jueves, 23 de febrero de 2012

España : La policía sume Valencia en un estado de excepción / Juan E. Tur





L'informatiu


Tras convertir hace unos días una protesta estudiantil por los impagos de la Generalitat a su escuela, en una carnicería contra menores que dio la vuelta al mundo, la policía nacional enviada por la delegada del gobierno, Paula Sánchez de León, convirtió el lunes una nueva pequeña protesta en un caos. Un caos en el que los cuerpos antidisturbios aprovecharon para agredir a estudiantes, jóvenes, padres, transeúntes y políticos, y que dejó durante horas el centro de Valencia en un estado de excepción de facto.
A las 14:45 la calle parecía tranquila. El tráfico fluía con normalidad por la calle Xátiva y la única presencia policial disuasoria a la vista, para tratar de apaciguar o reconducir los ánimos de los más de 200 estudiantes del IES Lluís Vives que ya el pasado sábado anunciaron que ayer, a esa hora, retomarían sus protestas (por las malas condiciones en que reciben su educación por los impagos del Consell y por la violencia policial desplegada contra ellos la pasada semana), era un furgón en la estación de Xàtiva y diez antidistrubios inmóviles junto a él.
Así pues, los chavales salieron a la calle y, como también anunciaron —aunque también ayer sin solicitud a (ni autorización de) Delegación del Gobierno— se dispusieron a detener el tráfico en la calle en señal de protesta sin recibir ninguna oposición y comenzaron a marchar hacia la plaza de España. Fue entonces, cuando ya habían emprendido su acción, cuando cerca de una veintena de vehículos policiales cargados de agentes antidisturbios empezaron a irrumpir por las calles adyacentes, tarde ya para tratar de evitar los altercados, pero a tiempo para "reaccionar" a la protesta.
Así la policía estableció un primer cordón entrada ya la calle San Vicente, que los estudiantes atravesaron con ligeros enfrentamientos, y fue cuando estos avanzaron hasta apenas cincuenta metros de la Plaza de España, cuando se encontraron con un cordón de policía que, tras unos instantes y sin mediar palabra realizó la primera carga contra ellos. A partir de entonces solo reinó el caos. Las fuerzas del orden no habían tratado en ningún momento de que se mantuviera el orden y en adelante sus únicas advertencias, acompañadas muchas veces de golpes, fueron para invitar a los chavales que subieran a la acera. Muchas otras veces, los golpes llegaban sin advertencia y con los jóvenes ya circulando por ella. Los antidisturbios, por norma general, se negaron a identificarse cuando se lo reclamaron los ciudadanos.
La excepción se prolonga
A la vista de los hechos no pareció que el objetivo policial fuera evitar los incidentes y no cabe duda de que, si lo era, no se logró. Lo que en principio hubiera sido una protesta, seguramente molesta para algunos ciudadanos, pero localizada y relativamente breve de un par de centenares de jóvenes, se convirtió por obra y gracia de las fuerzas de seguridad del estado, en unos altercados que se prolongaron más allá de las 21 horas y se extendieron por varios kilómetros cuadrados del centro de la ciudad; con cargas y agresiones policiales tanto en el interior de comercios donde trataban de refugiarse los menores, como en el interior de la Estación del Norte, todas las calles aledañas a la misma, la plaza del Ayuntamiento, e incluso a la Porta de la Mar.
Mientras los antidisturbios seguían repartiendo cera, la delegada del gobierno Paula Sánchez de León convocó una rueda de prensa en la que finalmente sólo habló el jefe superior de policía de la Comunitat Valenciana, Antonio Moreno, que a pesar de los hechos, aseguró que sus subordinados "respondieron" a los jóvenes con un "plus de agresividad" debido a su "agresividad". En este sentido cabe apuntar que a lo largo de la tarde, este diario solo pudo determinar (en conversaciones con otros compañeros de la prensa) algún lanzamiento esporádico de naranjas cogidas de los árboles y un par de objetos por parte de algún individuo aislado. "Algunos creen que están en un juego, pero luego vienen las sorpresas y las lamentaciones" apuntó Moreno, en referencia a unos chavales, prácticamente niños muchos de ellos y que asistieron a todos los incidentes cargados con sus mochilas, a los que calificó como "el enemigo".
Solo minutos antes de estas declaraciones del jefe superior de policía, según fuentes de la Federación Valenciana de Estudiantes, los agentes anunciaron a los jóvenes que permanecían protegidos en el instituto y su entorno una breve tregua durante la cual podrían retirarse a sus casas sin ser detenidos. Los jóvenes anunciaron que lo harían si se liberaba a los detenidos durante la jornada, extremo que negaron las fuerzas de seguridad, por lo que tanto ellos, como los jóvenes y adultos del resto de la ciudad que se acercaron hasta allí a lo largo de la tarde, decidieron no abandonar su protesta.
Fue así como, poco antes de las 20 horas, de nuevo trataron de reemprender la marcha, esta vez acompañados entre otros por los diputados de Compromís en las Cortes Enric Morera, Mónica Oltra y Josep Maria Panyella, su diputado en el Congreso Joan Baldoví (que denunció haber sido agredido), el concejal de Compromís en el Ayuntamiento, Joan Ribó, y padres de los estudiantes, además de numerosos adultos. Y de nuevo fueron disueltos por una carga policial precedida por numerosos disparos al aire de pelotas de goma y no exenta de golpes de porra. En esta ocasión, como ya había sucedido a lo largo de la jornada, algunos policías no distinguieron, casual o intencionadamente, entre manifestantes y periodistas, quien sabe si incómodos porque su actuación ya fuesen motivo de escarnio en la prensa estatal y en breve en la internacional.
Delegación del Gobierno hacía así caso omiso a la petición de Esquerra Unida pidiéndole, a las 18:30 horas, la retirada de los cuerpos antidisturbios que sembraban el terror por el centro de Valencia, en lo que desde este partido calificaban, en palabras de su coordinadora, Marga Sanz, como una actuación "absolutamente salvaje y descontrolada", con "una ciudad tomada por la policía, que está dejando unas imágenes brutales de agresiones a chavales, periodistas y transeúntes". En Madrid, a lo largo de la tarde, PSOE, IU y ERC pidieron la comparecencia del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para dar explicaciones por la actuación policial.
A las 22 horas los helicópteros aún sobrevolaban un centro de Valencia en aparente estado de sitio, por decisión de la responsable del Interior en la comunidad. También numerosos agentes se dirigieron a la facultad de Historia en Blasco Ibáñez, donde se concentraban centenares de representantes estudiantiles para determinar nuevas acciones. Al finalizar la jornada se sumaban 25 personas detenidas, mientras las imágenes registradas por los compañeros de la prensa y los ciudadanos registraban decenas de heridos. Seguramente algún policía también presentaría alguna lesión provocada en el ejercicio de la fuerza. A la misma hora, este diario no tenía constancia de que, por otra parte, Paula Sánchez de León haya enviado a las fuerzas del orden a advertir, presionar o detener a los responsables en la administración de los impagos a los centros educativos valencianos, origen de toda esta legítima protesta.
Fuente: http://www.linformatiu.com/portada/detalle/articulo/la-policia-suma-valencia-en-un-estado-de-excepcion/

Vìa:
  http://www.rebelion.org/noticia.php?id=145078

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