Este lunes, en la corte de magistrados
de Westminster, en Londres, los abogados del fundador de Wikileaks,
Julian Assange, presentaron un documento enviado por mí, el cual expresa
que he aportado 20 mil dólares para la libertad bajo fianza de Assange.
Además, públicamente ofrezco el apoyo de mi sitio web, mis servidores,
mis nombres de dominio y cuanto más pueda hacer para que Wikileaks siga
vivo y floreciente y continúe su labor de exponer los crímenes urdidos y
cometidos en secreto en nuestro nombre y con el dinero de nuestros
impuestos. Con una mentira nos llevaron a la guerra en Iraq. Hoy,
cientos de miles están muertos. Imaginemos lo que habría pasado si los
hombres que planeaban esta guerra en 2002 hubieran tenido que
enfrentarse a un Wikileaks. Tal vez no habrían logrado ponerla en
marcha. La única razón por la que creyeron salirse con la suya fue
porque tenían un velo de secreto garantizado. Hoy esa garantía se ha
desgarrado, y espero que jamás puedan volver a operar en secreto. ¿Y
entonces por qué, luego de prestar tan importante servicio público, está
hoy bajo un ataque tan virulento? Porque ha destapado y avergonzado a
quienes han ocultado la verdad. Los denuestos e imprecaciones han
rebasado los límites:
El senador Joe Lieberman dice que Wikileaks ha violado la Ley de Espionaje.
George Packer, de The New Yorker, llama a
Assange supersigiloso, de pellejo delgado y megalómano. Sarah Palin
sostiene que es un agente antiestadunidense con las manos manchadas de
sangre, a quien habría que perseguir con la misma urgencia con que
perseguimos a Al Qaeda y los líderes del talibán. El demócrata Bob
Beckel (director de la campaña de Walter Mondale en 1984) declaró en Fox
acerca de Assange: “Un muerto no puede andar filtrando cosas… sólo hay
una forma de hacerlo: meterle un plomazo ilegalmente al hijo de puta”.
La republicana Mary Matalin afirma: “Es un sicópata, un sociópata… un
terrorista”. El representante Peter A. King califica a Wikileaks de
organización terrorista. ¡Y vaya que lo es! Existe para aterrorizar a
los mentirosos y belicosos que han llevado a la ruina a nuestra nación y
a otras. Tal vez la próxima guerra no será tan fácil porque se ha
volteado la mesa y hoy el Gran Hermano es el vigilado… ¡por nosotros!
Wikileaks merece nuestra gratitud por arrojar una gran luz sobre todo
esto. Pero parte de la prensa corporativa ha minimizado su importancia
(poco de lo que ha revelado es nuevo) o lo retrata como un sitio
anarquista (lo que hace es simplemente publicar todo sin ningún control
editorial). Wikileaks existe, en parte, porque los medios dominantes no
han cumplido su responsabilidad. Las corporaciones que son sus
propietarias han diezmado las redacciones e impedido que los buenos
periodistas hagan su trabajo. Ya no hay tiempo ni dinero para el
periodismo de investigación. Expresado en términos sencillos, los
inversionistas no quieren que esas noticias se revelen. Les gusta que
sus secretos se mantengan… en secreto. Les pido imaginar cuán diferente
sería nuestro mundo si Wikileaks hubiera existido hace 10 años. Hay una
foto en la que se ve a George Bush a punto de recibir un documento
secreto, el 6 de agosto de 2001. El encabezado dice: Bin Laden, decidido
a golpear a EU. Y en esas páginas se indicaba que la FBI había
descubierto actividad sospechosa en este país, consistente con
preparativos para aerosecuestros. Bush decidió hacer caso omiso y siguió
de pesca cuatro semanas más. Pero, si ese documento se hubiera
filtrado, ¿cómo habríamos reaccionado? ¿Qué habrían hecho el Congreso o
la federación de aeronáutica? ¿No habría habido una probabilidad mayor
de que alguien hubiera hecho algo si todos hubiéramos sabido del
inminente ataque de Bin Laden usando aviones comerciales? Pero en ese
tiempo sólo unos cuantos tuvieron acceso al documento. Porque el secreto
se mantuvo, un instructor de vuelo de San Diego que observó que dos
estudiantes sauditas no mostraban interés por el despegue y el
aterrizaje no hizo nada. Si se hubiera enterado por el periódico de la
amenaza de Bin Laden, ¿tal vez habría llamado a la FBI? (La ex agente de
la FBI Coleen Rowley, distinguida por la revista Time como una de las
personas del año 2002, escribió un artículo en Los Angeles Times en el
que señala que si Wikileaks hubiera existido en 2001, se pudo haber
evitado el 11-S.). ¿Y si en 2003 el público hubiera leído los memorandos
secretos en los que Dick Cheney presionaba a la CIA para que le diera
hechos que le permitieran construir su argumentación falsa a favor de la
guerra? Si un Wikileaks hubiera revelado en ese tiempo que en verdad no
existían armas de destrucción masiva, ¿creen ustedes que se habría
lanzado la guerra? ¿O más bien habría habido un clamor para que se
arrestara a Cheney?
Apertura, transparencia: ésas son de las
pocas armas con que cuenta el pueblo para protegerse de los poderosos y
los corruptos. ¿Qué hubiera pasado si en los días posteriores al 4 de
agosto de 1964 –luego que el Pentágono fabricó la mentira de que un
barco nuestro fue atacado por norvietnamitas en el golfo de Tonkin–
unWikileaks nos hubiera dicho que todo fue un invento? Supongo que tal
vez 58 mil de nuestros soldados (y dos millones de vietnamitas) hoy
estarían vivos. En cambio, los secretos los mataron. Para quienes creen
que está mal apoyar a Julian Assange por las acusaciones de ataque
sexual que lo tienen sujeto a proceso, todo lo que pido es que no sean
ingenuos respecto de los ardides de un gobierno cuando decide ir tras su
presa. Por favor, nunca crean la historia oficial. Y, al margen de que
Assange sea culpable o inocente (entérense de la extraña naturaleza de
las acusaciones), tiene derecho a presentar una fianza y defenderse. Me
he unido a los cineastas Ken Loach y John Pilger y a la escritora Jemima
Khan para reunir el dinero, y espero que el juez acepte la fianza y lo
ponga en libertad este martes. ¿Podría Wikileaks causar algún daño
imprevisto a las negociaciones diplomáticas de Washington en todo el
mundo? Tal vez. Pero ése es el precio que se paga cuando un gobierno
lleva a sus ciudadanos a la guerra con base en una mentira. Su castigo
es que alguien encienda las luces de la habitación para ver qué se trae
entre manos. No se puede confiar en él. Así pues, ahora todo cable, todo
correo que escriba está abierto al escrutinio. Lo sentimos, pero eso
quiso. Ahora nadie puede esconderse de la verdad. Nadie puede maquinar
la próxima gran mentira si sabe que tal vez sea expuesta. Y eso es lo
mejor que Wikileaks ha hecho. Dios lo bendiga por salvar vidas con sus
acciones. Y quien se sume al esfuerzo por apoyar a Wikileaks realiza un
verdadero acto de patriotismo. Punto. Hoy estaré en ausencia al lado de
Julian Assange en Londres y pido al juez que le conceda la libertad.
Estoy dispuesto a garantizar su retorno al tribunal con el dinero de la
fianza que he enviado. No permitiré que esta injusticia quede sin
respuesta. Sinceramente,
Michael Moore
Vía:
http://www.elciudadano.cl/2012/08/27/56523/carta-a-julian-assange/
http://www.elciudadano.cl/2012/08/27/56523/carta-a-julian-assange/
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