lunes, 6 de junio de 2011

Chile : Mayo 2011; El más seco en 150 años. Vivian Lavín

Ya se inició junio y las lluvias no aparecen. La contaminación ambiental junto con las altas temperaturas que se registran por las tardes, a diferencia de las frías mañanas, aumentan la sensación de que la falta de agua es la que nos tiene en una situación crítica.

sequia

La Cordillera de los Andes, prácticamente invisibilizada detrás de una espesa nube de smog, pareciera esconder la vergüenza de estar totalmente desnuda, sin registrar el manto blanco que acostumbra a lucir en esta época del año.
El cambio climático a nivel planetario es una realidad. Sin embargo, la comunidad científica se divide entre quienes creen que es sólo uno de sus ciclos naturales, a escalas de cientos de años,  y quienes piensan que ha sido debido a la acción del hombre, es decir, el efecto antropogénico el que está trastocándolo todo. Los datos son concluyentes: la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera es la más alta registrada en los últimos ochocientos mil años y sólo en algunas décadas más, duplicará el promedio preindustrial. Existe consenso en que estas emisiones son las responsables del aumento de la temperatura media terrestre cercana a los 0.7 grados Celsius desde mediados del siglo pasado.
Chile debido a su larga extensión y la presencia del macizo andino presenta una gran variedad de regímenes climáticos, desde la hiper aridez de la costa norte hasta la extrema pluviosidad de la Patagonia.  Cada zona y sus habitantes tiene conciencia del clima que la ha cobijado por cientos de años, sin embargo, se olvida cuando las condiciones atmosféricas cambian. Hoy estamos alertados por la falta de lluvia, pero no tenemos la disposición a revisar lo que ha sucedido históricamente. El académico del Departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Roberto Rondanelli, desempolva el libro de Benjamín Vicuña Mackenna sobre el tema, llamado El clima en Chile en que se advierte esta suerte de sequía desde muy antiguo, incluso desde la  época colonial que habría llevado a algunos conquistadores a analizar en forma seria la posibilidad de abandonar estas tierras tan secas.
Las observaciones realizadas por científicos de nuestra Universidad muestran que en nuestro país se ha registrado una mayor variabilidad que refleja la acción de efectos naturales y permanentes debido a la ocurrencia de los denominados eventos de El Niño y La Niña. Durante los años de El Niño, las alteraciones de la circulación atmosférica aumentan la frecuencia de los sistemas frontales sobre Chile central y su irrupción hasta el Norte Chico, incrementando las precipitaciones en la región. La Niña, por el contrario, está ascoaida a condiciones deficitarias, es decir, poca lluvia, y en estos momentos estamos saliendo, justamente del evento de la Niña, que ha producido un otoño particularmente seco. “Desde hace 150 años que no habíamos registrado un mayo tan seco, según las conclusiones del profesor Aceituno. Sin embargo es explicable debido a que estamos saliendo del régimen de la Niña y estamos avanzando hacia un índice neutro entre la Niña y el Niño. Bastaría un sistema frontal importante para que ya estemos en condiciones normales, por lo que no estaría tan preocupado de la situación actual”, explica el académico Roberto Rondanelli.
Resulta particularmente difícil dar un juicio certero sobre la variabilidad climática desde la perspectiva temporal que nos da nuestra edad, cuando 20, 40 o 60 años, son nada dentro de los tiempos terrestres, y para qué decir, astronómicos. Para entender mejor estos cambios, sin caer en las manidas frases que ven todo desde el punto de vista catastrofista, como que esto es prácticamente el signo inequívoco de la destrucción planetaria, es que el académico de la Universidad de Chile compara estas variaciones con los sones de una enorme campana. “La Tierra no ha tenido un clima constante. La analogía es como una campana que al hacerla sonar tiene diferentes escalas de vibraciones. El Niño y la Niña serían modos de oscilación de 2 a 3 años, siendo fenómenos absolutamente naturales que producen una serie de cambios climáticos afectando a todo el Pacífico. Estos fenómenos son modulados, a su vez, por variaciones de escalas mayores, de tiempos más extendidos”, ejemplifica el geofísico.
Hay consenso que no toda la variabilidad es explicable con fenómenos naturales. La acción del hombre ha sido devastadora y sus consecuencias están claras en el trabajo realizado por un equipo de geofísicos de nuestra universidad encabezado por el profesor René Garreaud que establece que el efecto invernadero antropogénico no sólo producirá un aumento de la temperatura superficial sino también alteraciones en la circulación atmosférica a escala planetaria, y en consecuencia, cambios en los regímenes de precipitación que tendrán un fuerte impacto en el área silvoagropecuaria.
Por lo pronto, y este seco otoño que nos ocupa, registraría, según los meteorólogos, a partir de  este domingo, día Mundial del medioambiente, el ingreso de un sistema frontal que nos podría tener en pocos días hablando de un superávit de aguas caídas.

Fuente, vìa :
http://radio.uchile.cl/noticias/117682/

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