En medio de impresionante dispositivo de seguridad se realizó en la
capital italiana, Roma, la reunión de la empresa que impulsa proyecto
hidroeléctrico en Aysén. Representantes chilenos que viajaron al
encuentro tuvieron tan sólo cinco minutos para manifestar su oposición a
la iniciativa.
Cientos de policías italianos en el centro de Roma protegieron a los
ejecutivos de la empresa ENEL, la industria eléctrica presente en 23
naciones de todo el planeta, en su reunión anual donde se debatirían
entre otros temas el proyecto Hidroaysén que se pretende instalar en
Chile.
El despliegue de los efectivos de fuerzas de choque fuertemente
equipados y que también en medio de la espera fumaban vistosos puros, se
debió al anuncio de manifestaciones por la política de desarrollo de la
energía nuclear de ENEL en naciones como Rusia.
Al encuentro en la capital italiana realizada este viernes asistieron
tres representantes de organismos ambientales, entre ellos Carlos
Garrido del Movimiento Espíritu de la Patagonia y Juan Pablo Orrego,
presidente de Ecosistemas, quienes llegaron con el compromiso que
tendrían diez minutos para exponer sus argumentos. Sin embargo y poco
antes de otorgarles la palabra, se les informó que sólo tenían cinco
minutos, incluyendo la traducción al italiano, por lo que el tiempo real
para hacer su exposición se redujo drásticamente a dos minutos y medio.
En contacto con Radio Universidad de Chile desde Roma, Orrego indicó
que luego de la mutilada intervención, el consejero delegado de ENEL,
Fulvio Conti, utilizó 25 minutos para indicar que debido al reconocido
sistema democrático chileno y sus instituciones, para la empresa lo
importante es si aprueba o rechaza la iniciativa hidroeléctrica.
Para Orrego “esto demuestra que no tienen como les dijo el obispo de
Aysén, Luis Infanti, el año pasado, ningún respeto por las poblaciones
locales donde ellos quieren llevar adelante sus emprendimientos. Y
básicamente el discurso que esgrimió es el típico de que Chile tiene una
democracia poco menos que perfecta y un sistema de evaluación de
impacto ambiental perfecto y que por lo tanto si el país decide
soberanamente y autoriza un proyecto, ya no es problema de ellos que
sólo hacen proyectos y proveen energía y que no se meten en la política
interna y que van a seguir adelante, viento en popa, con Hidroaysén”.
Pero el representante de Ecosistemas recordó que sólo esta semana se
registró la renuncia de Eduardo Lagos Reyes a la dirección el Servicio
de Evaluación Ambiental de Aysén, lo que demuestra el impacto que ha
tenido en la precaria institucionalidad chilena la construcción de estas
represas.
Orrego subrayó de todas formas que “lo que está sucediendo con el
sistema de evaluación de impacto ambiental en Coyhaique tiene un lado
muy positivo en el sentido que está delatando la farsa que es todo este
sistema. Yo no entiendo cómo van a superar este impasse de un sistema
descabezado simplemente y con directores de servicios públicos
inhabilitándose. Es una cosa vergonzosa. Pero si llegan a autorizar el
proyecto en ese contexto, es muy evidente que esto está totalmente
viciado”.
Al respecto recordó que los problemas vienen desde la administración
de Michelle Bachelet cuando el entonces intendente de Aysén, Selim
Carrasco, impuso que se ingresaran las notas o adendas, para aclarar los
cientos de puntos que en el momento llevaron a las instancias públicas
de la región a rechazar de plano la iniciativa.
El integrante del movimiento Patagonia sin Represas destacó también
el 61 por ciento de oposición entre los chilenos al proyecto Hidroaysén,
lo que se palpa además en las masivas manifestaciones en distintas
ciudades del país a la propuesta energética.
Por último, Orrego lamentó que se haya vendido una imagen país en el
exterior como un producto de marketing, mientras la realidad muestra las
severas precariedades del sistema democrático de la sociedad chilena.
Vìa :http://radio.uchile.cl/noticias/112647/
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