Por Darío Aranda*
La Defensoría del Pueblo solicitó la
prohibición inmediata del endosulfan, el insecticida más usado en la
producción agraria de Argentina. Ya está vedado su uso en 74 países y la
ONU instó a que se abandone su utilización el próximo año.
Página 12,
18 de junio, 2011.- “Es menos nocivo que otros insecticidas”, “No hay
estudios en su contra”, “No están probados sus efectos nocivos” son
algunos de los argumentos que desde hace seis décadas repiten empresas,
productores, científicos y funcionarios para defender el uso del
endosulfan, el insecticida más utilizado en la Argentina.
Luego de décadas de denuncias de vecinos
afectados y organizaciones sociales, el endosulfan acaba de ser
incluido en el Convenio de Estocolmo, instancia de Naciones Unidas, que
estableció el fin de su uso para 2012.
En la misma línea, la Defensoría del
Pueblo de la Nación solicitó al Ministerio de Agricultura que “prohíba
de inmediato” en todo el país el uso del agrotóxico. En la Argentina se
utilizan 5,5 millones de litros por año para la producción de algodón,
maíz y soja, entre otros cultivos.
La Cámara de Sanidad Agropecuaria y
Fertilizantes (Casafe), que nuclea a empresas del sector, adelantó que
respetará lo resuelto en el Convenio de Estocolmo, pero rechazó el
pedido de la Defensoría de restringirlo en la actualidad. El insecticida
ya fue prohibido en 74 países.
“Consultado el Ministerio de Salud de la
Nación sobre la toxicidad del endosulfan, respondió que tiene
propiedades carcinogénicas para los seres humanos”, fundamenta la
Resolución 101/11 de la Defensoría del Pueblo, que señala al endosulfan
como responsable de alteraciones neurológicas, afección visual, efectos
adversos sobre el sistema reproductivo masculino, los riñones y el
hígado, entre otros efectos negativos. La Resolución recuerda que la
Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al endosulfan como
“altamente tóxico”.
Utilizado para combatir insectos en
soja, alfalfa, algodón, girasol, lino, maíz, tabaco y hortalizas, posee
una clasificación química de organoclorado, y actúa sobre insectos por
contacto e ingestión, aunque con altas temperaturas puede actuar por
inhalación. Es extremadamente tóxico para peces y de uso restringido en
cercanías de cursos de agua, aunque (como con el resto de las
fumigaciones) no existe control sobre su uso. En la Argentina está
catalogado como producto muy peligroso.
“Se presenta una tendencia creciente en
cuanto a la comercialización y utilización del endosulfan, y es el
principal insecticida comercializado en la Argentina”, explica el
investigador, docente de la Facultad de Agronomía de la UBA y
coordinador de la Red de Acción en Plaguicidas de América Latina
(Rapal), Javier Souza Casadinho, y recuerda que ya fue prohibido en 74
países.
En base a datos de Casafe, un informe de
Souza Casadinho precisa que en 1999 se comercializaron en Argentina 1,9
millones de litros. En 2003 trepó hasta 3,4 millones. Y en 2006
ascendió a 4,2 millones de litros. Casafe precisa que en 2010 se
utilizaron 5,5 millones de litros.
Souza Casadinho afirma que el uso
creciente del agrotóxico se debe al modelo agrícola vigente que conlleva
“al incremento general de uso de plaguicidas”, y precisa: “La expansión
del monocultivo de soja, en ausencia de una estrategia global para con
el manejo de plagas, deriva en la utilización puntual de plaguicidas”. Y
agrega que en la horticultura también se evidencia una mayor
utilización de agrotóxicos.
El investigador alertó sobre el posible
reemplazo del endosulfan por otros agrotóxicos con similares peligros
sanitarios y cuestionamientos (clorpirifos, metamidofos, cipermetrina y
lambdacialotrina, entre otros). Desde Rapal se promueve la alternativa
agroecológica, con pruebas de efectividad y rendimiento en prácticas de
campesinos y pequeños productores.
En abril pasado, la Quinta Reunión de la
Conferencia de las Partes (COP5) del Convenio de Estocolmo (espacio
internacional auspiciado por la Organización de Naciones Unidas que
regula el tratamiento de sustancias tóxicas) decidió en plenario con la
presencia de 127 países que el endosulfan sea incluido en la lista de
“contaminantes orgánicos persistentes” y solicitó sea retirado del
mercado en abril de 2012 por los “graves efectos” que produce en las
personas.
El director ejecutivo de la Cámara de
Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), Juan Cruz Jaime, afirmó
ayer que la institución es “respetuosa de los convenios
internacionales”, pidió que “Argentina respete el cronograma que
determina el Convenio” (establece abril de 2012 como fecha límite) y
rechazó la prohibición inmediata que solicita la Defensoría del Pueblo.
Entre las empresas que producen o
comercializan el endosulfan sobresalen Dupont, Nidera, Brometan,
Chemotecnica, Chemplant, Nufarm, Ciagro y Magan, entre otras. Un jugador
de peso era la multinacional Bayer, pero en agosto de 2009 anunció que
retiraba el producto del mercado.
—*Darío Aranda es periodista. Investigador graduado en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Jefe del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador principal del Conicet. También es colaborador permanente de “Pagina 12” “Rebelion””Red Voltaire” entre otros medios. Autor del libro “Argentina Originaria” Desde hace diez años trabaja junto a comunidades desde la Defensoría de Derechos Humanos de Argentina documenta el despojo y la segregación de los pueblos originarios que dan testimonio del pasado y el presente de injusticias y explotación en el campo argentino, de las trasnacionales de la soja, forestación y otras.
—-
Fuente: diario Página 12: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-170126-2011-06-15.html
Vìa :
http://servindi.org/actualidad/46676?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Servindi+%28Servicio+de+Informaci%C3%B3n+Indigena%29
No hay comentarios:
Publicar un comentario