“He cometido el peor de los pecados. No presento ningún libro en la feria del libro”
( aforismo implicado)
“Una red compra niños en Latinoamérica para venderlos a pederastas alemanes. Vendían a los menores por grandes sumas de dinero.
Los
traficantes de niños compraban a los pequeños en Latinoamérica y los
traían con documentación falsa a Alemania, donde eran vendidos a
pederastas por altas sumas de dinero, según ha explicado un portavoz de
la policía de Berlín. Por ahora hay dos detenidos y la investigación
sigue abierta. Se trata de dos hombres interceptados en el aeropuerto de
Munich, cuando intentaban introducir en el país a un niño costarricense
de unos 10 años con documentación brasileña falsificada. Uno de los dos
hombres es un ciudadano alemán originario de Berlín y el otro un
ciudadano sueco con residencia reciente en la capital alemana. Ambos han
sido presentados ya ante el juez de instrucción, aunque su declaración
permanece bajo secreto sumarial. El periódico Berliner Morgenpost ha
averiguado que utilizaban como tapadera la actividad de una organización
de ayuda humanitaria fundada por ellos mismos con el supuesto objetivo
de ayudas a niños abandonados o huérfanos a causa del terremoto de
Haití. Buena parte de los niños eran efectivamente huérfanos, pero a su
llegada a Alemania lo que les esperaba no era la vida mejor que la ONG
había prometido en sus pueblos de origen, sino un calvario de esclavitud
sexual y en muchos casos posiblemente la muerte, ya que la policía no
ha sido capaz de encontrar a un buen número de los niños que, según
consta en el expediente policial, han viajado a Alemania con estas
mismas personas en los últimos meses.“Es difícil seguir la pista de los
niños, porque hemos comprobado que van pasando de manos de un pederasta a
otro”, ha explicado la fuente policial citada por Berliner Morgenpost.
Rosalía Sánchez | Berlín”
(APe).- Si una de las
profecías del mayo francés era ser realistas pidiendo lo imposible, hoy
lo posible es el único horizonte de la realidad. “Lo posible” tiene
muchas definiciones. La oficialista es: “derechos humanos + capitalismo
serio”. Implica bonanza económica, especialmente a costa del
endeudamiento. Los créditos para el consumismo (o sea consumo inútil)
abundan. Las ofertas en los super con “descuentos” en determinados días,
siempre el siguiente al que uno va. En una publicidad un empleado
plástico dice: “hoy no, mañana”. Aggiornada versión del “hoy no se fía,
mañana sí”. Esos descuentos apenas son un poco menos de los aumentos de
todos los días. Dos parejas psicóticas se diferencian solamente por el
banco emisor de sus tarjetas. Sin orgasmos a la vista, reemplazan la
voluptuosidad del amor por los espasmos de un paseo de compras. El
consumismo del tiempo libre, que algunos llaman turismo, es potenciado
con los feriados puente, que este año incluyeron al 24 de marzo,
transformando el recuerdo de la sangre derramada en la mediocridad de
otro fin de semana largo. El retroprogresismo oficialista abomina de los
90, de las experiencias nefastas del pasado, y mantiene y promociona
algunos de sus íconos, con los liftings que los tiempos aconsejan. Es la
misma situación de los matrimonios bien avenidos que, de pronto, se
separan. A partir de ese momento, nunca antes, comienza la guerra de los Roses.
Menem fue recibido en Santa Cruz como el mejor presidente de la
historia. Pero sabemos que es más fácil recordar el horror que tener
memoria de las vergüenzas. Desde ya, no es lo mismo cambiar la historia
que pisotearla y barrerla bajo el piso flotante. Acuerdo que aquel que
esté libre de pecados electorales que arroje la primera urna. Sin
embargo, no es lo mismo “el que peca por la paga, que el que paga por pecar”.
La idea de las colectoras como una forma berreta de la ley de lemas,
donde varios puntos sostienen a la misma banca, lejos de eliminar el
fundamento de la democracia representativa, simplemente la degrada.
Sabatella es la última versión de Scioli. Es decir: Scioli recargado.
Por supuesto, recargado con retroprogresismo. Lo curioso que los dos
vicepresidentes que supieron conseguir, son conservadores. Uno es más
fiel que el Dr. Merengue y el otro más traidor que Mr Hyde. Pero al
retroprogresismo le encanta la teoría de los dos, aunque no sean
demonios. La teoría pendular de la historia, versión Petete de la
dialéctica, permite sostener el mito del movimiento perpetuo, dentro del
corralito de la moralina burguesa y el capitalista way of life. Por eso
toda crítica al retroprogresismo K queda anulado por la argumentación:
“pero muchas cosas están bien”. Y eso es justamente lo terrible, lo
espantoso, lo que no tiene perdón. Nada de lo bien hecho puede ser
argumento para disimular lo pésimamente realizado. Algún mal pensado
como yo podría decir que “se hace lo bueno para poder invisibilizar lo
malo”. La lucha contra algunos monopolios invisibiliza que otros
monopolios son propiciados. El Estado en sí, también es un monopolio.
Incluso de la fuerza pública, pero no solamente. La ley actual que
regula a los partidos políticos, auspicia la concentración de la
representación en oligopolios. Esto algunos lo denominan “bipartidismo” y
es la versión mas parecida a la de los republicanos y demócratas de la
gran tiranía del norte. Yo creo que el Bien solamente debe propiciar más
Bien, no tapar el Mal. ¿Qué es más importante: las acciones (o sea los
papeles) del Estado en Techint o las acciones del Estado que no
erradican el hambre? La asignación universal no es tan universal, pero
tampoco debería ser una asignación. Los planes sociales desde el PAN,
pasando por el Jefes y Jefas, evidencian aquello que pretenden ocultar.
No hay justicia social sin equidad salarial y laboral. Como diría
Maurizio, que es Macri: “¿Qué quiere, que los mate?”. Ante esa confesión
de parte, toda asignación, aunque no sea universal, es bendita. El
problema es que ése es el extremo límite del retroprogresismo: la cínica
obviedad de que peor es el fascismo, incluso el fascismo de consorcio
de los que están haciendo Buenos Aires psicóticamente. Pero las luchas
de tantas y tantos no fue solamente para impedir todas las formas de
fascismo, sino para avanzar hacia la derrota política del estado burgués
y capitalista. Utopía fundadora de las fábricas recuperadas y de las
cooperativas de trabajo. Hoy IMPA está siendo asediada por un poder
judicial totalmente divorciado de la justicia. Zanón en Neuquén, La Toma
en Rosario, siguen en estado comatoso, sin poder unir legitimidad y
legalidad. Tantos años de democracia, tantos festejos multitudinarios,
tantos actos y proclamas, y el retroprogresismo no puede aceptar que hay
vida por fuera del Estado. Y que es una buena vida, creativa, valiente,
bella y justa. Por fuera del Estado no significa morir al este del
paraíso. Implica, ya que de eso se trata, sostener lo imposible para
cambiar la realidad. La versión más siniestra y más diestra del
retroprogresismo (aunque siempre puede haber un poco más) es el
clientelismo. Exquisita palabra para encubrir la matriz feudal de lo que
se denomina pomposamente, federalismo. El clientelismo es el embrión de
las corporaciones, aunque algunas se autodenominan “confederaciones”.
La lógica corporativa necesita al retroprogresismo para ocultar su dieta
carnívora y sus hábitos predadores. Hay lógicas excluyentes, y desde
ya, lo son la corporativa y la cooperativa. Las corporaciones
partidarias, donde la representación es sustituida por la restitución
(gato por liebre) son las más aptas para sostener la ambición máxima del
retroprogresismo: que la parte sea el todo, y luego, ser uno con el
todo. Es decir: el absoluto democrático encarnado en un solo “dios
verdadero”. En la lógica del monoteísmo discursivo, el adversario será
enemigo, y al enemigo, ni justicia. Por eso en su lógica interna el
retroprogresismo se acerca a sus enemigos declarados no para
combatirlos, sino para imitarlos. Y a veces, los pueblos que tantas
veces se equivocan, terminan prefiriendo a los originales que a las
malas copias. En ese caso el retroprogresismo tiene su tiro del final:
la culpa es de los que por izquierda no los apoyaron sin dudar y sin
preguntar, cuando debieron creer aunque fuera absurdo. La trata, la
prostitución, la esclavitad laboral, el mercadeo de personas, mujeres,
niñas, niños tiene nombres, apellidos, territorios fácilmente
localizables. Protocolos, tratados, acuerdos, leyes, parafernalia
infinita pero el poncho no aparece. Mujeres secuestradas, torturadas,
degradadas, sin apelación alguna al ejercicio de ningún derecho humano.
En el retroprogresismo hay mucha queja, poca protesta, pero ningún
combate. Víctor Martínez desaparecido, Julio Jorge López desaparecido,
Silvia Suppo asesinada, Romina Tejerina presa, la masacre de Cromagnon
que transita todas las formas de impunidad, incluso las jurídicas, son
acciones más importantes que las de Techint. Entiendo que para enfrentar
al retroprogresismo es necesario un salto político y cultural que
podría denominar la unión de las izquierdas. Que nunca será en el marco
de las elecciones, que es otra trampa del sistema burgués para que los
amigos terminen peleados y los compañeros ofendidos. Recordemos que el
fascismo vive. Conocemos la enfermedad, pero no hemos encontrado el
remedio. Quizá sea un avance pensar si el retroprogresismo no es un
remedio adulterado que los “zanola” de la historia nos recetan. Yo al
menos, no lo tomo.
Fuente, vìa :
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=5418:retroprogresismo-segunda-parte&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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