domingo, 8 de mayo de 2011

Chile : Madre y mujer ; Una tarea difícil. Vivian Lavín


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Así como hay organismos que están preocupados de proteger los derechos humanos de quienes habitamos el mundo, no importa el lugar en que nos haya tocado nacer, hay quienes además están atentos a lo que va a suceder con quienes aún no nacen. Save the Children es una organización no gubernamental, lo que conocemos como una ONG, cuyo propósito es trabajar por los niños y quienes los cuidan y cuya situación esté marcada por la deprivación y la marginalidad.
Preocupada también por las condiciones que debe enfrentar cada niño que nace y su madre es que cada año realizan una suerte de ranking que determina quiénes han tenido la suerte de ver el mundo en países donde las madres podrán cuidar y desarrollar mejor su maternidad, y otros, donde la maternidad aparece como una verdadera condena.
El estudio reporta que los paraísos maternales son Noruega, Australia e Islandia y para calificarlos en lo más alto de este índice que realizan desde hace 12 años, han tomado en consideración aspectos como la salud, la educación y las condiciones económicas para la mujer y su hijo en 164 países.
Chile está en el lugar 16 entre 79 países en vías de desarrollo y en sexto lugar, en la región, siendo superados por Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay y Ecuador.
¿Qué tienen ellos que no tengamos nosotros? “Tienen una estructura normativa de cuidado infantil, como también una legislación que tiene en cuenta la no discriminación. Asimismo, tienen una educación sexual, pues en Chile no la hay, y también las mujeres cumplen un rol político importante, en cambio acá tenemos una escasa participación política”, explica Viviana Cáceres, suddirectora de la Corporación Humanas.
El uso de métodos modernos de anticoncepción por parte de las mujeres estudiadas es otra de las variables que incluye este estudio, y las chilenas aparecen con un 58 por ciento.”Considero que incluso ese número es alto. La pregunta que está detrás de esto es cuál es el acceso que existe para los métodos de contracepción y para tener una educación sexual en Chile, y la respuesta es clara. Un estudio que realizó la FACSO en 2009 establecía claramente que en Chile no hay educación sexual y que el acceso a la píldora del día después, por ejemplo, es muy difícil, primero por el alto costo económico y luego, por el costo social”, dice la académica del Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile e Investigadora del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género, Carolina Franch.
Estos estudios son reveladores a la hora de tomar una fotografía general del estado del arte respecto de la situación de la mujer y su rol maternal en más de 160 naciones, sin embargo, a la postre son también reduccionismos que impiden mirar los pliegues y las diferencias cualitativas entre lo que implica la maternidad para una sociedad u otra, sin contar, por cierto, que esta mirada viene desde los países desarrollados… “Estas encuestas invisibilizan las realidades que hay en cada país. Hay que tener en consideración que la maternidad y lo femenino son construcciones culturales y por llegar a un número se dejan demasiadas variables de lado”, explica la antropóloga de la Universidad de Chile y Magíster en Estudios de Género y Cultura, Carolina Franch.
Códigos masculinos
Otra mirada que entrega este estudio es la participación de las mujeres en la política. Un aspecto que importa a la hora de que los problemas que afectan al mundo femenino puedan ser puestos en la mesa de discusión y su concreción en leyes por las mismas mujeres. En Chile, las mujeres tienen una baja representación política y las razones que explican esta situación, a pesar de haber tenido hace escasamente un par de años a una mujer en la primera magistratura dicen relación con “la tensión permanente que existe entre mujer y política, que es sistémica, no tiene que ver con una cuestión puntual. Acá no hay leyes de cuotas e imperan, sobre todo, códigos masculinos en el ejercicio de la política. Una situación que se prolonga en el tiempo cuando la ley de financiamiento de partidos políticos no incorpora de manera clara la manera cómo se inserta la mujer en eso. Acá hay un problema cultural”, dice Viviana Cáceres. “La mujer también es una construcción social y se construye desde un ámbito masculino. Hay que pensarla como sujeta diferente, fuera del sistema cultural que la ha construido”, agrega la académica Carolina Franch.
Si bien hay estadísticas que ponen a nuestro país a la vanguardia, como lo son la baja mortalidad infantil y el bajo número de madres que dan a luz sin arriesgar la vida por ello, la inserción de la mujer en el trabajo y lo que vale ese esfuerzo, cuando por cada dólar que gana un hombre chileno, la mujeres a igualdad de trabajo sólo ganan 42 centavos, es un dato elocuente. “Acá vemos realidades como la feminización de la pobreza en Chile que se constata en la enorme cantidad de hogares que son mantenidos sólo por mujeres, y luego que la mujer gane menos, a igualdad de trabajo”, acota Carolina Franch. Y es que a pesar de que los últimos estudios signados por un informe de la Secretaría General de la Presidencia que establece que las remuneraciones nominales de las mujeres subieron en un 6,1 por ciento lo que superó el avance masculino que alcanzó sólo un 5,7 por ciento, la brecha es aún muy amplia.
El estudio realizado por la ONG Save the Children que sitúa a Chile lejísimo de naciones como Noruega, Australia, Islandia, Suecia, Dinamarca,  Nueva Zelandia, Finlandia, Bélgica u Holanda deja más que un ánimo de competencia, una tarea enorme que resta por hacerse y son los actores políticos, pero sobre todo, las ciudadanas, quienes deben tomar conciencia de ello.
Vìa :
http://radio.uchile.cl/noticias/113716/

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