Servindi, .- Hace un año Benicia Chinchay
Mulatillo recurrió a la justicia para que se sancione al culpable de las
tres puñaladas que recibió y de las doce con que dieron muerte a su
esposo Arcesio Gonza Castillo, quien era el fiscal de la junta directiva
de la Comunidad Santa Rosa de Suyo, en Ayavaca, Piura, y un conocido
defensor del medio ambiente.
A pesar de haberse comprobado los indicios y de contar con
testimonios que sindican a Wilmer Mondragón Abad como autor del
asesinato, el fiscal adjunto de la Fiscalía Mixta Provincial Penal
Corporativa de la provincia de Ayavaca, Carlos Grado La Rosa, ha
solicitado el sobreseimiento del caso por “falta de pruebas”.
La audiencia de esta semana convocada por el juez Carlos Muñoz Alfaro
resolvió diferir la resolución para saber si archiva el caso o abre
juicio.
El terror y la indignación de Benicia Chinchay Mulatillo de saber que
el asesinato de su esposo pueda quedar impune es mayúsculo y compartido
por la comunidad de Santa Rosa de Suyo. Detrás del crimen, está la
decisión de la comunidad campesina de resistir y defender sus
territorios y aguas comunales frente a la minería informal.
Este es el motivo por el cual el caso cobra relieve: la impunidad para los asesinos de un dirigente campesino.
Benicia Chinchay deberá esperar 15 días más para conocer la decisión
del juez, pero deja sospechas que habiendo transcurrido un año del
crimen en el que existen comprobados indicios y en el cual ella misma es
testigo y víctima, el Ministerio Público haya planteado el
sobreseimiento del proceso.
Para los comuneros existiría un encubrimiento fiscal a los asesinos y
contaminadores del medio ambiente al que se agrega un enfoque que
criminaliza a quienes defienden la tierra.
Fuente,vìa :
http://servindi.org/
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