El pasado fin de semana y por primera
vez en su historia, una asamblea de Confech fue organizada por los
estudiantes mapuches. Hasta Temuco arribó Camila Vallejo, la emblemática
portavoz del movimiento. Hasta allí arribó también The Clinic, único
medio autorizado para reportear en la reunión. ¿Se mapuchizó Camila en
Temuco? Pasen y lean.
A sus 23 años, Camila Vallejo Dowling, militante comunista, se ha transformado en la principal portavoz del movimiento estudiantil en Chile. Tanta sobreexposición la incomoda, pero junto a una nueva generación de líderes no esta dispuesta a bajar las banderas por una educación gratuita y de calidad. Egresada de la carrera de Geografía, arribó hasta Temuco el pasado fin de semana, para participar de la asamblea Confech convocada por la Federación Mapuche de Estudiantes (Femae).
Camila, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), habló en entrevista con The Clinic sobre el proceso vivido por los estudiantes mapuches en la Confech y el desafío, siempre pendiente, de la interculturalidad en la educación. La portavoz destaca hoy el rol jugado por los universitarios mapuches, pero reconoce como un error de los comunistas el haber puesto trabas iniciales a su inclusión en la Confech.
Pero las cosas han cambiado. Los estudiantes mapuche son protagonistas de las movilizaciones, sus portavoces integran la Mesa Ejecutiva de la Confech y de parte de Camila, solo palabras de agradecimiento. “Ellos han demostrado mucha capacidad en plantear sus demandas, en sus argumentos, han nutrido de manera increíble el debate interno en la Confech”, señala. De ello y mucho más conversamos con la destacada dirigenta.
¿Qué importancia le das a este Confech organizado por mapuches?
-Yo siento que la Confech ha vivido un proceso de maduración importantísimo este año. No solo por los saltos cualitativos que ha dado en propuestas y nivel de articulación con otros actores, sino también por incorporar a los estudiantes mapuches organizados en su seno y también sus demandas. En toda la historia de la Confech nunca fueron un tema relevante, me atrevo a señalar que ni siquiera un tema a discutir. Tampoco era muy bien entendida su dinámica de organización, que se aleja un poco de la burocracia de la organización estudiantil nuestra.
Les costó ingresar a los mapuches.
-Si, costó, costó para todos, pero ha sido muy enriquecedor para el debate este proceso que hemos vivido con ellos.
¿Hay una deuda del PC y la Jota en respetar el carácter autónomo de la lucha mapuche?
-Creo que si y tiene que ver básicamente con la ignorancia nuestra. Ahora, el PC ha tratado de hacer un trabajo con los mapuches, un trabajo desde hace décadas, pero muchas veces ha caído también en errores, esto tan típico de la instrumentalización política. Yo soy optimista. A nosotros mismos, cuando se nos cuestionaba por no aceptar de buenas a primeras a los compañeros mapuches en la Confech, ese fue un error nuestro. Un error legítimo, que nos hizo aprender y ser humildes hoy para reconocer que no estuvo bien. Hoy, dentro de las discusiones que se han dado en el Partido y en las propias Juventudes, el tema mapuche podemos decir que está instalado y de una mejor manera.
¿Qué te ha parecido el rol de la Femae en la Confech?
-Ellos han demostrado mucha capacidad en plantear sus demandas, en sus argumentos, han nutrido de manera increíble el debate interno en la Confech. El estar hoy reunidos acá, en Temuco, es una señal muy potente tanto para ellos como para nosotros al respecto. Para mi es un ejemplo el trabajo que han realizado en el sur, con hogares estudiantiles recuperados, recintos hoy autónomos, hemos podido ver acá la materialización de una lucha de años.
¿Primer Confech fuera de las universidades?
-Primera vez. Yo lo califico como un hito histórico. Es también la demostración de que estamos trabajando en comunidad, asumiendo como Confech este tema de la interculturalidad no solo en el discurso. El estar acá reafirma nuestro compromiso con el pueblo mapuche, se valora la fortaleza que han tenido ellos porque si bien nosotros hemos vivido episodios de represión, no se compara con lo que las comunidades viven a diario acá en el sur. Hemos asumido como Confech el desafío de reconocer los derechos del pueblo mapuche, pero resguardando siempre su cultura, identidad y espacios autónomos de organización.
¿Este desafío asumido por ustedes crees que es un desafío país?
-Evidentemente. Se requieren de cambios estructurales a nivel de Estado. Estos no van a ser de la noche a la mañana, pero ya implica un paso esta apertura de sectores como el estudiantil.
¿Qué ha implicado para ti este sumergirse en la realidad mapuche?
-Nos da una visión mucho más holística de cómo debe plantearse la educación en Chile. Uno tiende a olvidar, en esta discusión de la gratuidad o la calidad, el tema de los contenidos. Nos olvidamos de cómo la interculturalidad y la multiculturalidad también debieran ser reflejadas en este cambio de paradigma que buscamos. Es una discusión muy profunda que al menos los dirigentes ya estamos dando internamente en la Confech, permitiéndonos representar de manera mucho más cabal las aspiraciones de la sociedad chilena en su conjunto. Se requiere que estos debates puedan ser dados en todos los sectores de la sociedad.
Hoy se sigue insistiendo en que las “machis” son brujas, que la “Pacificación” no fue un genocidio, etc. Qué te parece todo ello.
-Creo que todos los libros deben ser revisados, debemos preguntarnos qué tipo de educación estamos recibiendo. Es un desafío tremendo que tenemos como Confech y como sociedad. Cuando hablamos de democratizar la educación también hablamos de democratizar el conocimiento, que no siga siendo una elite la que maneje los contenidos. Hay que mostrar todas las posturas de la historia, no aquella que ha escrito en Chile un solo sector dominante. Y esto debemos hacerlo en todos los niveles de la educación, desde el preescolar hasta la educación superior. Este es un desafío mayor, una batalla de ideas que ni siquiera la Confech le ha dado tanta relevancia. Se dice “la universidad para el desarrollo país”, pero de qué tipo de desarrollo estamos hablando, son preguntas abiertas.
¿Se requiere un nuevo Pacto Social en Chile, una refundación del Estado?
-Creo que debemos avanzar hacia una nueva Constitución Política. Y para ello se requiere mucho mayor trabajo, mucho más de lo que hemos hecho hasta ahora. Lo que nos queda como tarea es, más allá de lo que suceda con el movimiento estudiantil este año, fortalecer organización social en los territorios y desde ahí fortalecer una Plataforma Social o un Frente Social que asuma este desafío, que pueda disputar el poder político con un programa, con un eje programático común. Si nos quedamos en la demanda poco y nada va a cambiar. Yo soy militante comunista pero solos los comunistas no lo vamos a hacer, por eso hablo de un nuevo tipo de referente social, más amplio y donde podamos invitar a diversos actores sociales que hagan viable una alternativa política.
¿Ves en el pueblo mapuche un aporte al nuevo tipo de sociedad que se busca construir?
-Estoy convencida de ello. Ha pasado en otros países, como Bolivia, cuando se logra reconocer a los pueblos originarios y se instala un nuevo modelo de desarrollo, más humano. Cuando se logre incorporar la cosmovisión mapuche, su historia, sus valores, principios, en la educación chilena, creo que nos acercaremos a un nuevo tipo de sociedad, más justa y democrática.
¿Te mapuchizaste?
-Me ha sorprendido el pueblo mapuche. Me genera mucha inquietud la rica visión del mundo que tienen, su lengua, que interpreta de otra forma el mundo, muy distinto a como nosotros lo vemos. Eso me inquieta mucho, poder entender, poder aprender de ellos, de cómo ven las relaciones humanas, de su relación con la tierra, con su entorno natural y social. La dinámica dirigencial actual me deja muy poco tiempo para poder conocerlos más. Ojala pueda tener, en el futuro, la oportunidad de relacionarme más con los mapuches. Si pudiera abstraerme de esta cotidianeidad occidental, créeme, me encantaría conocerlos más.
¿Qué conocimiento previo tenías?
-Muy poco, lo que me pasaban en el colegio. Y lo que sale en los medios de comunicación, este sesgo de la violencia, de la protesta, etc. Yo conocía algo de la lucha por las tierras, muy poco, básicamente debido a mi carrera de geografía, en una visita que realizamos a una comunidad hace unos años. Allí una señora mapuche nos contó sobre su lucha, de la represión y de la perdida de la identidad producto del éxodo de las nuevas generaciones a la ciudad.
Perdida asociada a un modelo educativo que les niega lo que son…
-No está hoy dentro del sistema educativo su cultura e identidad. Tampoco los espacios para que puedan desarrollar sus propios modelos educativos, más allá de esta visión folclórica que predomina. Es parte de lo que todos hemos aprendido con su participación en la Confech.
Vìa :
http://www.theclinic.cl/2011/09/01/entrevista-camila/
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