Aunque no será hasta el 11 de septiembre cuando los guatemaltecos
definan con su voto el gobierno que reemplazará al del socialdemócrata
Álvaro Colom, las encuestas de diversas firmas encuestadoras ubican a
Pérez Molina, del Partido Patriota, como el candidato mejor posicionado y
a mucha distancia de sus contendientes.
La firma CID Gallup, en un sondeo realizado entre el 2 de julio y el 8
de este mes, sitúa a Pérez Molina con el apoyo de 29 por ciento de los
entrevistados, seguido de Manuel Baldizón, del partido populista
Libertad Democrática Renovada, con 13 por ciento.
Los ciudadanos están convocados a concurrir a las urnas el segundo
domingo de septiembre para elegir presidente y vicepresidente del país
para un nuevo período cuatrienal, 158 diputados al unicameral Congreso
legislativo, 333 alcaldes municipales y 20 representantes ante el
Parlamento Centroamericano.
El segundo lugar en las consultas lo ocupaba Sandra Torres, exesposa
de Colom, con casi 15 por ciento de preferencias. Sin embargo, la Corte
de Constitucionalidad rechazó el lunes 8 de este mes su inscripción
como candidata presidencial al entender que la separación se concretó
con su cónyuge aún en el cargo y, por tanto, el vínculo familiar que la
inhibe por ley para esa aspiración continúa.
Tras el retiro obligado de Torres, el panorama electoral varió en
algunos aspectos, pero el general retirado sigue inmutable a la cabeza
de las encuestas. Ese análisis político hace que líderes sociales
manifiesten preocupación sobre el futuro en asuntos como derechos
humanos, desarrollo económico e independencia de la justicia.
“La imagen que tiene la gente es de un gobierno que tendrá una visión
autoritaria, especialmente, en el tema de seguridad. Se proyecta por
el mensaje que el partido tiene con el símbolo de un puño cerrado y la
mano dura”, dijo a IPS la directora del Instituto Centroamericano de
Estudios Políticos, Catalina Soberanis.
La política de “mano dura”, una estrategia de seguridad basada en las
acciones represivas del Estado contra la violencia, es un vieja
conocida de América Central.
Fue usada en El Salvador entre 2004 y 2009 por el entonces presidente
Antonio Saca y en Honduras de 2002 a 2006 por el mandatario Ricardo
Maduro, ambos con fuertes críticas de las organizaciones de derechos
humanos que los acusan de cometer excesos contra la población civil en
nombre de la seguridad.
Pero también existe aflicción por la ingente necesidad de una reestructuración de la política económica.
“El tema fiscal lo tendrá que enfrentar. Si Pérez Molina llega al
gobierno y tiene esa posición conservadora debería decidir si irá a la
búsqueda del diálogo o si, con mayoría parlamentaria, acuerda una
revisión de la normativa tributaria”, dijo Soberanis.
Colom recortó en julio unos 275 millones de dólares del presupuesto
general del Estado para tratar de achicar el déficit fiscal de 575
millones de dólares, lo cual afectó inversiones para la promoción de
justicia, seguridad y salud, entre otras.
“Ese es el mayor reto que tendrá y del cual deberá cuidarse el futuro
gobierno: La modernización fiscal integral desde los ingresos, el
contrabando y la corrupción”, porque en esa medida podrá darle
viabilidad a sus planes, dijo a IPS Raquel Zelaya, de la no
gubernamental Asociación de Investigación y Estudios Sociales.
Aunque ve “muy complicado” el panorama fiscal para 2012, la experta
no ve un problema en los vínculos que el Partido Patriota tiene con el
sector empresarial, gran parte del cual financia la campaña electoral
de Pérez Molina, que ya sobrepasa los siete millones de dólares.
“No está acreditando una cercanía a sectores empresariales tradicionales, con lo cual hay una veta interesante”, dijo.
Más allá del aspecto económico, Zelaya reconoció que otros militares
retirados serán sus cercanos colaboradores en un eventual gobierno,
aunque “no se trata de una militarización”.
Perro la activista humanitaria Claudia Samayoa cree lo contrario.
Dijo a IPS que “se trata de un equipo conformado por un número
significativo de generales y coroneles que vienen de la dirección de
inteligencia y de operaciones que fueron parte activa del diseño de la
política genocida del conflicto armado interno”.
La dirigente recordó que Pérez Molina no reconoce que en Guatemala se
cometió un genocidio, lo cual “denota cierto cinismo y ofende la
inteligencia de los guatemaltecos”.
“Si se cometen torturas, femicidios, violencia sexual por parte de
las fuerzas de seguridad del Estado en el futuro, tendremos un gobierno
que no lo reconocerá porque no lo hace con el pasado”, indicó.
La independiente Comisión para el Esclarecimiento Histórico
estableció que en la represión de las fuerzas armadas y policiales
contra la guerrilla izquierdista, de 1960 a 1996, agentes del Estado
ejecutaron actos de genocidio contra los grupos mayas q’anjob’al, chuj,
ixil y achi, en operaciones contrainsurgentes.
Esta postura “patriota” podría traducirse en desalojos forzados y
represión de manifestaciones y consultas populares en torno a proyectos
mineros, hidroeléctricos y de otra índole, en detrimento del desarrollo
local, según Samayoa.
Hortencia Simón, de la no gubernamental Asociación Política de
Mujeres Mayas Moloj, dijo a IPS que hay muy poca compatibilidad de su
agenda no solo con el Partido Patriota, sino con el resto de las
agrupaciones políticas.
Como ejemplo, citó el apoyo del Partido Patriota a la explotación
minera, mientras que las comunidades están haciendo consultas populares
para oponerse.
También recordó que en el país se están realizando juicios contra ex
militares que participaron en violaciones a los derechos humanos
durante la guerra. “Pero con un gobierno de un militar existe la gran
posibilidad de que no avance la justicia contra estas personas”, señaló.
Gudy Rivera, diputado del Partido Patriota, dijo a IPS que no debe
verse el tipo de uniforme de militares o guerrilleros “porque la guerra
concluyó”, al tiempo que aseguró que las decisiones que se tomen en
materia de seguridad se harán consensuadas con los diferentes sectores
de la población.
“No somos un partido improvisado y nuestro candidato presidencial
tampoco lo es. Sabemos del retroceso que ha tenido el país en materia de
seguridad y se tomarán los mejores perfiles de las personas que
ocuparán un puesto en el gobierno”, agregó.
Sobre las posibles concesiones industriales en materia energética,
comentó que tendrán en cuenta la legislación existente y el diálogo con
la población. “No se hará nada que la ley impida y sin la voluntad del
pueblo de Guatemala”, puntualizó.
Fuente, vìa :
http://periodismohumano.com/sociedad/libertad-y-justicia/miedo-al-retorno-de-la-mano-dura-de-la-derecha-en-guatemala.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario