Tomando en cuenta variables como el PIB, la inflación y el empleo, la
Comisión Técnica que asesora al Gobierno en materias laborales propuso
nuevos parámetros para fijar el salario mínimo, entre los que se
incluyen el traspaso de la vigencia de la cifra desde julio a diciembre y
la permanencia del reajuste por tres años. Los trabajadores rechazaron
la idea, pues afirmaron que estos indicadores no se condicen con el
costo de la vida en la actualidad.
La propuesta de la instancia, liderada por el ingeniero comercial Harald Beyer, sugiere, en primer lugar, que la vigencia del salario mínimo comience a partir del 31 de diciembre y no en julio como se establece en la actualidad. Esto porque en los últimos meses del año se cuenta con las estadísticas claras sobre las proyecciones para el periodo siguiente.
Además se argumentó que las gratificaciones también son pagadas al 31 de diciembre, por lo que, en estos momentos, los alcances del reajuste al ingreso sólo se perciben seis meses después. Con la nueva fecha no existiría desfase entre el reajuste y los montos de las gratificaciones.
Según adelantó el economista miembro de la comisión a Radio Universidad de Chile, Juan Carlos Scapinni, el documento también propondría que la fijación del salario mínimo esté vigente por un periodo de tres años tomando en cuenta variables como el IPC y la productividad, ambos también proyectados hacia el futuro. La productividad se mediría a través del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la actividad económica y la cantidad de ocupados que existe en la economía.
El experto aseguró que “lo importante es que los parámetros se anticipan, por lo tanto existe la regla que incorpora la inflación y cambios en la productividad media del trabajo del país y, en ese sentido, el salario mínimo está asegurado para adelante”.
Bajo esos estándares, este año el salario mínimo experimentaría un aumento de un seis por ciento nominal y de dos por ciento real, lo que significaría un incremento de diez mil 320 pesos, para alcanzar los 182 mil 320. Un panorama poco favorable si se considera que con estas mismas proyecciones y manteniendo el ingreso mínimo durante tres años, en doce años más la cifra llegaría a los 213 mil pesos, muy por debajo de los 250 mil del salario ético que ha sido consensuado por diversos sectores que buscan que sea implementado lo antes posible.
Por lo mismo, el dirigente sindical, José Ortiz aseguró que la determinación del salario mínimo debería tomar en cuenta al menos tres elementos que afectan directamente a la fuerza laboral: el crecimiento o generación de nueva riqueza, la inflación de los productos básicos, como el pan, azúcar y arroz y el alza del transporte.
“Estos nuevos parámetros no reflejan en el salario mínimo la cantidad de riqueza que los trabajadores han ayudado a generar”, dijo Ortiz y graficó esta postura indicando que mientras el crecimiento del país durante 2010 se elevó al 5,2 por ciento, el salario fue reajustado en un 4,2.
Ortiz subrayó que son más de un millón de trabajadores los que se ven afectados con los reajustes de los ingresos mínimos y que, si se incluyen las gratificaciones, finalmente, son cinco millones los que tendrían que enfrentar modificaciones ínfimas en los próximos años. Por eso, sostuvo que lo que más convendría a los empleados, teniendo en cuenta el costo de la vida actual, sería que el salario mínimo alcanzara los 200 mil pesos este año.
El documento elaborado por la comisión asesora incluiría además “cláusulas de escape”, que buscan asegurar la flexibilidad en los criterios de reajuste en caso de que la realidad económica no se condiga con los supuestos base que plantea el reajuste.
Fuente, vìa :
http://radio.uchile.cl/noticias/108433/
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