sábado, 7 de mayo de 2011

Chile: carboníferas letales . Francisco Marín

(apro).- El proyecto carbonífero Mina Invierno, en Isla Riesco, implicará la muerte de huemules, cóndores, ballenas y pingüinos que habitan en este rico pero frágil ecosistema ubicado en la Región de Magallanes, en el extremo sur de Chile.
Este proyecto, que fue aprobado el 16 de febrero por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región de Magallanes, considera la construcción de un puerto de embarque del carbón y la explotación de un yacimiento de carbón a cielo abierto. El área total intervenida en la mina Invierno será de 15 millones de metros cuadrados, siendo este proyecto carbonífero el más grande de Latinoamérica.
El SEA está integrado por personas cuyos cargos son de confianza del presidente Sebastián Piñera, quien en todo momento se ha mostrado partidario da dar luz verde a este proyecto. Cabe consignar que Piñera tiene intereses comprometidos en esta iniciativa: tiene 9.5 millones de dólares en acciones en la empresa Copec (grupo Angelini), principal impulsora del proyecto junto con Ultramar (al grupo Von Appen).
El 25 de marzo pasado, Alerta Isla Riesco (principal grupo opositor a la Minera) presentó un recurso de reclamación por la aprobación del proyecto ante el SEA. Cuatro días después, este organismo lo envió al Consejo de Ministros de la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama), el cual deberá decidir, en el transcurso de mayo, si acepta la queja o si da luz verde a la ejecución del proyecto.
Este Consejo de Ministros está encabezado por la ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, teniendo entre sus miembros al titular de Minería y Energía, Laurence Golborne. Este último, antes de asumir como ministro de Piñera, en marzo de 2010, había sido gerente de Aes Gener, una de las empresas generadoras de energía más interesadas en que se ponga en marcha el proyecto en Isla Riesco. Lo anterior, debido a que termoeléctricas de su propiedad, entre las que está la mega central Campiche, necesitan de este insumo para ponerse en marcha.
El 28 de abril pasado, la presidenta del Partido por la Democracia (PPD), Carolina Tohá, ingresó un escrito ante la Contraloría General de la República solicitando que los miembros del Consejo de Ministros fueran inhabilitados. La solicitud se ampara en el hecho que su jefe directo, el presidente Piñera, tiene interés personal en su aprobación por las razones antes mencionadas.
Según se establece en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por el titular del proyecto, éste considera una inversión global estimada de 180 millones de dólares. La explotación tendría una vida útil de unos 12 años, estimada en función de 73 millones de toneladas de reservas medidas y con base en un nivel de producción de 6 millones de toneladas anuales de carbón.
Este proyecto carbonífero no se agota con Mina Invierno. En la página web de Minera Isla Riesco se afirma que se espera que las labores extractivas se prolonguen por 25 años, dado que se considera continuar las labores mineras con la explotación de tres yacimientos más: Adela, Río Eduardo y Helena.

Los reclamos

Apro tuvo acceso al documento presentado por Alerta Isla Riesco al Consejo de Ministros. En éste se menciona que existen errores metodológicos y falta de información respecto a la flora y fauna. “Minera Invierno sólo realiza estudios de línea base en los terrenos de Estancia Invierno, limitando enormemente las áreas de afectación (…) esto ha sido ampliamente criticado por especialistas en el tema, que recalcan la importancia de considerar y abarcar los distintos subsistemas de Isla Riesco, ya que existe un precario equilibrio entre ellos y una mutua necesidad de los diversos ecosistemas existentes”.
Los opositores a la minera sostienen en su escrito que se hace necesario extender las áreas de impactos y diagnosticar los mismos en las múltiples especies de flora y fauna que ahí conviven.
También expresan que la compañía minera no tomó en cuenta la presencia y afectación de especies en peligro de extinción y conservación como son el Chorlo de Magallanes (especie endémica de la región); Aguilucho de Cola Rojiza, mamíferos voladores (murciélago) poco estudiados y existentes en la zona; el Gato Montés; además del huemul. Tampoco se incluyeron estudios de musgos, líquenes, humedales cercanos, arácnidos, entomológicos, etcétera.
Según el mencionado recurso de reclamación, “existe certeza de que habrá contaminación hídrica, a través de material particulado precipitable y de suspensión, acidificación y secundariamente lixiviación de metales pesados; de todas las cuencas a intervenir”.

Fauna amenazada

Mina Invierno se encuentra próximo a la costa del Seno de Otway, cuerpo de agua con estrechas vías de comunicación con el océano Pacífico que, por lo mismo, tiene bajas tasas de circulación y renovación. Esta baja tasa de recambio implica que todos los elementos que caigan en él –en especial el polvo de carbón-- se acumularán durante los 25 años que duraría la explotación de todos los yacimientos.
En entrevista con Apro, la vocera de Alerta Isla Riesco, Ana Stipicic, sostuvo que el Seno de Otway “es muy vulnerable a cualquier tipo de contaminación”. Destaca que en éste viven especies en peligro de conservación como el petrel gigante; lobos marino común y fino; cuatro tipos de delfines (entre ellos el endémico delfín chileno) y otros cetáceos como la orca y la ballena jorobada. En sus aguas habitan también la colonia de Pingüinos de Magallanes.
Stipicic afirma que “la contaminación del Seno de Otway, junto a las aguas de lastre de los buques cargueros, son una real amenaza la cual no es reconocida por la minera”. También señala que el EIA de la minera no toma en cuenta las consecuencias en el ecosistema marino adyacente a la mina ni el impacto de los buques que transportarán el carbón por las agitadas aguas marinas del extremo sur de Chile.
Según establecen investigaciones del Centro de Estudios del Cuaternario de Fuego-Patagonia y Antártica (Cequa), Riesco es una de las pocas islas en que habita el huemul. Esta especie está en peligro de extinción estimándose que en Chile quedan menos de 2 mil ejemplares. Además, junto con el cóndor, forma parte del escudo nacional de este país suramericano. El estudio de impacto ambiental de Minera Isla Riesco no considera la presencia del huemul en la mencionada isla, aunque es un hecho comprobado que existe.
El proyecto minero también afectará a una gran cantidad de aves. En cerro Palomares, ubicado a 8 kilómetros de Isla Riesco, en la ribera oriente del canal Fitz Roy, existe una colonia de cóndores. De hecho, es el único lugar de nidificación cercano al mar existente en Chile. El gran problema es que este lugar es muy cercano al único camino de acceso a Isla Riesco, cuyo tránsito aumentará exponencialmente en caso de ponerse en marcha la carbonífera.
Esto podría significar la disminución e incluso la extinción de esta importante colonia de cóndores, según coinciden los expertos.
En entrevista con Apro, el presidente de Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora (Codeff), Bernardo Zentilli, sostuvo que la destrucción de hábitat “evidentemente que va a tener un impacto negativo sobre la fauna silvestre”. Afirma que muchos animales morirán por la afectación de sus ecosistemas y por la llegada de enfermedades y por la incorporación de otras especies especialmente perros.
Zentilli, que es ingeniero forestal, afirma que otros de los grandes problemas es que la irrupción de cientos de nuevos habitantes a la isla, así como el enorme tráfico de carga, implicará la llegada de nuevas especies de animales –como el perro--, así como de enfermedades que supondrán un serio peligro para este frágil ecosistema, que derivará en la muerte de animales autóctonos.
Especial preocupación expresa Zentilli por los huemules.
“Este proyecto carbonífero –afirma el ecologista-- fue aprobado en forma completamente irregular”.
Argumenta: “En el proceso de evaluación, se aprobó el puerto (2009) y la explotación de la mina (2011), como si fueran dos proyectos distintos”. Señala que “esto es un escándalo, estamos ante una forma totalmente oscura de aprobar proyectos”.
Y detalla: “En el EIA se asegura que los vientos máximos en la zona a intervenir son de 39 kilómetros por hora, cuando toda persona que conozca Magallanes sabe que es normal que los vientos sobrepasen largamente los 100 kilómetros por hora. Sería increíble que el gobierno aprobara algo así”.
El representante de Codeff estima que, dado que el proyecto es a rajo abierto, y los vientos son tan fuertes, “el polvillo de carbón, que es altamente tóxico, se va a expandir por una región que queremos proteger”. Codeff es la organización de defensa del medio ambiente más antigua de Chile (1969).
Por otra parte, expresa el naturalista, otra consecuencia de Isla Riesco será la proliferación de centrales termoeléctricas a carbón, “lo que va a derivar en que el índice de contaminación atmosférica per cápita (de Chile) va a llegar a niveles espantosos puesto que ya son muy altos.
         “Además –agrega--, toda esta energía es para apoyar la explotación minera que está dejando muy pocos beneficios a Chile. Aparte, las mineras ocupan gran cantidad de agua en una zona (Norte de Chile) en que hay una gran carencia de agua para la producción de alimentos y para el consumo humano”.
 Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/91036
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