Todos los días, durante las 24 horas, hay un ejército invisible que apunta a tu
cerebro: no utiliza tanques, aviones ni misiles, sino información direccionada y
manipulada por medio de imágenes y titulares.
No lo sabes, ni siquiera lo sospechas, pero estás metido dentro
de una guerra. Invisible, cruenta, devastadora, silenciosa, que todos los días
te convierte en víctima y en victimario de un sistema que ya no necesita matar
físicamente para dominar.
Por
Manuel Freytas (*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
manuelfreytas@iarnoticias.com
|
Te
vigilan, tu conducta está siendo chequeada, monitoreada, y controlada por
expertos.
Te bombardean, a diario, no para matarte sino para colonizar tus pensamientos y tus emociones.
Te bombardean, a diario, no para matarte sino para colonizar tus pensamientos y tus emociones.
No lo sabes, pero eres el nuevo
soldado, y a su vez el blanco táctico de las operaciones psicológicas pensadas
para vender productos, eres el individuo-masa de la ideología consumista
nivelada planetariamente como estrategia de mercado por las trasnacionales
capitalistas.
Te vigilan, manejan tus emociones por
control remoto, te venden desde adrenalina y pensamiento positivo hasta
productos y entretenimiento por la pantalla de TV. Te hacen sentir libre robando
tu libertad.
Eres un blanco móvil, quieren
exterminar tu cerebro, quieren castrar tu capacidad reflexiva, quieren matar tu
pensamiento crítico, quieren blindar tu libertad de elegir, convertirte en un
consumidor mutante.
No lo sabes, pero estás en guerra, y
las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, sino en tu propia cabeza.
El objetivo ya no es matarte, sino controlarte para convertirte en un zombie de
la sociedad de consumo. Las balas ya no apuntan a tu cuerpo, sino a tus
contradicciones y vulnerabilidades psicológicas.
Los titulares, las imágenes
direccionadas, la información manipulada, son los misiles de última generación
que las grandes cadenas mediáticas y la publicidad disparan con demoledora
precisión sobre tu cerebro convertido en teatro de operaciones de la sociedad de
consumo.
Buscamos protección, buscamos
información, ellos controlan, manejan satélites, tecnología informática, manejan
la imagen, manejan el poder, imponen su visión como si fuera la del conjunto,
venden su realidad como si fuera la tuya, el mundo es éste, tus percepciones son
falsas, consume, la tecnología te ama.
Eres rastreado y espiado a diario,
buscan tus huellas para conocerte, exploran tus emociones, tus miedos, buscan
puntos débiles, quieren implantarte su mundo como si fuera el tuyo, convertirte
en un cobayo domesticado de su sociedad de consumo.
Te espían, te rastrean, son los
vigilantes del cíberespacio, te pueden hacer una foto por satélite a dos mil
kilómetros con si estuvieran a un metro tuyo. El planeta es una gran prisión
controlada por sus computadoras, tu vida no tiene secretos, deben saber como
piensas, para convertirte en un ciudadano políticamente correcto, en un
pacifista tolerante que solo relata y consume la verdad oficial.
No lo sabes, pero cuando consumes
sociedad de consumo por coacción psicológica te conviertes en individuo-masa, te
conviertes en un "soldado cooperante" de los planes de dominio y control social
establecidos por el capitalismo trasnacional que se inventó una
"civilización" solo para vender productos.
No lo sabes, pero eres el blanco de
operaciones psicológicas extremas que buscan convertirte en un alienado
programado (AP), cuyo cerebro no está diseñado para pensar sino para consumir.
Compra, compra, ellos necesitan vender para seguir dominando, compra, compra, si tu no compras, si tu no consumes ellos no existen. En el capitalismo todo se compra y se vende, incluso tu cerebro, que tiene un valor de mercado en las estadísticas del control mental.
Compra, compra, ellos necesitan vender para seguir dominando, compra, compra, si tu no compras, si tu no consumes ellos no existen. En el capitalismo todo se compra y se vende, incluso tu cerebro, que tiene un valor de mercado en las estadísticas del control mental.
Estás
en medio de una guerra y eres el blanco principal, pero no lo sabes. Las
operaciones ya no se trazan a partir de la colonización militar para controlar
un territorio, sino a partir de la colonización mental para controlar tus
emociones y direccionar tu conducta.
Los objetivos ya no son militares: En
la guerra en que estás metido, ya no se se pelea por territorios sino por
mercados. Tu cerebro es la materia prima. Y quien se apodera de los cerebros,
se apodera de los mercados. El planeta ya no se divide por fronteras
territoriales, sino por fronteras comerciales.
Compra, compra, te controlan para que
consumas, mientras el sistema engorda, se nutre de lo que tu consumes.
Si tu no compras, si tu no votas
periódicamente, si tu no legitimas su sociedad de consumo, se derrumba su
imperio, se derrumban sus bancos, estallan sus corporaciones, se quedan sin
gasolina sus tanques, aviones y submarinos, se paralizan sus metrópolis,
colapsan sus sociedades de consumo, se derrumba su decadente civilización de la
compra y venta.
Consume, consume, tu cerebro no está
programado para pensar sino para consumir.
Los dueños del manicomio capitalista
te vigilan, te adoctrinan sin que te des cuenta, imponen sus objetivos como si
fueran los tuyos, su supervivencia depende de que estés adoctrinado, con tu
cerebro lavado, que compres seguridad y adrenalina como si fueran tu alimento
diario.
Te controlan, compra, compra, ellos
venden y tu compras, desde productos hasta su visión macrocósmica del mundo que
luces como si fuera tuya.
Eres un blanco móvil de la sociedad
de consumo, de la sobredosis de información y entretenimiento orientados a
reducir cerebros y a engordar la rentabilidad de las grandes corporaciones que a
diario te convierten en un nicho de oferta y demanda, en un segmento más del
mercado.
La ecuación es simple, tu compras y
ellos venden. Para ello deben sobreimpmir su programa en tu mente, deben
rediseñar tu psicología, tus creencias, tus emociones, deben convertirte en un
zombie saturado de tecnología digital.
No debes pensar, solo consumir,
consumir, programas, música fashion, presidentes, jabones, ídolos mediáticos que
te adoctrinen, que te reafirmen en la manada, eres un zombie, tu libertad no
existe, estás bajo control.
Compra, compra, esa es la idea fuerza
que la "sociedad de la información" imprimió en tu psicología al nacer.
Ellos no te necesitan para que
pienses sino para que consumas, productos, teorías de dominio blando,
democracia, pacifismo, presidentes, necesitan tu cerebro, para consumir a tiempo
completo, hasta que te reemplacen definitivamente por un microchip.
No lo sabes, ni siquiera lo
sospechas, pero estás metido dentro de una guerra. Invisible, cruenta,
devastadora, silenciosa, que todos los días te convierte en víctima y en
victimario de un sistema que ya no necesita matar físicamente para dominar.
La máxima conspiración histórica se
ha hecho realidad: El dominador desapareció de escena, puedes hacer lo que
quieras, tu prisión es tu propia libertad.
No lo sabes, pero estás metido dentro
de la Guerra de Cuarta Generación. Bienvenido al mundo Orwell.
(*) Manuel
Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder,
especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores
más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario