Ya en julio pasado, Microsoft advirtió que el gobierno norteamericano tendría acceso a los datos hospedados en la “nube” de las compañías estadounidenses que brindan servicios en territorio europeo. Informaba el monopolio que:
"En un número limitado de casos, en Microsoft puede que tengamos que revelar información sin su consentimiento previo, incluyendo cuando sea necesario para satisfacer los requisitos legales o para proteger los derechos o la propiedad de Microsoft a terceros (incluyendo el cumplimiento de los acuerdos o políticas que rigen en el uso del servicio). Aún así, como regla general los datos del cliente no serán transferidos a los centros de datos fuera de esa región.”
Un mes después de esta insólita advertencia, Google reconoce que ha estado entregando los datos de sus usuarios europeos a las agencias de inteligencia Estados Unidos sobre la base de la ley norteamericana conocida como Patriot Act, que por cierto está en vías de endurecimiento con el impulso de la administración Obama.
Algunos sitios como ALTIO40, denuncian un “choque de leyes entre las que se rigen en la propia Unión Europea y las de Estados Unidos”, admitiendo que la Patriot Act se impone para todas las compañías con base en Estados Unidos, las cuales son obligadas a actuar por encima de las leyes europeas aún trabajando en el territorio” y se preguntan qué dirá la Unión Europea de todo esto, para concluir que “es difícil imaginar que la Unión Europea no tome cartas en el asunto ya que la legislación exige a las empresas a proteger la información personal de los ciudadanos de la Unión” y ahí es donde se equivoca.
Hace mucho tiempo que la Unión Europea puso por delante la subordinación a Estados Unidos que la protección de sus ciudadanos. Las cárceles clandestinas y los vuelos de la CIA en su territorio, pretextando la “guerra contra el terrorismo” son sólo un ejemplo, por no hablar de la aceptación del carácter extraterritorial de las imposiciones del bloqueo norteamericano contra Cuba.
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