sábado, 28 de julio de 2012

Argentina: Manicomios... la solución final Por Alfredo Grande




“Nunca pensé que cuando Evita dijo “volveré y seré millones” se refería a los billetes de 100 pesos.”
“Cuando la cultura represora propone acabar con la pobreza, en realidad está planificando exterminar a los pobres”  
(aforismos implicados)


“La derecha peronista y el macartismo delirante. "Me han cambiado a mi hija..." "Por cualquier motivo insulta a la madre y se niega a ayudarla en los quehaceres del hogar; a mí me trata de viejo burgués, reaccionario y mil cosas más, que no sé quién se las metió en la cabeza". Así de esta forma, y casi con lágrimas en los ojos, pero de esas lágrimas que no se ven, sólo se sienten como un nudo en la garganta, se expresaba Luis Morales, 48 años, casado con 3 hijos. Este infortunado padre denunciaba a nuestro cronista como su hija de 16 años había sido cambiada totalmente por un grupo de médicos psicoanalistas...". Esto apareció en la revista El Caudillo Nº 2 del 23 de marzo de 1973. El Caudillo, financiado por el ministerio de Bienestar Social, o sea por el Estado Nacional, fue vocero informal de la Triple A. Si el texto hoy causa gracia y hasta vergüenza ajena, hace 40 años causaba terror.  Porque la derecha peronista, la derecha "ortodoxa", la que creció de la mano de López Rega, ministro de gobierno y secretario privado de Perón, la derecha que tuvo todo el apoyo del gobierno nacional, de la CGT, de la cúpula de la Iglesia católica y de la clase dirigente empresarial, la derecha que no fue expulsada de la plaza, no era solo un conjunto de delirantes macartistas sino un grupo de delincuentes y asesinos. La derecha peronista nutrió las filas de la Triple A y luego, ya que estaba, continuó como mano de obra barata de la dictadura militar. De hecho, entre 1973 y 1983 desaparecieron más de 60 psicólogos y estudiantes de psicología.
Ya en dictadura sería secuestrada y desaparecida la presidenta de la Federación de Psicólogos de la República Argentina Beatriz Perosio”.
Psicólogos y estudiantes de psicología víctimas del terrorismo de Estado



(APe).- “El enemigo existe. En democracia, en dictadura, en el barrio, y en la city. El enemigo es aquel que está planificando, con prisa y sin ningún tipo de pausa, nuestro exterminio”. Desde ya, esta afirmación puede ser compatible con un delirio persecutorio. Lo cual no significa que sea errónea. Sólo que es compatible con un delirio. Pero todo delirio, incluso los de la derecha, tiene su núcleo de verdad. Y el núcleo de verdad que otorga consistencia a la afirmación con la cual comienzo este texto es la lucha de clases. Pero entendamos: para la izquierda la lucha de clases es la partera de la historia. O sea: parto del cual parte una nueva vida. Otros mundos son posibles. Para la derecha lucha no es lucha: es exterminio. Por lo tanto hablar de adversarios en los campos de marte de la derecha es un delirio suicida. La masacre de Denver es un analizador del tipo de sujetos que construye la matrix capitalista. No son justicieros por mano propio, ni siquiera vengadores como el desdichado Edmundo Dantés, que devino Conde de Montecristo. Son sicarios. El imperio mas genocida en la historia de la humanidad, ha producido un Batman pero cientos de miles de Guasones. La constante de ajuste de las derechas (fascistas, centristas, extremistas) es el arrasamiento de todas y cada una de las formas de la vida. Incluso de las vidas pasadas, como son los libros y los museos. Pero no conviene olvidar que si Batman crea al Guasón, el tratado de Versailles creó a Hitler. ¿Qué tratado creó a Macri? Dejemos la simpática ingenuidad o el repugnante cinismo de considerar a Macri Causa. O sea: la causa de todos los males y desventuras que sufrimos los vecinos que indi-gestiona el jefe del operativo deshaciendo buenos aires. Empecemos a pensar, porque ya empieza a ser tarde para demasiados, en un Macri Efecto. ¿Dónde está el Batman que creó a nuestro Guasón? La pregunta exige respuesta, pero será otra historia para ser contada. La historia de hoy es la de nuestros manicomios. La lucha por la desmanicomialización siempre fue la lucha por varias libertades juntas, incluso la libertad de ser loco, o al decir de Vicente Zito Lema, el derecho al delirio. Los manicomios fueron siempre para los pobres locos, no por ser locos, al menos no solamente, sino por ser pobres. Escribí alguna vez, y varios colegas no estimados dejaron de saludarme, que la psicosis es la captura psiquiátrica de la locura. Un loco internado deviene psicótico en un tiempo que depende de su capacidad de resistir al represor. Casi siempre es poca, porque las condiciones del denominado hospitalismo (hospital que enferma y que nunca cura) van debilitando, disolviendo toda capacidad de resistir a enemigos internos y externos. La lucha por la desmanicomialización tuvo un hito importante en 1986 cuando se organizada la Red de Alternativas a la Psiquiatría, a la que concurrí invitado por Gregorio Baremblitt, con el cual, después de más de 25 años seguimos siendo amigos y compartiendo la militancia por la dignidad de la vida. También puedo recordar el Movimiento Solidario en Salud Mental, la Asociación de Instituciones Privadas en Salud Mental (1986), El Espacio Institucional (1991) la fundación de Atico (1986) y el Plan Boca Barracas (1983) entre tantas formas inventadas de enfrentar el asistencialismo de la internación crónica. Los manicomios fueron siempre considerados como enemigos de la salud mental y el intento de cerrarlos, siempre frustro. Ni Vicente Galli ni Angel Fiasché lograron ese intento. Mas allá de la valiente actitud de médicos, psicólogos, enfermeros, asistentes sociales, terapistas ocupacionales, psicólogos sociales, la esencia del manicomio era y es la destrucción del sujeto. Su implosión deseante. Las luchas siguen y el manicomio queda. El Frente de Artistas del Borda, Pan del Borda, Cooperanza, La Colifata, son los nombres de hoy que vuelven a bautizar las luchas de ayer. Un tango advierte que cuando Jesús no ayuda, ayuda Satán (el tango es Pan). Entonces, nuestro guasón, el Macri Efecto, desmanicomializará  sosteniendo una cruzada letal contra locos, no tan locos y personal. La falta de gas en pleno invierno remeda las épocas del electro confusión. El deterioro que siempre puede deteriorarse más, es un test proyectivo de lo que el ejecutivo de la ciudad evalúa como “asistencia en salud mental”. El no cumplimiento de la ley 448 implica la ilegalidad absoluta en que chapotea el Ejecutivo de la ciudad autónoma y autista de Buenos Aires. El nuevo proyecto, emanado de la mente de algún sabihondo, ya que no suicida, pretende instalar un centro cívico en las instalaciones del Borda. Claro, no están elegidas al azar. En este momento allí funcionan el Taller Protegido 19, el emprendimiento Pan del Borda, hay una cancha de fútbol y otras espacios comunitarios. ¿Qué entenderá por Centro Cívico la gestión PRO? Pregunta que no espera respuesta. La doy yo directamente. Un desembarco para que opere como cabecera del mega emprendimiento conocido como Corporación del Sur. Que viene desde hace décadas, y que es la urbanización paqueta, mediante la construcción de countries verticales. Torres, centros de compras, etc, etc. Una U que unirá Puerto Madero con Pompeya, subte H mediante. Estas cosas y otras muchas las fui conociendo en las reuniones de los Autoconvocados del Borda. Que en una mezcla nada rara de pacientes, profesionales, militantes sociales, intentan sostener una lucha contra varios aparatos burocráticos, incluso gremiales. Los autoconvocados son una de las formas fundantes de enfrentar los mandatos de la cultura represora: la autogestión. Siempre colectiva y siempre con capacidad auto analítica. O sea: de pensar y pensar-se en su accionar. Ganaron varias asambleas, pero sabemos que la batalla es una cosa y la guerra es otra. Hoy me opongo al cierra del Borda, porque el cierre es una estafa colosal que encubre negociados inmobiliarios y terminar con la locura exterminando locos. No son pocos los externados que terminan en “situación de calle” o en esos aguantaderos de la noche que llaman “paraderos”. La jerigonza de la cultura represora para realizar su deporte preferido: encubrir la realidad. La lucha de los Autoconvocados creo que merece ser apoyada. No será la última, pero es posible que si es derrotada, aunque estoy seguro que nunca fracasará, la solución final para la manicomialización sea eliminar a los locos. Por ética y dignidad debemos intentar triunfar en los terrenos del Borda, en la eterna guerra por otro “nunca más”.

Vía:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/

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