La integración del General Naranjo (íntimo del ex-narcopresidente colombiano Uribe) a la campaña del priista Peña Nieto
La inclusión del general colombiano Oscar
Naranjo a la fila de asesores extranjeros de Enrique Peña Nieto es una
muy mala noticia para el precario sistema de derechos humanos en México.
Significa que, de llegar el priísta a la Presidencia, con su asesoría
se instalará en México un régimen de persecución e impunidad jurídica,
con el pretexto del combate al narcotráfico y el “terrorismo”. Y como en
la Colombia de Álvaro Uribe –a la cual Naranjo sirvió como Director de
la Policía Nacional-, podrían establecerse políticas extraoficiales para
favorecer el abierto accionar de grupos de choque que, como en el caso
colombiano, no establecería límites visibles entre la reacción
institucional y la clandestina.
Ni más ni menos que Naranjo es uno de los responsables de la
Operación Fénix el año 2008 en la región de Santa Rosa de Sucumbíos,
Ecuador, en la cual murieron los estudiantes mexicanos Soren Ulises
Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado, Juan González del Castillo y
Verónica Natalia Velásquez Ramírez, quienes, junto a la única
sobreviviente nacional, Lucía Morett, se encontraban en un campamento de
paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Tras los
hechos, Naranjo no sólo no respondió ante la Asociación Latinoamericana
de Derechos Humanos por su responsabilidad política, legal y
diplomática en el atentado, sino que se encargó de acusar a los
gobiernos de Ecuador y Venezuela de ligarse con las FARC según los
supuestos apartes del supuesto computador del acaecido jefe guerrillero
Raúl Reyes, supuestamente encontrado entre los escombros de los bombazos
de Sucumbíos. Tras las acusaciones, el ministro de Interior y Justicia
venezolano Ramón Rodríguez Chacín acusó a Naranjo de tener vínculos con
el narcotráfico.
Según su biografía simple en Wikipedia, Naranjo es miembro de la
International Drug Enforcement Association, que no es otra cosa que el
brazo de operación internacional de la DEA. De resultar Peña Nieto
elegido, esta agencia estadounidense podría tener libertad para operar
en México bajo protección presidencial, pero en detrimento de la
Constitución y la soberanía nacional, en pleno escándalo inacabado por
el operativo “Rápido y furioso” que permitió el trasiego ilegal de 2 mil
armas a México desde Estados Unidos con evidencias de protección del
aparato de seguridad de ese país.
Grito desesperado de Peña Nieto a Washington
Por otro lado, la inclusión de Oscar Naranjo es un grito desesperado
de Peña Nieto por agradar en Washington, dada la colaboración de éste
general en el régimen de Álvaro Uribe, que a la sazón era (y sigue
siendo de alguna manera) encargado en Latinoamérica de los intereses
políticos-militares y financieros del ala más reaccionaria de los
Estados Unidos.
Y no es nada raro que tal maniobra caiga justo en la hora en que el
secretario particular de Peña Nieto, Erwin Lino, y su coordinador de
comunicación, David López, así como el vocero del PRI, Roberto Calleja,
están siendo demandados por la empresa de televisión estadounidense
Frontera Television Network (FTN) ante la corte del distrito centro en
California por conspiración y fraude para la presunta obtención de 56
millones de dólares de dudosa procedencia, a nombre de dicha compañía
propiedad del empresario mexico-estadounidense José Luis Ponce de
Aquino. Esto sumado a la terrible imagen que de él ya tienen tres
alfiles mediáticos del presidente Barack Obama, el New York Times que ha
declarado que en cualquier otro país, Peña Nieto iría hasta abajo en la
preferencia electoral, el Washington Post que opina que EPN es “guapo
pero con propuestas vagas”, y el The Guardian de Londres, que ha
descubierto la relación de complicidad política y financiera entre el
aspirante presidencial priísta y la cadena Televisa para proyectar su
imagen como presidenciable, al mismo tiempo de intentar derrumbar la de
su principal oponente electoral, Andrés Manuel López Obrador.
Vicente Fox, la conexión
En ese sentido, es muy probable que la conexión Álvaro Uribe – Peña
Nieto se haya dado gracias a Vicente Fox, panista y asesor del aspirante
priísta, quien ha sido uno de los aliados “antiterrorismo” del ex
presidente colombiano y enemigo público de López Obrador. De hecho, tras
la masacre de Sucumbíos, se reunieron el 8 de noviembre del 2008 en el
“Centro Fox” de San Francisco del Rincón, Guanajuato, el ex presidente
Fox, Uribe y el grupo Consejo Ciudadano para la Seguridad, que interpuso
una demanda penal contra Lucía Morett queriéndola llevar ante la corte
colombiana por presuntos nexos con las FARC.
En esa reunión (http://www.youtube.com/watch?v=FtdxlMRqx9c ) estuvo
presente el mismo General Oscar Naranjo a quien Uribe pidió hacer “una
revisión documental” para “ayudar” a dicho Consejo Ciudadano para la
Seguridad, del cual hoy no se tienen muchas noticias, y que, entonces,
pidió al ex presidente colombiano actuar en contra de quienes estaban
“alborotando a los maestros” en el Estado de Morelos, refiriéndose a las
protestas magisteriales contra la llamada Alianza por la Calidad de la
Educación.
* Periodista. Premio Nacional de Periodismo 2009
La Haine
http://www.lahaine.org/index.php?p=62361
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