A juzgar por todo, el fundador del portal de filtraciones WikiLeaks,
Julian Assange, tras la aprobación de la orden de extradición a Suecia
tendrá que comparecer ante el tribunal por acusación de violación y
acoso sexual.
La mayoría de seguidores de Assange atribuye a motivos políticos su
persecución. Según ellos, los cargos contra Assange están directamente
vinculados con la publicación de los cables diplomáticos estadounidenses
filtrados por Wikileaks.
El pasado 24 de febrero, el juez británico Howard Riddle aprobó la
solicitud de Suecia de extraditar a este país a Julian Assange. Hoy en
día, el activista de Internet australiano tiene la única posibilidad de
permanecer en Gran Bretaña si presenta una apelación ante la Alta Corte
de Londres y luego probablemente ante la Corte Suprema.
Sus abogados ya anunciaron su intención de apelar la decisión del
tribunal británico. En esencia, tanto la defensa como la persecución de
Assange se habían preparado para presentar la apelación antes de que el
juez Howard Riddle dictara el veredicto. Esto evidencia que ambas partes
no pudieron imaginar cómo sería el dictamen emitido.
El destino de Julian Assange se decidirá durante el próximo verano u
otoño. Esto depende de cómo rápido se siga el procedimiento de
apelación.
De acuerdo con la ley británica, una vez presentada la
apelación, la Alta Corte deberá decidir en los 40 días posteriores si la
acepta o no. Si la Alta Corte rechaza la apelación, el caso puede ser
presentado a la Corte Suprema, la última instancia cuyo veredicto es
inapelable.
Si la Corte Suprema aprueba la sentencia del juez Howard
Riddle, Julian Assange será extraditado a Suecia en un plazo de 10 días.
El juez Riddle desestimó todos los argumentos de la defensa del
fundador de WikiLeaks y autorizó la extradición a Suecia de Assange
calificando que la justicia sueca actuó en todo momento de acuerdo con
el derecho internacional y que la ley británcia asimismo prescribe
condena por los cargos contra Assange.
De esta manera, los abogados de Julian Assange deben presentar la
apelación a instancias superiores con una sutileza extraordinaria con el
fin de conseguir el éxito.
En caso de ser extraditado a Suecia,
Julian Assange no podrá disfrutar del mismo nivel de confort como el que
tuvo en Gran Bretaña, donde salió en libertad condicional bajo fianza y
pudo residir en la casa de un amigo suyo, en Londres.
Las autoridades suecas rechazan la libertad bajo fianza a los
sospechosos de violación y en caso de ser acusado de agresión sexual,
Julian Assange puede ser condenado a cuatro años de prisión.
Suecia
es uno de los países con más conciencia social contra los delitos
sexuales. En el estricto código penal sueco, el delito de violación
abarca una amplia gama de variantes con diferentes niveles de gravedad.
Assange teme ser extraditado de Suecia a EEUU bajo cargos de
dedicarse al espionaje. Pero Washington no ha tomado todavía la decisión
si debe exigir la extradicción del australiano y no ha formulado
acusaciones formales para su persecución.
En caso de ser procesado de
acuerdo a la Ley de Espionaje de 1917 y declarado culpable, Assange
puede ser condenado a la pena de muerte.
Washington ya sentó precedente jurídico para someter al juicio en el
territorio de EEUU a los hackers que cometieron delitos en el
ciberespacio estadounidense.
Por otro lado, la legislación sueca
prohibe la extradicción a otros países de las personas cuya persecución
está presuntamente motivada políticamente. Y los esfuerzos de Assange de
impedir a EEUU que haga todo lo que quiera impunemente pueden
convertirle en prisionero de conciencia para la justicia sueca.
Antes de presentar la solicitud de extradición, el Gran Jurado de
EEUU debe decidir si son suficientes los argumentos para acusar a
Assange de espionaje. Estas deliberaciones se celebran a puerta cerrada,
por eso tan sólo podemos especular sobre esta posibilidad.
En todo
caso, las amenazas de perseguir a Assange y procesarle como terrorista
de alta tecnología se escuchan hoy por hoy tanto en el Pentágono como en
el Congreso. Y el ministro de Justicia de Estados Unidos anunció que
esta cuestión continúa estudiándose.
Pero aún en el caso de que Washington solicite la extradicción de
Assange no está claro si Suecia que firmó el Tratado de Extradición con
EEUU en 1961 decide entregarle y si Gran Bretaña da su visto bueno.
En realidad, el fundador de WikiLeaks no se acusa de delitos que dan lugar a la extradicción.
Además,
el juez Riddle manifestó en su sentencia del pasado 24 de febrero que
Suecia no puede tomar la decisión sobre la extradicción de Assange a
EEUU sin previa autorización del Reino Unido. El tratado de extradicción
entre EEUU y Gran Bretaña suscrito en 2003 también prohibe extraditar a
las personas cuya persecución está supuestamente motivada
políticamente.
No obstante, los gobiernos aprovecharon la oportunidad de eludir la
ley en reiteradas ocasiones para conseguir sus objetivos. Pero si la
Casa Blanca emprende un intento de hacerlo con respecto a Asange,
seguramente será acusada del uso de dobles estándares y persecución de
disidentes políticos.
Hoy en día, la administración de Barack Obama no lo necesita en vista
de las próximas elecciones presidenciales a celebrarse en 2012.
Al
mismo tiempo, un grupo de bloggers y hackers leales a Assange denominado
Anonymous (“anónimo” en español) ya amenazó con iniciar una guerra
cibernética contra el gobierno británico en caso de que el “rey del
Internet” sea extraditado.
Fuente, vìa :
http://www.sp.rian.ru/opinion_analysis/20110228/148444034.html
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