Pese al bloqueo que el Estado sionista de
Israel extendió de Gaza a todo el mar Mediterráneo, con la obsecuencia
de los gobiernos de Grecia, Holanda, Bélgica y España, y la complicidad
de Inglaterra, Estados Unidos y aun de la ONU, un pequeño bote de
bandera francesa llamado Dignité-Al Karama (Dignidad) logró
zarpar el sábado 16 de este mes desde la isla griega de Kastellorizo
rumbo a esa franja de tierra palestina. Tres días después, la marina de
Israel abordó la embarcación contra la voluntad de sus tripulantes y la
desvió hacia el puerto israelí de Ashdod. La organización Un Barco
Francés para Gaza señaló que los israelíes cortaron todas las
comunicaciones de la embarcación, en lo que representa un
acto de censura military una violación de la
libertad de comunicación e información. Por su parte, el movimiento Hamás calificó el abordaje de
acto de piratería, y consideró que
este ataque criminal por la ocupación israelí es otro signo de la escalada contra el pueblo de Gaza, en palabras de su portavoz Sami Abu Zuhri.
El Dignité-Al Karama forma parte de la II Flotilla de la
Libertad-Sigamos Siendo Humanos, que la sociedad civil europea y del
mundo sufragó y organizó para llevar varias toneladas de ayuda,
principalmente material escolar, sanitario y de construcción, a la
población palestina sumida en una crisis humanitaria por el riguroso
bloqueo marítimo- terrestre al que la somete Israel desde 2006 y a
partir del cual actualmente 70 por ciento de las familias sobrevive con
un euro al día, 80 por ciento depende de la ayuda humanitaria para su
alimentación, mientras el desempleo alcanza a 50 por ciento
Recordemos que el 31 de mayo de 2010 la Flotilla I fue interceptada
con violencia letal por comandos israelíes en aguas internacionales,
causando la muerte de nueve activistas de la solidaridad turcos y más de
50 heridos, algunos graves. Una vez en tierra, más de 700
internacionalistas fueron detenidos, vejados, interrogados y finalmente
deportados. Esta acción de Israel, calificada por Chomsky de
pura agresión criminal sin ninguna justificación, quedó impune y su gobierno hizo caso omiso de la condena mundial que consideró ese acto como una expresión más de un terrorismo de Estado.
En el Dignité-Al Karama viajaban ciudadanos de Francia,
Canadá, Grecia, Suecia, Túnez y del propio Israel. Ellos representaron a
toda la flotilla (en la cual, por cierto, participaron muchos
activistas judíos), cuyos barcos fueron obligados a permanecer fondeados
en puertos helenos, algunos de ellos interceptados en alta mar por
patrulleras griegas fuertemente armadas y obligados a regresar a la
costa, dos saboteados por el Mossad (en el Pireo y en Turquía), y otros
más, impedidos de navegar debido a ilegales inspecciones, trabas e
incluso detención de tripulantes impuestas por el gobierno de Grecia en
lo que el Comité Internacional de la Cruz Roja determinó como
un castigo colectivo, y en violación flagrante a las leyes que garantizan el derecho a la navegación. Paralelamente, los servicios de inteligencia sionistas elaboraron una lista de 324 activistas que planeaban sumarse a la campaña contra el bloqueo a Gaza viajando a Israel. A cerca de 200 de ellos no se les permitió embarcarse por prohibición expresa de las líneas áreas que se sometieron a las autoridades de ese país; por su parte, los internacionalistas que lograron llegar al aeropuerto Ben Gurion fueron detenidos, interrogados y obligados a retornar, mientras los pacifistas israelíes –que habían ido a recibirles solidariamente– fueron expulsados del mismo aeropuerto por la fuerza.
El Comité de la Flotilla II hizo público un comunicado el 19
de julio en el que se señala: “A pesar de que no fue posible que la
mayoría de los barcos partieran de los puertos de Grecia, la flotilla
sin embargo se las arregló para destacar el carácter cruel de la
política de Israel respecto a Gaza. Los dirigentes israelíes mostraron
su disposición para usar intimidación, mentiras, chantaje económico,
amenazas de violencia y sabotaje para detener barcos que los propios
militares israelíes de rango admitieron que no cargaban armas. Esto
demuestra claramente que el bloqueo de Israel a Gaza no está basado en
cuestiones de ‘seguridad’, sino que significa en realidad un castigo al
pueblo palestino, a quien se niega su libertad y mantiene aislado del
resto del mundo”.
Con toda justicia, el Comité de la Flotilla II argumenta que Israel
se considera intocable y su gobierno continúa agraviando a la humanidad
como resultado de las fallas de la comunidad de estados para tomar
medidas tangibles para defender los derechos humanos de los palestinos.
Esta es la razón por la cual la sociedad civil internacional se ha
movilizado para la acción directa: mientras se mantenga el ilegal
bloqueo a Gaza, más barcos continuarán sus esfuerzos para romperlo;
mientras Israel continúe la ocupación y la colonización de territorios y
se ejerza la represión violenta contra los palestinos; mientras los
gobiernos cómplices permanezcan en silencio frente a los crímenes de
lesa humanidad cometidos por los sionistas, el movimiento de solidaridad
mundial se movilizará a favor de los derechos del pueblo palestino a la
autodeterminación.
Paradójicamente, la pequeña embarcación con el simbólico nombre de Dignidad fue
sometida por la marina de guerra de un poder militar que cuenta con
armas atómicas y que se ha caracterizado por el incumplimiento
sistemático a resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de
Seguridad de la ONU que exigen el retiro inmediato de los territorios
arrebatados de manera ilegal en 1948 y en 1967. Mientras esa ocupación
continúe no habrá paz en el Medio Oriente y la solidaridad con el pueblo
palestino expresará la dignidad de los pueblos del mundo. Es a esa
dignidad que le teme Israel.
Vìa, fuente :
http://www.jornada.unam.mx/2011/07/22/opinion/021a1pol
http://www.jornada.unam.mx/2011/07/22/opinion/021a1pol
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