“no digaís que agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira, podrá no haber poetas pero siempre, habrá policía”
(aforismo implicado becqueriano)
“Las
hermanas Ailén y Marina Jara están presas hace casi dos años porque la
Justicia no consideró válido que se defendieran de un vecino con causas
penales que, estando libre, quiso violar a una de ellas y las acosaba
desde hace años. El caso resume todas las vulneraciones posibles sobre
mujeres pobres de la Provincia de Buenos Aires. (Ce.Pro.D.H.)
……………………………………………………………………..
“Los
avances en materia de violencia de género están generando reacciones
contrarias que llegan, incluso, a quitarles la tenencia y prohibirles
ver a sus hijos a algunas madres que denuncian abuso sexual o violencia
familiar. Los casos se repiten en territorio porteño y bonaerense con
una ideología patriarcal donde se fuerza sólo la revinculación del padre
con los hijos y se penaliza a la denunciante. La situación es tan grave
que podría terminar desalentando la búsqueda de justicia”. “Las 12”,
26/1/12
(APe).- Tengo recuerdos de la asamblea del año
XIII de mi escuela primaria. Tuvo un equívoco lamentable. La maestra
hablaba de la libertad de vientres, y yo interpreté en una escucha
reduccionista que espero haber superado, que se refería a la libertad de
mover el vientre. Debo admitir que el malentendido duró bastante.
Entender que se refería a que un hijo de un esclavo nacía libre, fue
importante para mí. Lo que siempre me impresionó fue la decisión de
quemar los instrumentos de tortura en la plaza pública. En esos años la
tortura como práctica me obsesionaba. La imagen de Edmundo Dantés
marcado por el hierro candente me obligaba a leer varias veces ese
párrafo en El Conde de Montecristo. Repetir, me enteré décadas más
tarde, es el primer intento para intentar elaborar. O sea: desatar el
nudo del conflicto para darle otro destino que no sea apretarnos la
mente. De todos modos mi mente sigue apretada. Y en estos feriados por
decreto sin ninguna necesidad y menos urgencia, aprieta mi mente lo que
puedo denominar la banalización de la memoria. Banalizar quizá sea
sinónimo de trivializar, de anecdotizar, de formalizar, de titularizar,
de superficializar, y algunas otras denominaciones que seguramente
podrían ser inventadas. El feriado transforma un acontecimiento en su
peor caricatura. Un acontecimiento siempre marca un encuentro colectivo
donde el trabajo, las diferentes tareas, los encuentros laboriosos
preparan, condicionan, propician ese evento que luego será algo y mucho
para recordar. Hay feriados como el 1 de mayo que permite los actos
militantes que mantienen el fuego libertario. Otros feriados son la gran
coartada para el borre parcial o absoluto, según condiciones de
sustentabilidad financiera. Nada más. Para culminar el dislate, aparece
el feriado puente, que garantiza turismo para casi todos los que pueden
pagar el turismo puente. Para mayor curiosidad hay feriados inamovibles y
otros portátiles. Que migran hacia el lunes siguiente, con lo cual la
payasada queda en evidencia. Los inamovibles son, para decirlo de alguna
manera, los feriados serios. Un señor y una señora feriado. Los otros,
mas veletas, salen de juerga por la semana a ver si encuentran el mejor
palenque donde acostarse, además de rascarse. Banalizar es entonces la
operación cultural por la cual lo que llamamos nivel convencional
encubridor ocupa el lugar de lo fundante. O sea: la apariencia queda
investida como esencia. Un ejemplo patético de nivel convencional
encubridor fue lo que relaté de “libertad para mover el vientre”.
Obviamente, no es el único. Los 200 años de la asamblea del año XIII es
bastante parecido. En nuestra Argentina hay esclavos y hay instrumentos
de tortura. 200 años igual. Ya se habla de “trabajo esclavo” como una
realidad a desmantelar. Por supuesto, que en tanto esclavo el trabajo
está en su máximo nivel de degradación posible. Y el capitalista se saca
la careta de empresario nacional y popular y nuestra el verdadero
rostro de esclavista torturador. Es cierto que en su nivel fundante el
capitalismo es reducción a servidumbre, por lo menos. Y que las jornadas
laborales suelen ser tan extenuantes, con la obvia necesidad de tener
dos y tres trabajos, que la diferencia con la verdadera esclavitud se
torna borrosa. Y que hay expresiones de la vida cotidiana como “es de
terror”, “que tortura” que muestra claramente la real percepción de la
situación. Por supuesto que la cultura represora también ofrece la
negación maníaca, o sea, carnavalesca, del “todo bien”. Por ahora no
llegó al “todo recontra bien” o “todo excelentemente bien”. Es cuestión
de esperar un poco, porque como sabemos cuando el mal acelera, el bien
recién prende el motor. 200 años igual. Bicentenario mentiroso ya que
todo lo que aprendí sobre la asamblea del año XIII ha sido desmentido
durante estos dos siglos. Y agregamos la tortura a la misma tierra, al
agua, al aire, a los que poblaron estas tierras desde el origen, a las
niñas, niños y jóvenes secuestrados por la mega mafia de la Trata, a la
cual seguramente este Feriado no le llega al corazón, pero que
seguramente le llega al bolsillo. El método de investigación de un
delito por parte de la científica policía es torturar al sospechoso. Si
hay portación de rostro (en realidad de color de rostro) más tortura
aún. Lo denuncia claramente la película del Oscar “El secreto de sus
ojos”. Pero como dice Julio Grondona, todo pasa. Todo menos él,
obviamente. 200 años igual. Ailén y Marina Jara son culpables de
defenderse. Si bien constitucionalmente matar en defensa propia no es
delito, simplemente porque no es asesinato, quedan presas. La cultura
represora no tiene dudas en los mensajes que envía. Déjense violar,
denigrar, ensuciar, manosear, babosear, porque si se defienden, lo serán
pero ahora por todo el sistema penal penitenciario judicial. 200 años
igual. Bariloche es para los turistas, esa especie de antropólogos
idiotas. Chocolate, cerro catedral, los arrayanes, los hoteles 5
estrellas (gracias dólar blue que estás en el cielo) el circuito chico,
el circuito grande, los lagos, las excursiones, etc. Un mundo feliz.
Lástima esos ordinarios que quieren gas, comer, no morir de frío en
invierno, comer, tener transporte accesible, comer, escuelas cercanas,
comer. ¿Qué sería de la cultura represora sin el código penal? La
judicialización de la pobreza es una divinura democrática. Nunca se
judicializará la riqueza. Aunque ya todos sepamos que nadie hace dinero
trabajando. Especialmente los que trabajan. 200 años igual. Pero todo
esto que convierte un feriado es una mascarada de almanaque, un carnaval
anticipado, una coartada de tramposos y vividores, no es lo más grave.
De un texto todavía inédito de Alejandro Pandra extraigo una breve pero
contundente cita: “Artigas confecciona en aquel congreso de Peñarol
un programa extraordinario de veinte puntos para que los diputados
orientales lleven a la asamblea: declaración de la independencia
absoluta, sistema republicano de gobierno, régimen federal, supresión de
las aduanas interiores, un plan nacional de desarrollo, prevenciones
contra el despotismo militar y la sabia medida de fijar la capital de la
confederación a crearse fuera de Buenos Aires. Nada se había escrito
hasta entonces como ese articulado en el que se expresaba la temática de
la revolución nacional con absoluta precisión y autenticidad:
significaba clarificar la revolución de mayo y llevarla a la calle,
sacándola del ámbito palaciego en que se manejaba”. Los diputados artiguistas no fueron aceptados…por vicios en los procedimientos de elección. Comienza
el alvearismo que luego seguirá hasta De la Rúa y su Alianza para el
Retroceso. 200 años igual. Si para muestra basta un botón, ese botón es
un analizador. En la actualidad de nuestra ciudad, se apalean ciudadanos
que no desean un parque enjaulado. Es cierto que ya tenemos al Palacio
Legislativo entre rejas, a la Casa Rosada amurallada, pero un parque es
un parque. Es posible que sea un gigantesco y verde aguantadero de
algunos visitantes hostiles. Pero si la imaginación solo da para
enrejar, evidentemente es una imaginación al no poder. 200 años igual.
La justicia toma feriado, prolongado en algunos casos, y entonces toma
la suplencia eso que llaman derecho, debido proceso, etc. Madres que
denuncian abusos sexuales sufridos por sus hijos, son penalizadas. La
revinculación es una forma en que los hijos, las hijas, pasan a ser
esclavos de sus padres. No olvidemos que hasta el Papa legitima el abuso
sexual a menores. No importa: ya sé que no iré al cielo y me alegro
porque mis mejores amigos me esperan en el infierno. Pero lo legitima.
Por acción y por omisión. No se priva de nada. ¿200 años igual? La
verdad que no. El ideario de Artigas sigue latente y deberá ser tomado
en esta Argentina unitaria con disfraces federales. No quiero, no
queremos otros 200 años igual. No digo 200, ni 20. Ni siquiera un año
más igual. Hoy cientos de miles de niños son esclavos del hambre. El
funcionariato ataca las economías comunitarias, solidarias, familiares,
acusando con cinismo de estado a madre y padre de promover el “trabajo
infantil”. No entienden nada o entienden todo mal. Solo piensan con la
mentalidad del trabajo explotado, ni se pueden imaginar una fábrica
recuperada, un emprendimiento autogestivo o una economía comunitaria
familiar. Por eso penalizan y judicializan a madres y padres que apenas
sostienen una economía de penuria, como definiera Jorge Beinstein.
No
habrá ningún feriado para que nuestro grito sea escuchado por todos los
gendarmes de la cultura represora, electivos y no electivos: no habrá otros 200 años igual.
Vía,fuente:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7615:dos-siglos-igual&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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