“No me hirió paladín fuerte, me hirió un rufián por detrás, para no acertar jamás, tampoco acerté con mi muerte”
(Rostand Edmond. Cyrano de Bergerac)
“Quizás la vida deja de ser digna cuando no podemos elegir nuestra muerte”
(aforismo implicado)
“La odisea llegó a su fin, no como deseábamos. Queríamos el
reencuento desde lo más profundo de nuestro corazón. A los que conocemos
el terrible dolor por la muerte de un hijo, como sucedió con los
nuestros y los de tantos casos más en esta triste y apagada Argentina;
la partida de Candela de tan solo 11 años de edad no deja de
consternarnos. Así nos encontramos, dolidos, casi sin palabras por una
luz que se apaga de tan vil manera. ¿Qué podemos decirles a Carola y
Alfredo, sus padres, en este momento? Nada que se pueda expresar en
palabras. Nos solidarizamos con ellos y le rogamos a Jesús y Dios Padre
que les dé la fuerza necesaria para soportar la partida de su hermosa
niña Candela. "Que la luz de Candela siga brillando eternamente y sea la
que encuentre a sus asesinos!!." Los padres de QUE NO SE REPITA.
Asociación Civil”
(APe).- “Compañero te desvela la misma suerte que a mí prometiste y prometí encender esta candela”.
Mario Benedetti no hubiera merecido observar como otra candela se
apagaba. Pero a Candela la apagaron. Mientras miraba en un zapping
furioso las noticias actualizadas en casi todos los canales, obviando a
678 que seguía su pelea con Magnetto, a la Su Gimenez que prometía
repartir un millón de pesos, y a Duro de Domar interesado en la pelea de
Maxi y Wanda. Sabemos que las palabras son necesarias, especialmente
cuando nada importante quiere decirse. O en todo caso, hay una apelación
discursiva para que el sentido profundo siga oculto. Y yo estoy
haciendo eso. Estoy escribiendo porque Candela no es mi hija, pero estoy
escribiendo sobre Candela porque hubiera podido serlo. Pero insisto: no
soy la madre ni el padre de Candela y entonces todavía puedo escribir. Y
además, quiero hacerlo. Cuando escribimos antes, intentando ejercer la
función de la prevención social y política, somos pájaros de pésimo
agüero. Cuando escribimos después, no hay palabras que logren el milagro
de que el tiempo retroceda. Y no hay palabra que pueda poner vida
cuando sobra la muerte. En esta cultura represora siempre la víctima
será atrapada por la culpa. Y ésa será otra muerte, permanente,
lacerante, insoportable. Y esa culpa de la víctima, diluye la
culpabilidad del Victimario. Con mayúsculas, porque no es un sujeto,
sino un modo de producción político de injusticia e impunidad. Y hay
víctimas, para decirlo de alguna manera, de primera generación. Pero hay
ya varias generaciones de víctimas de la impunidad, que no es ausencia
ni debilidad de la ley. Es justamente la presencia y la fortaleza de la
Ley del Represor. Y siembra la peor de las angustias: la confusión. Como
todo es posible, desde el secuestro extorsivo hasta el secuestro con
fines de explotación sexual, o laboral, o para tráfico de órganos, o
está en la casa de una tía, entonces la confusión lleva a la parálisis.
La salida es la bronca, pero no la de un día de furia individual, sino
la de años de furia colectiva. Y no solamente reactiva, o sea, la del
día después. Lo reactivo suele ser intenso pero también efímero.
Intensidad atravesada por el dolor insoportable de la pérdida que nunca
podrá ser elaborada. No hay duelo psicológico porque no hablamos de un
corte, sino de un desgarro. Candela desapareció, y toda desaparición es
sin aviso y sin aclaración. O sea: la desaparición forzada es el
paradigma de lo traumático. Y el trauma individual, político, histórico y
social no se elabora en una, ni en dos, ni en diez generaciones. No es
solamente una herida siempre abierta y sangrante. Es una herida
carcomida, agusanada, infectada hasta el hueso. El animal herido se lame
las heridas, pero sólo tiene herido el cuerpo. Las heridas del alma no
pueden lamerse y a veces, hasta vergüenza da el consuelo. Alguna vez
escribí un aforismo: “perdoname querido León, pero todo está clavado en
la memoria”. No es casual que hoy lo recuerde. Mas de 500 personas
desaparecidas y Julio Lopez y Luciano Arruga y Marita Verón, y todas y
todos en esta democracia que apenas pudimos conseguir pero que todavía
no podemos profundizar. El estado de bienestar que asigna no ha logrado,
no ha querido, no ha sabido desmantelar a otros estados de malestar que
arrancan la asignación mas importante: la vida. Fuerzas multiplicadas
de seguridad que no sólo tienen el monopolio de la fuerza pública. Han
organizado ese monopolio con una lógica estatal. El Estado dentro del
Estado, pero no sabemos con precisión cuál incluye a quién. Sabemos
quién gobierna. El 50% no deja lugar a dudas. El tema después de tantos
años de democracia es saber quién reina. Porque ya es obvio que estamos
ante poderosos reinos del terror, o mejor dicho, de los terrores. Desde
la esclavitud sexual hasta el hambre que corroe el cuerpo y el alma.
Pero a Candela la apagaron. Para siempre. Otras también están apagadas.
También para siempre. Y nosotros, que deseamos seguir prendidos en esta
lucha contra la cultura represora, tenemos que inventar fábulas que nos
permitan seguir sonriendo, sonreir mientras lloramos. Y la fábula que yo
me inventé, ahora, mientras escribo, es que Julio Jorge Lopez es el
abuelo que en Candela encuentra otra nieta. Y que juntos esperan que no
dejemos de pensar, de sentir, de hacer para que haya justicia. Incluso
la justicia por mano propia, que no es la venganza. La justicia por mano
propia es la lucha permanente contra todas las formas de la impunidad,
como lo hicieron las Madres, las Abuelas, los familiares y
sobrevivientes de Cromagnon y todas y todos que ya saben y no se olvidan
que la justicia es algo demasiado importante para entregarla al Derecho
y que la vida es algo demasiado importante para entregarla a las
Fuerzas de Seguridad. Yo sé que nos desvela lo mismo que me desvela a
mí, y que el querido Mario Benedetti nos seguirá pidiendo encender otras
candelas.
Vìa, fuente:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=6098:no-hay-milagro-para-candela&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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