“¿Tienes un chaleco reflectante en el coche?”, le preguntaron a Paco Cebrián en su primer día de trabajo en la empresa Lesma Handling, encargada del trabajo en pista de la compañía aérea Ryanair. “Porque si es así empezamos ahora mismo”,
le dijeron. “Y allí me vi en plena pista, junto a los aviones,
descargando maletas, sin ningún tipo de formación y rodeado de
compañeros que iban hasta en bañador, con los chalecos de sus coches,
sin uniforme alguno y sin ninguna idea de cuestiones de seguridad ni
del oficio”, resume el trabajador de Lesma Handling que lleva ocho años en su puesto en el aeropuerto de Reus, en Cataluña.
“Desde entonces la situación ha mejorado, pero seguimos siendo la
única compañía que conozco en España que descarga las maletas a mano
porque nos dan tan poco tiempo y somos tan pocos trabajadores que usar
la cinta mecánica es una utopía”, explica Cebrián. “El 95 por ciento de los vuelos los hacemos entre dos personas y contamos únicamente con 25 minutos por cada vuelo para rentabilizar al máximo los aviones.
Otras compañías tienen como mínimo 45 minutos o una hora. Nosotros
cargamos alrededor de 150 maletas a pulso. Para poder usar la maquinaria
correspondiente necesitaríamos una tercera persona, pero la empresa se
la ahorra. ¿Por qué gastar ese dinero si le dan igual nuestras lesiones? Yo ya he tenido seis bajas por la espalda desde que trabajo aquí”, explica.
“Están abaratando costes día a día apretando las tuercas a un
trabajador que ya de por sí partía de una situación pésima”, explica
Armando Oliver, representante de Comisiones Obreras en el Aeropuerto de
Málaga. “Un jefe de rampa que está a 40 horas semanales cobra
poco más de 900 euros y eso después de llevar ya varios años trabajando
para la compañía. Y ahora es cada vez más difícil conseguir una
jornada completa”, explica Cebrián. “La tendencia actual es irse poco a
poco deshaciendo de los trabajadores fijos o que venían subrogados de
otras empresas con un convenio mejor, para ir contratando nuevos a través de agencias de trabajo temporal. Han
convertido el trabajo en pista en un empleo precario que hacen jóvenes
sin otra opción laboral y sin ninguna estabilidad”, cuenta Oliver.
Similar es la situación del personal de administración y de
facturación de Lesma Handling, según nos cuenta un trabajador aterrado
ante la mera posibilidad de que se conozca su identidad. “No puedes
imaginarte la presión que sentimos. Son profesionales del estrés, las amenazas y dinamitar la autoestima”, cuenta a Periodismo Humano. “Se
publica mensualmente un ranking en el que aparece el número de maletas
que cada trabajador ha cobrado en puerta de embarque porque sobrepasan
las medidas establecidas por Ryanair para el equipaje de mano. Nos alientan a que saquemos todo el dinero que podamos al consumidor. El trato que le demos es lo de menos. Tu valor como empleado depende del dinero que eres capaz de generar”, explica.
El trabajador cuenta a Periodismo Humano que en el caso de que se
olviden de cobrar algunas de estas maletas que no cumplen las medidas
demandas, la empresa les rebaja 60 euros de sus nóminas por cada una de ellas.
“Si se te pasa cobrar tres maletas, ya casi estás perdiendo dinero
porque trabajando a tiempo parcial ganas poco más de 200 euros
mensuales y tienes que pagarte el transporte hasta el aeropuerto y el
aparcamiento”, explica. “Si te pones enfermo y te marchas a tu
casa, te descuestan 8 euros por cada hora que estás fuera aunque traigas
el justificante médico”.
Empleados que se describen como desbordados y que se sienten
apresados entre las presiones de la empresa y las agresiones verbales y
“físicas” de algunos clientes, según nos cuenta un trabajador, “que
pierden los nervios ante un trato por parte de la compañía de vuelo que
consideran insultante”. Lo que curioso es que precisamente esta actitud
“prepotente y desconsiderada” hacia el cliente es uno de los rasgos que más denuncian organizaciones de consumidores como CEACCU o FACUA. “Nosotros creemos que actúan así siguiendo unas directrices de la propia Ryanair que parece formar a su personal más con el perfil del tendero de un bazar que como un profesional especializado que tiene que velar por la seguridad y bienestar del viajero” explica Rubén Sánchez de FACUA.
“Se sacan trucos de la manga para ponerle más difícil las cosas al cliente. Un ejemplo muy claro es que Ryanair es la única compañía que exige que los niños tengan el DNI y no le vale con el Libro de Familia, como establecen la normativa de navegación aérea. Mi interpretación desde dentro es que actúan así para aprovecharse de los pasajes de aquellos a los que no se les permite volar”, explica uno de los trabajador de Lesma Handling. Este mismo mes CEACCU informaba de la sentencia reciente que obliga a Ryanair indemnizar
con más de tres mil euros a una familia de Córdoba por no permitírseles
embarcar con sus dos hijos de tres años y seis meses en un vuelo entre
Fuerteventura y Madrid.
Unas condiciones de “bajos vuelos”
También recurre al anonimato el integrante del personal de vuelo de
una de las empresas contratadas por Ryanair que nos pone al corriente de
su situación. “Ya en la entrevista de selección te das cuenta del modo
en que te van a tratar. Sin darte a penas información sobre el puesto, te piden datos personales como tu número de cuenta y te dicen que si quieres trabajar con ellos tienes que pagarte tú mismo la formación, que no baja de los dos mil euros”, explica. “Aunque sin duda lo más increíble es que sólo nos pagan por la horas de vuelo
y no por los retrasos o el tiempo que pasamos en tierra esperando. Si
un avión se avería y te tienes que quedar en un destino, te pagas tú
mismo el hotel”, cuenta. “Y, por supuesto, nada de abonarte ni la comida ni el uniforme. ¿Para qué si pueden descontártelo de tu sueldo?”.
“Los trabajadores españoles de Ryanair y sus empresas
contratadas están sujetos a la legislación laboral irlandesa que es
totalmente tercermundista. No tienen ningún tipo de derecho sanitario en España
porque, a efectos legales, es como si estuvieran aquí de vacaciones. Ni
un solo día de baja pagada, ninguna cotización a nuestra Seguridad
Social. Incluso obligan a algunos pilotos a cobrar en paraísos fiscales si quieren trabajar con ellos”, cuenta Jorge Carrillo, miembro del departamento para el sector aéreo de Comisiones Obreras.
Periodismo Humano ha intentado sin éxito contactar con Lesma Handling
y otras de las compañías que contrata Ryanair para realizar las labores
de vuelo (Cavok) con la intención de contrastar los testimonios de sus
trabajadores. Si cualquiera de las mencionadas, desea que su versión sea
publicada en este artículo, se añadirá inmediatamente. También nos
dirigimos al gabinete de prensa de Ryanair en Dublín. Sin embargo, la
compañía aérea se niega a hacer declaraciones sobre ningún trabajador
que no esté directamente contratado por la empresa. Los trabajadores
entrevistados afirman que “para llegar formar parte directamente de la
plantilla de Ryanair, si se logra, es necesario pasar años de
precariedad laboral en algunas de las empresas que le prestan servicio”.
“Al final trabajamos aquí porque no nos queda otra, con la esperanza
de coger experiencia y cambiarnos a otra compañía. El problema es que
Ryanair está ganando terreno día a día y parece que empieza a marcar las
pautas”, explica el trabajador de vuelo. Las cifras parecen darle la
razón. Ryanair prevé crear más de mil nuevos puestos de trabajo este año,
entre pilotos, tripulantes de cabina, ingenieros y profesionales del
departamento de ventas durante el año 2012. Lo conseguirá gracias a la
creación de cinco nuevas bases en Dinarmarca, Polonia, Reino Unido,
Chipre y, la que comenzará en España, concretamente en Palma de
Mallorca. La compañía tiene programado inaugurar 17 nuevas rutas a
partir de la primavera de 2012 y su flota pasará de 270 a 305 aviones. A
pesar del encarecimiento de los precios del combustible, Ryanair
adelanta que durante el presente año sus beneficios podrían superar los 400 millones de euros.
Unas cifras en las que tienen mucho que ver las subvenciones de las que goza la compañía para volar a algunos destinos por su contribución al turismo local. La Generalitat de Catalunya y los ayuntamientos correspondientes, por ejemplo, han aceptado pagar cerca de seis millones de euros anuales para evitar que Ryanair deje de operar en los aeropuertos de Girona y Reus con la consecuente disminución en el número de turistas.
Vìa,fuente:
http://consumeymuere.periodismohumano.com/2012/04/24/subcontratas-ryanair-empleados-low-cost/
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