anarquistas, a los palestinos, a los delincuentes y, colateralmente, al narcotráfico que no ha entrado en arreglos”. ¿Es que en México no podemos conocer directamente acerca de la ideología con la que les lavan el cerebro a los soldados mexicanos? ¿Gritarán “dinero, dinero, sexo, sexo”? ¿Qué más?
4. La realidad es que el gobierno pinochetista de Chile encabezado por Sebastián Piñera está avecindado por amigos o simpatizantes de Hugo Chávez: por los presidentes en Bolivia Evo Morales, en Argentina Cristina Kitchner y en Perú Ollanta Humala, que han viajado a Cuba para visitar a Chávez y alentarlo para que supere su cáncer; de paso han visitado a los hermanos Castro que participan del mismo equipo. Imagine nada más al gobierno derechista de Piñera que –aunque entregado al gobierno yanqui y a la gran burguesía chilena- siente que todas las protestas estudiantiles y las batallas del pueblo Mapuche en la tierra de Allende, son instigadas por los “comunistas” que actúan a la sombra de Chávez. Lo que sí se ve claro es que el pinochetismo no volverá a gobernar en Chile porque aquel pueblo está despertando de su largo sometimiento.
5. Los mexicanos, por lo menos hasta 1968, guardaron mucho respeto y hasta veneración al ejército; no era motivo de críticas (o quizá se le tenía terror) a pesar de los gobiernos de Ruiz Cortines (1952-58) y López Mateos (1958-64) los usaron para reprimir con brutalidad a estudiantes del POLI, a maestros othonistas, a campesinos guerrerences y a obreros ferrocarrileros vallejistas. Sin embargo, después de la gran matanza de estudiantes en Tlatelolco de octubre de 1968 el pueblo comenzó a darse cuenta que el gobierno usaba para todo al ejército, incluso disfrazándolo de policía. Hoy, por más que los disfracen, se sabe que son entrenados por militares yanquis para que intervengan en cualquier conflicto con el fin de proteger al gobierno. Y la realidad es que es muy preocupante porque con esos “lavados de cerebro” se transforman en enemigos del pueblo.
6. El ejército sólo debería actuar para defender el territorio nacional ante la intervención extranjera, es decir, sólo sería un ejército nacionalista. Pero después que fue probado en la segunda guerra (1939-45), comenzó a formar parte de la ONU (los cascos azules) e incluso de la OTAN, de recibir entrenamiento bajo el mando de los EEUU, se sintió poderoso y preparado para intervenir en todo. El gobierno panista de Calderón –pero también el priísta de Peña Nieto sigue la misma política- lo mantuvo seis años ocupando varios estados de la República y es posible que permanezca más tiempo. Hasta los años 60 era digno de todas las confianzas, a pesar de sus “errores”, pero hoy el ejército –sobre todo al descubrírseles todas sus grandes ligas con los narcotraficantes- se le considera tan corrupto como todas las demás instituciones del capitalismo. (8/II/13)
Pedro Echeverría V.

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