sábado, 6 de octubre de 2012

México: Despidos por correo electrónico y SMS con la reforma laboral..../ Marcela Salas Cassani


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México DF. El pago por hora; los contratos temporales, por periodos de prueba y capacitación sin responsabilidad para el patrón; así como el despido unilateral por correo electrónico y mensajes de texto,  la productividad como base para el ascenso en lugar de la antigüedad y la legalización de la subcontratación mediante empresas de outsourcing, forman parte de los cambios a la Ley Federal del Trabajo propuestos en la iniciativa de reforma laboral de Felipe Calderón y aprobados en lo general por la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados. Pero todo esto aún puedo ser revertido “siempre y cuando la resistencia de la clase trabajadora no sólo se mantenga, sino crezca”.
En entrevista con Desinformémonos, Héctor de la Cueva, coordinador del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), explica que “hay vías para para echar atrás la reforma, pero eso exige un sujeto que lo reclame, un pueblo movilizado y sindicatos independientes que exijan que se revierta el proceso; todo depende de la reacción popular del movimiento social y de la resistencia a estas nuevas medidas neoliberales”.
Amén de la posibilidad de realizar a futuro una contrarreforma, es posible, en lo inmediato, presentar una controversia constitucional, pues los patrones y el gobierno, explica de la Cueva, “en aras de hacer pasar su reforma, renunciaron a reformar la Constitución para no tener más problemas, y al no haberlo hecho, la Ley reformada entrará en contradicción con la propia Constitución y será violatoria del artículo 123, por lo que será posible colocar una controversia constitucional que obligue a revisar e incluso regresar la ley”.
Si la reforma se aplica tal y como la planteó Felipe Calderón, habrá consecuencias muy graves para los trabajadores. Durante más de 30 años los empresarios han anhelado una reforma que no se ha podido aprobar, pero en la práctica las violaciones a las garantías laborales que supone la reforma sido llevadas a cabo por los patrones, con ayuda de las autoridades.
La informalización y la precarización del trabajo, la falta de seguridad y la flexibilización ocurren en la práctica, es decir, se viola la ley y la Constitución. Ahora, la reforma pretende cobijar con una ley federal todos estos abusos.
Lo más grave”, apunta Héctor de la Cueva, “es que mientras el trabajador puede recurrir a la ley y a la Constitución y tiene recursos jurídicos para defender sus derechos, si la reforma pasa, los empleados quedarán mucho más desprotegidos, porque no tendrán más el recurso de apelar a la ley para defender sus derechos. Estará siendo legalizada la precarización”.
El principal interés patronal está en aquellos cambios que acaban con la estabilidad del empleo, es decir, aquellas modificaciones que permiten que ningún trabajador tenga seguridad de que conservará su trabajo. Las reformas también buscan que no haya derechos colectivos pactados entre los trabajadores y los patrones, sino que las condiciones de trabajo las fije el patrón y que a los trabajadores les sea muy difícil organizarse en un sindicato auténtico. Para lograrlo, se flexibilizará la contratación, de tal manera que el patrón pueda contratar a su gusto, por el periodo que sea necesario; y también se flexibilizará el despido, para reducir los costos de indemnización ante despidos injustificados.
Si a esto le agregamos la propuesta del salario por hora y los cambios que se quieren hacer sobre el outsourcing, o subcontratación, que le restarán responsabilidad social a la empresa que se beneficia del trabajo y dejarán la responsabilidad en la empresa subcontratada, será legal que haya menores prestaciones de trabajo y más facilidad para el despido.
Estas medidas, en su conjunto, van en la misma dirección: legalizar el trabajo precario, sin prestaciones, sin seguridad y sin contratación colectiva. “Al no haber estabilidad en el empleo, es mucho más difícil para el trabajador organizarse con sus demás compañeros y crear un sindicato auténtico, de manera que el país se encamina a ser un paraíso precario y los trabajadores se encaminan a perder sus derechos, a ver legalizado el desempleo y el subempleo, el trabajo sin prestaciones, el trabajo precario y, por lo tanto, a tener que ganar menos, a trabajar más, a contratarse en varios empleos”, puntualiza Héctor de la Cueva.
Esto supone un problema sobre todo para los jóvenes que estarían condenados a un futuro laboral donde la estabilidad, la seguridad social y las pensiones, como las que tuvieron sus padres, simplemente dejarán de existir.
Una de las propuestas de Felipe Calderón fue la “necesidad de transparentar las actividades de los sindicatos”, pero esta propuesta de rendición de cuentas, asevera el ex trabajador automotriz, “fue pensada tan sólo como una moneda de cambio, que se retiró en cuanto se aprobaran los puntos de la reforma que realmente interesan a los patrones. A ellos no les interesa a la transparencia; son ellos quienes han prohijando a las mafias sindicales, quienes les pagan el dinero y les pasan las cuotas de los trabajadores; son los empresarios los que han creado a los mafiosos y el gobierno los ha tolerado, les ha facilitado recursos. Es una hipocresía que el gobierno panista esté exigiendo transparencia porque son ellos quienes cobijan a las mafias sindicales”.
Los defensores de la reforma laboral afirman que la flexibilización de las condiciones de trabajo traerá al país más empleos y que los salarios aumentarán. Esto, insiste Héctor de la Cueva, “es tan sólo otro de los mitos ridículos del neoliberalismo; todas las premisas que éste ofreció al país, han demostrado a través de los años ser falsas: cada vez hay menos y peores empleos, y los salarios han perdido cerca del 80 por ciento de su poder adquisitivo. Los años de neoliberalismo han sido los de menos crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, ha habido desindustrialización y con las estadísticas oficiales se demuestra que la privatización, el libre comercio y la flexibilización del trabajo, no han traído desarrollo ni mejor poder adquisitivo o más empleos. Por lo tanto, que la flexibilización del empleo pueda traer más empleos es una mentira completamente cínica. Lo que se necesitaría para que pueda haber mejores condiciones de vida es otro modelo, no sujeto a un modelo regulado por las grandes potencias como al que está sometido México”.
La reforma laboral no resultará en más y mejores empleos, sino en un aumento de los empleos precarios, que además ayudará a que las cifras de la tasa de desempleo se reduzcan mañosamente: si un joven trabaja tres horas a la semana, no figurará en la estadística de desempleo, y además el Estado podrá asegurar que aumentó la creación de empleos. “Es una trampa absoluta: no van a crear más empleos, sino a disfrazar el empleo precario, de supuesta generación de empleos”.
De cierto modo, Calderón le está haciendo el trabajo sucio a Peña Nieto, de tal manera que la reforma laboral pase antes de que Peña Nieto tome posesión el 1 de diciembre y tenga luego la posibilidad, al ser presidente constitucional, de decir: ‘Yo no estaba en el poder, yo no era presidente’ y tendrá la posibilidad de dar otras salidas si la situación se complica demasiado. Por eso les urge que pasen iniciativas tan impopulares como ésta antes de que Peña Nieto tomo posesión, para que llegue ‘limpio’”.
Una de las medidas más preocupantes que el Ejecutivo planteó en su iniciativa de reforma laboral es la “regulación del tiempo de huelga” que coartaría la libertad de los trabajadores para defender condiciones dignas de empleo. Esta medida aparentemente fue retirada de la Comisión dictaminadora, pero el coordinador del CILAS advierte que “puede retornar a la discusión de la reforma, y, si de por sí México es un país donde hay pocas huelgas, si ahora se suma la falta de condiciones de empleo seguro y regularmente remunerado la organización colectiva se verá muy afectada, y la huelga pasará a ser prácticamente inexistente porque no habrá quien la ejerza”.
Las consecuencias de las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo que aparentemente afectan sólo los derechos individuales de los trabajadores, repercuten automáticamente en los derechos colectivos porque las bases objetivas sobre las que se basan los derechos colectivos están minadas, y con las bases del sustento de los sindicatos minadas, todos los sindicatos, incluso los corporativos, se verán afectados con la reforma laboral. Explica de la Cueva que “no puede haber sindicatos con trabajadores que no tienen un empleo fijo. Es muy difícil que haya sindicatos con trabajadores que apenas si sobreviven con el trabajo que realizan, que tiene que trabajar todo el día, que no tienen prestaciones que les permiten sobrevivir, que van saltando de trabajo en trabajo, que es muy difícil que firmen un contrato colectivo, que tengan condiciones bilateralmente pactadas con el patrón.
Al crecer la informalidad, el subempleo y el empleo precario se ha minado la injerencia de los sindicatos en México; una ley que permita estas prácticas va a derriba completamente el piso sobre el que se asientan los sindicatos y, con este tipo de condiciones de trabajo, va a ser mucho más difícil que los trabajadores se organicen. Ése es uno de los objetivo neoliberales: acabar con la organización colectiva”.
Pero las regresiones en materia de derechos laborales que significan la aprobación de la reforma laboral aún pueden ser revertidas. La nueva Ley Federal del Trabajo contradice la propia Constitución y es violatoria del artículo 123 constitucional. Además, contradice los convenios internacionales firmados por México, en especial el artículo 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y como la Suprema Corte y el Congreso ratificaron explícitamente que los convenios internacionales tiene rango constitucional, ahí existe otra posibilidad para exigir que sea refutada. Como insiste Héctor de la Cueva: “Sí hay vías para echar atrás la reforma, pero eso exige un pueblo movilizado; todo depende de la reacción popular, del movimiento social y de la resistencia que todos estos actores opongan a las nuevas medidas neoliberales”.


 http://desinformemonos.org/2012/09/reforma-laboral/

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