Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
La
actual crisis nuclear en la planta nuclear Fukushima Daiichi de Japón
después de un terremoto y un tsunami está causando revuelo en la
política energética de casi todos los países que utilizan energía
nuclear. Las repercusiones de Fukushima se sienten con fuerza dentro y
fuera del país, tal como las réplicas siguen sintiéndose en el norte de
Japón, incluido Tokio.
Hay 432 plantas nucleares que operan en 30
países en todo el globo y 66 reactores en construcción. El primer
ministro Naoto Kan dijo el jueves pasado que revisará desde los
cimientos el plan del gobierno de construir por lo menos 14 reactores
nucleares más hasta 2030, mientras Japón se apresura a superar su peor
crisis nuclear.
En EE.UU., la posición pro nuclear del presidente
Barack Obama es objeto de escrutinio. Sus planes de seguir adelante con
más plantas nucleares en en país se enfrentan a una oposición cada vez
mayor.
EE.UU. tiene 104 reactores nucleares comerciales, la mayor
cantidad del mundo. De estos, 23 se construyeron con un diseño idéntico
al de los reactores nucleares estropeados de Fukushima. Todos utilizan
el “sistema de contención Mark I”, diseñado por General Electric hace
décadas.
ABC News y New York Times, entre otros
medios, informaron el mes pasado de que los expertos habían criticado
desde hace tiempo la capacidad de ese sistema de contención de resistir a
los problemas que resultan de lo que expertos nucleares llaman un
“apagón de estación”, en el que la pérdida total del sistema eléctrico
inhabilita el sistema de refrigeración del reactor. Esta perspectiva del
“apagón de estación” tuvo lugar por desgracia cuando un gran tsunami
destruyó todos los sistemas eléctricos de emergencia en la planta de
Fukushima.
En Alemania, el shock de Fukushima obligó a la
canciller Angela Merkel a cambiar su posición pro nucleares. Suspendió
los planes del gobierno de alargar la vida de las 17 plantas nucleares
de la nación hasta que se complete una exhaustiva investigación de tres
meses de duración de la seguridad de los reactores. También ordenó el
cierre de las siete plantas que iniciaron sus operaciones antes de 1980.
El presidente francés Nicolas Sarkozy también se enfrenta al
asunto. Francia tiene 59 reactores nucleares, cinco más que Japón.
Debido al apoyo del sector público y privado, la energía nuclear
abastece actualmente casi un 80% del suministro de energía eléctrica. Es
la mayor dependencia del mundo de la energía nuclear que sobrepasa el
29% de Japón, el 20% de EE.UU. y el 18% del Reino Unido. Para Francia,
los reactores nucleares, el combustible y los servicios constituyen una
exportación importante.
Por eso Sarkozy y Areva NC, el gigante
francés de la energía nuclear, aumentan su ayuda para enfriar los
reactores de Fukushima y para encontrar una solución para el agua
contaminada que se filtra de la instalación nuclear averiada. Aparte de
un punto humanitario, se trata de control de daños para los negocios
franceses.
Sarkozy y el primer ministro japonés, Naoto Kan,
dijeron el jueves pasado que la próxima reunión del Grupo de Ocho de los
países industrializados el 26 y 27 de marzo considerará el tema de la
seguridad nuclear global y discutirá la necesidad de un estándar de
seguridad global para plantas nucleares.
El shock de
Fukushima también causa interferencia extranjera en asuntos internos. El
presidente griego, Karolos Papoulias, instó el pasado mes a la vecina
Turquía a que reconsidere sus planes de construir sus primeras
estaciones de energía nuclear.
En Corea del Sur, el debate se ha
concentrado en un “acuerdo de cooperación nuclear” con EE.UU., que debe
expirar en 2014, que prohíbe que Corea del Sur posea instalaciones de
reprocesamiento de combustible nuclear usado. Corea del Sur tiene
actualmente 20 reactores nucleares y la energía nuclear produce cerca de
un 40% de la electricidad del país.
El mayor problema de Seúl es
que a sus plantas de energía nuclear se les acaba el espacio para
almacenar combustible nuclear usado. Se dice que Corea del Sur
probablemente establecerá instalaciones provisionales de almacenamiento,
pero el asunto volverá convertirse en un tema importante a medida que
se aproxime el fin del acuerdo.
Y la lista suma y sigue.
Exportadores de plantas de energía nuclear como EE.UU., Francia, Canadá,
Rusia, Japón y Corea del Sur se ven ante una contracorriente
importante.
El “renacimiento nuclear disminuirá”, dijo el viernes a Asia Times Online Tetsuya
Endo, ex gobernador del Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA). “Si ocurre algún accidente nuclear en cualquier parte del mundo,
se convierte en un accidente de todo el globo”.
Amplia revisión del ciclo de combustible nuclear de Japón
Japón
vive una gran ironía de la historia. El único país del mundo que ha
sufrido a causa de bombas atómicas se enfrenta ahora a un desastre
nuclear causado por la naturaleza. La situación en la planta nuclear
sigue siendo precaria, mientras los ingenieros de la planta, miembros de
las Fuerzas de Autodefensa (SDF), los bomberos y la policía continúan
sus desesperados esfuerzos por enfriar los reactores sobrecalentados y
el combustible usado.
Incluso si el país logra controlar la planta, emocionalmente el público recelará para siempre de la energía nuclear.
El
pueblo japonés ya se mostraba extremadamente susceptible con respecto a
todo lo nuclear por ser el único país en la historia humana que fue
atacado con armas nucleares. Las generaciones mayores especialmente
tienen una “alergia nuclear” después del bombardeo atómico de Hiroshima y
Nagasaki. Sus recuerdos de las bombas atómicas siguen vivos.
A
pesar de este resentimiento hacia la tecnología nuclear, Japón se vio
obligado a expandir la generación de energía nuclear después de los dos
shocks del petróleo de los años setenta, que sacaron a la luz la fuerte
dependencia que tenía Japón de Medio Oriente para recursos energéticos.
El
petróleo suministraba en 1970 cerca de un 60% de toda la electricidad
de la nación, pero ahora sólo provee cerca de un 10%. Japón importa casi
el 99% de su petróleo. Aunque Japón quiso reducir su dependencia del
petróleo de Medio Oriente después de los shocks del petróleo, todavía
importa cerca de un 90% del petróleo de Medio Oriente.
La planta
de Fukushima se dejará sin servicio activo y es probable que ningún
gobierno local o comunidad acepte la construcción de una nueva planta de
energía nuclear en su zona.
El accidente de Fukushima será un
fuerte revés para el ciclo de combustible nuclear de Japón, dijo Endo.
El ciclo de energía nuclear comienza con la extracción de uranio y
termina con la eliminación de los desechos nucleares. Con el
reprocesamiento del combustible usado, las etapas forman un verdadero
ciclo. Japón ha implementado este programa desde 1956, según Endo.
Sin
embargo, la nación no ha logrado ubicar un lugar para la segunda planta
de reprocesamiento nuclear después de la Planta de Reprocesamiento
Rokkasho de la prefectura Aomori, que logró escapar indemne del
terremoto del 11 de marzo.
Takashi Hirose, un conocido escritor
japonés sobre problemas nucleares, ha señalado que hay cerca de 3.000
toneladas de combustible nuclear radioactivo usado almacenados en
Rokkasho que podrían sobrecalentarse y comenzar a arder si fallan los
sistemas de refrigeración. Esa cantidad podría propagar contaminación
nuclear o “cenizas de muerte” a todo el mundo, dijo.
Kosuke Takahashi es un periodista japonés residente en Tokio. Su Twitter es @TakahashiKosuke.
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Vìa :
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=125782
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Carton de :Josetxo Ezcurra
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