Los muertos y
el tiempo marcan el desarrollo, el desenlace, y el resultante de la operación
para controlar a Libia y a su petróleo, terminando con Kadafi. Y como dicen los
expertos: Las sorpresas pueden superar a las certezas, y Libia, de no mediar una
caída rápida del régimen gobernante, puede convertirse en una nueva ratonera
para las fuerzas imperiales.
Por
Manuel Freytas (*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
IAR Noticias/
manuelfreytas@iarnoticias.com
IAR Noticias/
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Cambió
el cuadro de situación, hubo un salto cualitativo, ahora el tiempo y los
muertos juegan a favor de Kadafi.
Los masivos bombardeos
"quirúrgicos" desde aviones, buques y submarinos ya han dejado más de
64 muertos y decenas de heridos entre la población civil, según los
partes médicos.
En este escenario, los "errores
colaterales" de la coalición imperial (léase muerte y destrucción a
escala masiva) ya lo están sacando a Kadafi del papel de "villano" para
convertirlo en "víctima".
La ferocidad del ataque imperial en
la primeras horas empalideció la represión y los ataques de las tropas
oficiales contra las bandas "rebeldes" de la CIA que prepararon el terreno
para la intervención militar de EEUU y las potencias en Libia.
Kadafi, al que el aparato de la
prensa imperial convirtió en "dictador genocida" de su propio pueblo,
pasó a un segundo plano.
Por más que la estructura mediática internacional
(cómplice desembozada del ataque a Libia) trate de "informar" que Kadafi
continúa con sus ataques y "asesinatos de civiles" en Bengazi, esa
maniobra empalidece frente a la magnitud del ataque imperial con logística,
armamento y misiles de última generación.
Pesa más el accionar y la
destrucción de la maquinaria militar imperial coordinada operativamente por
el Pentágono, suena más a muerte masiva, que cualquier operación militar
emprendida por un gobierno contra sus enemigos internos.
Toda la campaña de la prensa
internacional para "demonizar" a Kadafi y justificar la intervención para
el apoderamiento del petróleo libio, se desmoronó cuando un solo submarino USA
lanzó 110 misiles contra
"objetivos militares", y que en la realidad impactaron en áreas pobladas matando indiscriminadamente a mujeres, hombres y niños libios.
"objetivos militares", y que en la realidad impactaron en áreas pobladas matando indiscriminadamente a mujeres, hombres y niños libios.
Los bombardeos "aliados" sobre
territorio libio dejaron hasta ahora un saldo de al menos 64 muertos,
según un nuevo balance procedente de fuentes médicas oficiales citado por
Reuters, que precisaron que el aumento se debe al fallecimiento de heridos.
Horas antes, el Ejército libio informó de 48 muertos y 150 heridos, todos ellos a causa de los ataques contra "zonas civiles" de Trípoli, Sirte, Bengazi, Misrata y Zuwara.
Horas antes, el Ejército libio informó de 48 muertos y 150 heridos, todos ellos a causa de los ataques contra "zonas civiles" de Trípoli, Sirte, Bengazi, Misrata y Zuwara.
Como ya sucedió en la ex Yugoslavia,
Irak, y Afganistán, las fuerzas imperiales de EEUU y las potencias centrales
están despedazando a un país, con total impunidad, y ante la
indiferencia y/o la complicidad de los gobiernos y de las sociedades alienadas
por el accionar manipulador y desinformativo de la prensa internacional.
Los absurdos argumentos (contenidos
en la resolución de la ONU) justificatorios de la operación militar para
derrocar a Kadafi, a pocas horas del inicio de los bombardeos, ya están
deslegitimados.
Por arte de magia, los misiles y las
bombas barrieron con los dos eslóganes centrales justificatorios de la invasión:
"Proteger a los civiles" del aparato de Kadafi y "restablecer los
derechos humanos" en Libia.
Hoy, parecen un chiste de humor negro frente al
panorama de muerte masiva e indiscriminada que abren los ataques
combinados de la fuerza internacional encabezada por el Pentágono.
Y comienza el tiempo de los
"efectos colaterales".
Los analistas y medios del sistema, carentes de
comprensión estratégica y de visión totalizada de los conflictos, y frente a la
magnitud destructiva del cuadro de situación en Libia, comienzan a plantearse interrogantes sobre los resultados y significantes de la operación imperial.
"Las fuerzas internacionales
participantes en la operación contra Libia enfrentan el desafío de utilizar su
enorme capacidad logística con cautela para no convertir en "víctimas
colaterales" a los que quieren proteger", señala este domingo la cadena
BBC.
"Para los aliados en el aire, es riesgo calculado. La resolución del Consejo de Seguridad es muy amplia y da a la coalición libertad de acción no sólo para desactivar las defensas antiaéreas libias sino también para atacar objetivos en el terreno", añade.
"La esperanza es que la demostración de fuerza por parte de la aviación internacional desmoralice a los soldados de Kadafi de forma rápida y los anime a desertar o huir", puntualiza la cadena británica.
"Para los aliados en el aire, es riesgo calculado. La resolución del Consejo de Seguridad es muy amplia y da a la coalición libertad de acción no sólo para desactivar las defensas antiaéreas libias sino también para atacar objetivos en el terreno", añade.
"La esperanza es que la demostración de fuerza por parte de la aviación internacional desmoralice a los soldados de Kadafi de forma rápida y los anime a desertar o huir", puntualiza la cadena británica.
Y aquí es donde ingresan el factor
tiempo y el factor muerte. Una combinación, un reloj imaginario que
ya juega en contra de la coalición imperial y a favor del líder libio que
juró públicamente "resistir hasta morir".
Conciente de que el tiempo y los
muertos son el talón de Aquiles de la invasión imperial, Kadafi, un
táctico astuto, ya empezó a pegar en los flancos débiles de sus enemigos.
En una intervención en la televisión
estatal, añadió que su país estaba preparándose para una "larga guerra" y
que todos los libios portaban armas para defender al país.
"No dejaremos nuestra tierra y la liberaremos", dijo. La televisión retransmitió la voz de Kadafi pero no mostró imágenes del dirigente norteafricano.
"No dejaremos nuestra tierra y la liberaremos", dijo. La televisión retransmitió la voz de Kadafi pero no mostró imágenes del dirigente norteafricano.
Kadafi (al igual que los estrategas
más lúcidos del Pentágono) sabe que si su régimen y su aparato militar aguantan
los bombardeos de pie durante 72 horas, las contradicciones y las divisiones
internas de la alianza atacante van a estallar.
Los actores van cambiar de rol y, por
determinación de la sumatoria de cadáveres de población civil y de
destrucción, Kadafi va a pasar a ser el "héroe victimizado" de la
película.
Y hay una delgada línea, una delgada
frontera, que puede empezar a quebrarse en el escenario de complicidades del poder
mundial con la operación de despedazamiento de Libia, que tiene al petróleo
en el centro de la escena.
Y hay muchos frentes que pueden
estallar en la medida que la permanencia de Kadafi vaya marcando en las
agujas del reloj el fracaso de la operación urdida por EEUU (el
titiritero detrás detrás de escena) para tomar el control sobre las reservas de
crudo libio.
El propio jefe del Estado Mayor
Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, reconoció el domingo ante la cadena
CBS que el resultado de la acción militar era "muy incierto" y admitió
que las fuerzas aliadas podrían quedar en un punto muerto con Kadafi.
El frente
Rusia-China-Irán-Turquía-Venezuela y la línea de países musulmanes del "eje del
mal", espera pacientemente que los misiles y las bombas empiecen a amontonar
cadáveres y destrucción para pedir el alto el fuego y establecer una comisión
mediadora internacional que deje a Kadafi en pie y acotado.
Rusia y China,
que se abstuvieron en el voto de la resolución de la ONU, condenaron la
intervención. El Comité de la Unión Africana sobre Libia exhortó a un
"cese inmediato de las hostilidades".
La Liga
Árabe, que el sábado apoyó la intervención militar, este domingo criticó a la
coalición internacional al considerar que se aparta "del objetivo que es
imponer una zona de exclusión aérea".
Por otra parte, y como
producto de las divisiones existentes en la Unión Europea respecto de la
intervención militar, embajadores de los países de la OTAN aplazaron este
domingo la decisión de intervenir en Libia.
Hay disidencias
en cuanto a los planes y escenarios operativos resueltos el sábado en la cumbre
de París impulsada por la coalición atacante EEUU-Gran Bretaña-Francia que se
cortó sola con los bombardeos sin esperar la resolución de la Alianza
Atlántica.
Y existen contradicciones disimuladas
con potencias europeas
como Italia (la actual mayor beneficiaria del petróleo de Kadafi) y Alemania,
cuya postura de fondo sigue siendo la de negociar con Kadafi, antes que
derrocarlo.
Y si las agujas de reloj siguen
funcionando con Kadafi en pie, cada vez van a estar más claros los verdaderos
objetivos del ataque y su beneficiario principal, EEUU, quien actualmente
recibe solo el 6% del petróleo libio.
En síntesis, lo muertos y el tiempo
marcan el desarrollo, el desenlace y el resultante de la operación para
controlar Libia. Y como dicen los expertos: Las sorpresas pueden superar a las
certezas, y Libia puede convertirse en una nueva ratonera para las fuerzas
imperiales.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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