LA SITUACIÓN POLÍTICA para la Derecha chilena es poco alentadora de
aquí al año 2013, a pesar de haber conseguido el gobierno de Sebastián
Piñera algunos éxitos importantes, como el crecimiento económico y los
innegables avances en materias de salud pública, especialmente en lo
referido al Programa AUGE.
Dado que el 2012 habrá elecciones
parlamentarias y edilicias, a la administración aliancista le resta poco
más de un año para llevar a cabo mejoras sustanciales –que sean
aceptadas y valoradas por la mayoría de los chilenos- en temas como la
educación, la inflación, la brecha económica, la delincuencia, y el
cuidado del medio ambiente… aunque a decir verdad debería referirse esto
último (medio ambiente) a la respuesta que el 75% de los chilenos
espera: ¡no seguir vendiendo nuestro país al capital criollo y
extranjero!
Hace ya algún tiempo escribí en twitter una frase que cada día cobra más fuerza en las redes sociales: “Hay un país llamado Chile donde nada es de Chile”,
y la recuerdo en este artículo porque me informaron que el Presidente
está siempre preocupado por los comentarios aparecidos en las redes
sociales, más que por las protestas masivas y populares. Pero,
como nobleza obliga, es necesario puntualizar que el envión en estos
temas no se produjo el año recién pasado, puesto que específicamente
fueron los gobiernos concertacionistas quienes se esmeraron en la venta
de Chile, en regalar los yacimientos mineros a manos extranjeras e,
incluso, en haberse convertido en los principales responsables del
deterioro ambiental que hoy preocupa –y con mucha razón- a la mayoría de
los habitantes. El gobierno actual no ha hecho sino continuar la línea
trazada por sus antecesores en el palacio de Toesca.
Por
ello, no se comete error alguno al asegurar que la administración
derechista de Sebastián Piñera bien puede ser considerada como el quinto
gobierno de la Concertación, con lo cual se confirma que el otrora
bloque ‘progresista’, que hoy funge de opositor, era tanto o más
neoliberal que los dirigentes de RN, UDI, Sofofa, CPC y Casa Piedra. Sin
ánimo de injuriar ni menoscabar a ninguna de las tiendas partidistas
que conforman la Concertación, me permito asegurar que el mote de
‘mayordomos’ les quedó de pelos.
Consciente de lo ya
mencionado, Piñera hace ingentes esfuerzos por dotar a su administración
de alguna arista que la distinga de las anteriores, pero en ello se
equivoca, da bandazos y patinadas, exagera hasta el cansancio sus
escasos éxitos y, lo peor de todo, muestra un inagotable interés por
aparecer en las primeras planas de diarios, revistas y pantallas de
televisión, cayendo en una farandulización que da pábulo a la mofa
popular y al sarcasmo hiriente que es típico en la política de
trinchera.
Es en este escenario de promesas desesperadas que
Sebastián Piñera intenta granjearse la simpatía del pueblo con medidas
que, contrariamente a su demagógico lenguajeo, coadyuvan al incremento
de la ya profunda brecha económica, como ha sido, entre otras
realidades, el último anuncio referido a subsidiar a los jóvenes que
ingresan a la enseñanza superior, dejándoles en sus arbitrios la
decisión de usar ese dinero para matricularse en la universidad que
deseen. No se requiere ser brujo para intuir la respuesta mayoritaria de
los postulantes: ingresar a planteles donde, pago cursado, la exigencia
académica sea infinitamente menor a la presentada por planteles de
noble historia, como las universidades tradicionales. Agregando a ello
que se estructura ‘legalmente’ un nuevo pingüe negocio para los
comerciantes de la educación, refrendándose el sentimiento popular que
señala a este gobierno interesado sólo en el crecimiento económico, y no
en el real estado de bienestar de la gente.
De esa manera,
la infame brecha económica no sólo se mantiene, sino que crece…y lo hace
a velocidad del rayo puesto que la pésima distribución del ingreso
continúa su malévola acción gracias a la existencia de gobiernos que
nada hacen por contenerla. No existe voluntad política para poner coto a
estas situaciones, ya que el reciente discurso presidencial ante el
Congreso dejó claramente establecido que para el empresariado y la clase
política los avatares de la brecha significan cero preocupación e
interés, lo que se confirma mediante el actuar del gobierno, de los
legisladores y capitalistas, pues de lo contrario se habría potenciado
el único elemento, la única herramienta, con capacidad real para mejorar
esta indignante distribución del ingreso: la Negociación Colectiva, tal
como lo han hecho países con gobiernos de diferentes colores políticos
en Europa, Asia y América.
Digámoslo sin eufemismos y
claramente; el gobierno derechista chileno agoniza apenas iniciado su
segundo año de mandato, y el electorado se percata que no existen
diferencias sustantivas entre esta administración y las anteriores…por
el contrario, mucha gente opina que son entes gemelos. En su
desesperación y ante la agonía política que La Moneda vislumbra de aquí
en más, Piñera opta por la tozudez intentando ‘neoliberalizar’ al máximo
su gestión, aun a contrapelo de una creciente opinión pública que ocupa
las calles para demostrar su descontento.
El mandatario
chileno actúa de esa manera aun a sabiendas de que el sistema neoliberal
trastabilla severamente en Europa, cuyos mercados se encuentran a la
baja, tanto que ya se habla de un posible tránsito de la crisis al caos a
no mediar que se instalen las correcciones de fondo que millones de
españoles, portugueses, griegos y europeos en general impetran no sólo
con esperanza, sino también con ira.
Finalmente, a las tiendas
partidistas que integran la Concertación debería también servirles de
aprendizaje lo que está ocurriendo, pues en sus particulares historias
políticas tendrán que escribir –con letras de molde-que tanto en Chile,
como en España, Grecia y Portugal, la “mayordomía” no salva al sistema
patronal.
Pregúntenle al aguachento Rodríguez Zapatero y al
pusilánime PSOE….ellos podrán explicarles en manzanitas lo que aquí se
ha escrito en castellano simple.
Vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/gobierno-pinerista-alimenta-propia-agonia
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