miércoles, 22 de junio de 2011

Mèxico : Cambio climático y litorales... Iván Restrepo

Todos los estudios de los especialistas advierten la necesidad de que los países con litoral marino tomen medidas urgentes a fin de evitar que los efectos del cambio climático se manifiesten más negativamente que nunca sobre la población, los recursos naturales y las actividades económicas que allí se realizan. Destacan, por ejemplo, los desarrollos turísticos, la explotación y traslado de hidrocarburos, los puertos y demás infraestructura pública y privada. Ya el aumento del nivel del mar afecta la franja costera en varias partes del mundo y también los huracanes, cada vez más intensos y destructivos. Por eso la insistencia en buscar la sustentabilidad a la hora de ocupar el litoral, a fin de cuidar a la población y conservar los ecosistemas. Pero en México se hace todo lo contrario a través de enormes proyectos turísticos.

El más reciente es el Centro Integralmente Planeado Costa Pacífico en Escuinapa, al sur de Sinaloa. En su fase inicial contempla 10 mil cuartos de hotel, una marina y demás obras requeridas en estos casos. A burla suena que lo llamen integralmente planeado cuando causará severos daños a una zona muy importante por su riqueza vegetal y animal (las marismas nacionales), así como al acuífero que hoy permite la agricultura local. Como suele pasar, no considera los aspectos sociales ni la inconformidad que suscitará entre quienes viven de las actividades agropecuarias y no dispondrán en el futuro de agua suficiente para realizarlas. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio el visto bueno a dicho megaproyecto, promovido por otra instancia oficial, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

La Jornada ha dado cuenta de los daños que causará ese centro integral , así como el que se pretende realizar al sur de Ixtapa, en el municipio de Petatlán, acabando con un extenso manglar y la fauna y flora de la Laguna Potosí. El negocio se llama ecoturístico Laud y también lo patrocina Fonatur. Otro más, muy criticado, es el de Paraíso del Mar, en Baja California Sur, en un área reconocida internacionalmente por sus valiosos humedales y por ser hábitat de tiburón ballena y otras especies en peligro. Contará con una marina para 500 embarcaciones, 3 mil 922 unidades residenciales, 2 mil 50 cuartos de hotel y dos campos de golf.

No menor es la oposición que despierta Cabo Cortés, también en Baja California Sur, perteneciente a una empresa española, y que cuenta con el visto bueno de todas las instancias oficiales responsables de velar por la conservación del medio ambiente y los recursos naturales. Cabo Cortés abarca 3 mil 800 hectáreas ubicadas entre las ciudades de La Paz y San José del Cabo. La mayor parte de esa extensión será reserva ecológica. En su primera de cinco fases, albergará siete hoteles, 2 mil 500 viviendas, una marina para 490 embarcaciones y un campo de golf de 18 hoyos. Dará empleo a 4 mil personas. Sus promotores aseguran que es totalmente sustentable, sin ningún efecto negativo en la zona donde se ubica y menos en el preciado y singular Parque Nacional Marino Cabo Pulmo, el cual estará más protegido gracias al dinero proveniente del proyecto citado. Pero científicos y defensores del medio ambiente dentro y fuera del país afirman que sí causará daño al parque marino. Cabe destacar que los aspectos ambientales de este megaproyecto corren a cargo de Raúl Arriaga, personaje que dejó una negra huella como subsecretario en la Semarnat durante medio sexenio del señor Vicente Fox.

Como protesta, el pasado 5 de junio Greenpeace lanzó a las aguas de Cabo Pulmo un enorme salvavidas. La Semarnat acusó a dicha organización de dañar el arrecife y de confundir a la ciudadanía con sus argumentos contra el megaproyecto. Pero la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente comprobó que no hubo tal daño. El verdadero, inmenso y en ocasiones irreparable daño se origina en los proyectos anteriores y en muchos más que se distinguen precisamente por no ser nada amigables con el medio ambiente, por destruir la riqueza natural y olvidar los efectos nocivos del calentamiento global sobre el litoral marino.

Fuente, vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2011/06/20/opinion/024a2pol

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