viernes, 30 de marzo de 2012

Chile: ¿Estamos simplemente indignados o algo más?...por Olga Larrazabal S.

Parece que hay una epidemia de alergias y ronchas.  Veo muchas personas tomando antialérgicos, rascándose como condenados, medios dormidos con los antialérgicos y con unas manchotas  grandotas en el cuello o en los brazos.
Converso con varias de ellas, porque sobre todo son mujeres, tratando de ver qué pasa, y el factor común de todas, es una especie de gran molestia mezclada con desazón.  Desazón porque encuentran que este país se ha convertido en una especie de lugar desafortunado, regido por desubicados.  Las noticias son todas calamitosas, la televisión es mala con alevosía, nada es como dice ser, o tiene letra chica o te engañan y tienes que andar viva del ojo el día entero.
Si vas a un Súper y ves una oferta, te la marcan mal y te cobran el triple.  Si tienes millaje en aviones que vencen el 31 de Marzo, te los dan de baja el 25 de Marzo, y tienes que alegar. Si tienes una página web de algún servicio que debieran darte por Internet, el sistema no acepta tu clave, o tu carnet o tu fecha de nacimiento.  El Administrador del Edificio no existe y el Presidente del Comité de Administración, tampoco.  No se toman los seguros obligatorios ni se informa, a menos que vayas al Juzgado de Policía Local a hacer denuncias.
Los precios de los alimentos están por las nubes y comes carne una vez a la semana, y cualquier dieta equilibrada cuesta un censo.  De modo que el pan, los sanguches, y los fideos, más los aditamentos de la comida chatarra y la ansiedad,  tienen a tu hija de 15 como una ballena.
Y si vamos a un lugar concurrido, está lleno de señoritas con 20 Kg de peso extra, víctimas de la dieta chatarra que está al alcance del bolsillo, y de la ansiedad al sentir que están debiendo hasta el alma.
Los remedios se reajustan,  y el Transantiago disminuye sus tiempos en que el boleto sirve, y el gasto en locomoción sube misteriosamente.
Sientes que el Estado no te protege, sino que te agrede  y  se mete en tus ritos más privados, aunque presume de neo liberal.   Los carabineros son entrenados para reprimir terrorismo y a la hora de repartir palos, lo hacen contra cualquiera manifestación de descontento de los ciudadanos con una mala leche impresionante, fruto de algún entrenamiento en el extranjero.
Abro la puerta el Domingo a mi hijo que viene a almorzar, y antes de decir ¡Hola! Coge el diario del suelo y me dice:  Este gobierno me tiene hasta…..Le dije antes que nada:  No te voy a poder ir a dejar, porque me voy a tomar una copa de vino al almuerzo.  Transantiago habemus.
Él hojea el diario, ve lo del chico Zamudio, pateado y torturado por ser homosexual, y me comenta:  ¡Qué país más odioso! ¡Qué les importa a esos desgraciados como viva Daniel Zamudio su sexualidad! ¿Por qué no se preocupa el Estado de que en los colegios se enseñe a manejar las emociones, a tolerar al prójimo en su individualidad, a vivir en una democracia y sus valores?  Con el cucharón en la mano le digo:  Porque los que gobiernan son prejuiciosos, aunque mencionen a Dios, venga o no al caso, ya que el Dios de ellos es muy particular  y es muy enojón e intolerante. Y dime en que Dios crees y te diré quién eres y que es lo que haces.
Después, cuando se va en micro, me quedo pensando, ¿Son realmente la mayoría de los accidentes provocados por un par de copas de vino al comer?  ¿Y qué tal la coca y las anfeta?  ¿No somos uno de los países más consumidores de drogas duras en Sud América?  Y eso es calladito.  ¿No nos estamos convirtiendo en uno de los más represores donde la gente es menos feliz?  ¿No se habrá dado cuenta el Ministro puritano y represor que se está agenciando una rechifla de por lo menos 12 millones de personas?
En este país no hay carnaval,  sabia fiesta de expansión donde el pueblo suelta sus demonios.  Si hasta los romanos sabían eso.  No, en Chile había patrones que temían que sus capataces se amigaran con sus obreros en estas fiestas y fueron suspendidas ya en el siglo 19.  Toda manifestación pública es reprimida, y la burguesía, que adora el orden y la limpieza en calidad de virtud teologal, lo primero que dice es:  Horror, ensuciaron todo…Y los manifestantes lo ensucian porque no lo sienten propio y porque saben que esto les duele a los otros.  Cosa de ver los grafiteros, que adoran rayar las paredes…ajenas.
Y los reprimidos las emprenden con lo que de les pone por delante, sea pared, un joven homosexual, un compañero de colegio, un automovilista en la carretera, con un odio desatado y con ganas de hacer daño.
Voy a cenar con dos amigas, una de ellas notable científica, la otra experta en “coaching”, ambas muy viajadas y con largas residencias en Europa, donde aparentemente son harto más amables que nosotros para vivir en tiempos de paz.  Al sentarnos, se sueltan la cincha, y empiezan a contar su día, lleno de estas contrariedades que enuncié al comienzo.  Al fin, una de ellas, que suele ser una dama me espeta:  Es que estoy EMPUTECIDA, no indignada.  Y la otra coreó:  Esto, más que indignación es emputecimiento con el sistema.  Y ambas comenzaron a rascarse el cuello y el brazo respectivamente, mientras intercambiaban antialérgicos.
Yo, que manejaba, tuve que tomar una cerveza inalámbrica, como las bauticé, mientras pensaba en la sonrisa satisfecha del Gerente de la Cervecería y la cara larga de los viñateros que también deben estar emputecidos, igual que mis amigas y yo y el resto del país.
Olga Larrazabal S.
Marzo 2012

Vìa:
http://www.piensachile.com/secciones/opinion/9804-iestamos-simplemente-indignados-o-algo-mas

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