Estamos a pocos días de un aniversario más de la masacre de Panzós y
un nuevo hecho de sangre se produce en el valle del Polochic con el
saldo trágico del asesinato de Óscar Reyes y varios heridos. El 15 marzo
pasado fue el desalojo violento, la quema de casas arrasamiento de
cultivos a punto de dar su fruto, asesinado Antonio Beb Ac, otros
heridos y hasta niños intoxicados. El 20 de marzo, los matones a sueldo
de la familia Welman hirieron a Carlos Cuc Cuc y hasta el momento no se
sabe nada de las investigaciones ni mucho menos de la deducción de
responsabilidades. El nombre de Reyes y Beb Ac simplemente se agregarán a
las estadísticas, mientras que 700 familias permanecen en la
intemperie, en pleno invierno abandonados a su suerte y masticando su
desgracia.
El 14 de mayo se había denunciado que el día anterior habitantes de
la comunidad Agua Caliente, municipio de Panzós, fueron atacados a
balazos por guardias privados de la empresa Chabil Utzaj y que horas más
tarde, tres helicópteros particulares de color blanco, negro y rojo
sobrevolaron la comunidad y lanzaron granadas sobre el resto de milpa
que aún no había sido destruido cuando los desalojos de marzo.
Lo que está claro es que la oligarquía sigue mandando en Guatemala,
mantiene sus grupos armados y hace lo que le da la gana con el visto
bueno o el respaldo del Gobierno y funcionarios que cierran los ojos a
una realidad explosiva y prefieren seguir respondiendo a los intereses
de quienes décadas atrás, se opusieron a transformaciones mínimas que
hubieran evitado 36 años de enfrentamientos que desangraron al país.
El problema fundamental en Guatemala sigue siendo la tenencia de la
tierra, pues seguimos viviendo en un país semifeudal, con grandes
hacendados, protegidos por matones a sueldo y funcionarios a su
servicio. Entiendo que la oligarquía guatemalteca no vea la gravedad de
la situación, pues antes que las vidas humanas están sus intereses, su
voracidad por la ganancia, pero que un Gobierno electo por el voto
rural, que prometió resolver problemas cruciales de todos los
guatemaltecos, que se hace llamar socialdemócrata, se ponga de alfombra
de los oligarcas, eso si no lo entiendo, ni mucho menos que no vea las
chispas cerca de las mechas que hay en el Polochic y en las diferentes
regiones mineras del país que en cualquier momento agarrarán fuego.
O quizá, como lo dijo el Ministro de Energía y Minas que “el problema
son los campesinos”, prefieran terminarlos a todos para evitar los
problemas. No olviden que donde la injusticia reina la tempestad se
aproxima.
(*) Periodista guatemalteco; miembro de la Asociación de Periodistas;
columnista del diario El Periódico y ex Secretario General de la
Central Nacional de Trabajares (CNT).
Fuente, vìa :
http://tercerainformacion.es/spip.php?article27202
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