(apro).- La República de Irlanda, acorralada por una de las peores
crisis económicas de las últimas décadas y otrora conocida como el Tigre
Celta, anunció este miércoles el mayor ajuste de sus cuentas públicas
en la historia del país, que buscará reducir en 15 mil millones de euros
el gasto para hacer frente a un enorme déficit fiscal.
El plan de cuatro años, que deberá ser aprobado el próximo 7 de
diciembre por el Parlamento irlandés (Dail), forma parte de las
exigencias de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional
(FMI) para acceder a un paquete de rescate de al menos 85 mil millones
de euros.
Dicho programa de salvataje tiene como objetivo central sanear el
deteriorado sector bancario irlandés y llevar calma a la alicaída
economía nacional, además de evitar un contagio de alto riesgo a los
países altamente endeudados de la eurozona, principalmente España y
Portugal.
El ajuste anunciado el pasado miércoles 24 incluye una profunda
reducción al gasto público, masivos despidos de empleados estatales, un
achicamiento del salario mínimo y un aumento de impuestos de todo orden.
En medio de un descontento popular que crece día con día entre los
irlandeses y ante un pedido de la oposición política para que renuncie a
su puesto y convoque a elecciones generales inmediatas, el primer
ministro Brown Cowen afirmó que el plan de austeridad y los incrementos
impositivos restaurarán la confianza destrozada en el país y darán paso a
una recuperación muy necesitada.
“Nosotros podemos y lograremos atravesar este desafío como lo hemos
hecho en el pasado”, declaró un Cowen emocionado en conferencia de
prensa, poco después del anuncio del plan.
“Somos un pueblo inteligente, resistente y orgulloso, y vamos a salir de esta porque amamos nuestro país”, agregó.
Las declaraciones de Cowen coincidieron con los dichos del jefe a
cargo del enorme fondo de la UE para rescates, Klaus Regling, quien dijo
que no faltará dinero si la crisis irlandesa se propaga a otros países.
En una entrevista con el matutino alemán Bild, Regling dijo que "el paraguas de seguridad será lo suficientemente grande para todos.
"Pero el hecho es que sólo Irlanda ha pedido hasta ahora ayuda", admitió el funcionario europeo a modo de excusa.
El gobierno de Irlanda busca con su plan de ajuste reducir el déficit
fiscal del país, que actualmente trepa el 32% del PIB irlandés, a sólo
3% para 2014.
Entre las medidas anunciadas en Dublín está el aumento del impuesto a
las ventas de 21 a 23% para 2014, mantener el impuesto corporativo en
12.5% (frente al 23.6% de la media de la Unión Europea, que presiona
para que sea elevado) y reducir el índice de desempleo por debajo de 10%
anual para los próximos cuatro años, del actual nivel de 13%.
El recorte se elevaría a unos 2 mil 800 millones de euros en 2011,
mientras los ingresos fiscales aumentarían 1 mil 900 millones por el
alza del impuesto a las ganancias.
El salario mínimo, vital y móvil, se reducirá en un euro, a 7.65
euros por hora, aunque el gobierno sostuvo que seguirá siendo uno de los
más elevados de la UE.
Además, se contempla despedir a 24 mil 750 empleados públicos, para
volver al nivel de ocupación de 2005 en el estado, elevar la edad de
jubilación y subir el precio de la matrícula universitaria de mil 500 a 2
mil euros.
Asimismo, recortar 2 mil 800 millones de dólares en beneficios
sociales hasta 2014, reducir las inversiones públicas por 3 mil millones
de euros y recortar 10% del salario para quienes ingresen al sector
público, que además tendrán un régimen provisional diferente.
El ministro de Finanzas irlandés, Brian Lenihan, estimó que el país
agotará sus disponibilidades financieras a partir de mediados de 2011,
un cálculo parecido al que consultores privados hicieron sobre Portugal,
que aún no apela a la ayuda del FMI y la Unión Europea. Así, según
Lenihan, hasta mediados del año próximo el Estado irlandés podrá
financiarse sin emitir deuda nueva.
En ese sentido, el comisario de la Unión Europea para Asuntos
Económicos y Monetarios, Olli Rehn, calificó el paquete de austeridad
irlandés como "una base fuerte de negociaciones" para negociar el plan
de rescate de la UE-FMI.
Pero mientras Irlanda busca calmar los mercados e inversores por su
situación económica, Portugal enfrentó una huelga general el miércoles
24 contra los profundos recortes al gasto público en ese país.
La UE teme que Portugal se convierta en la próxima nación de la zona euro que pida por un rescate, luego de Grecia e Irlanda.
En tanto, la mandataria alemana, Angela Merkel, afirmó que su país
está preparado para ayudar a Irlanda, pero con un apoyo condicionado a
Dublín "dejando en claro qué pasos debe tomar para regresar al camino de
la estabilidad (económica)".
En un discurso en el Bundestag sobre la crisis irlandesa, Merkel
reiteró la necesidad de un mayor involucramiento de la banca privada y
de eventuales futuros salvatajes de países en dificultades.
Alemania responderá "favorablemente al pedido de Irlanda", dijo
Merkel, confirmando su posición expresada el martes. Sin embargo,
agregó, las ayudas estarán vinculadas a condiciones "que den lugar a
medidas que hagan regresar al país sobre el camino de la estabilidad".
Mientras, Cowen batalla en el frente interno contra pedidos de la
oposición para que renuncie a su cargo y convoque a elecciones generales
de inmediato, que amenazarían la aprobación del plan de ajuste y
echarían por tierra al paquete de salvataje de la UE-FMI.
Es improbable que los parlamentarios irlandeses voten sobre el
presupuesto en diciembre, con una fecha más certera en enero, una
situación que demorará eventuales elecciones hasta febrero o marzo
próximo.
La UE informó al principal partido político irlandés, Fine Gael, que
aunque los objetivos del plan fiscal no son negociables, está dispuesto a
negociar detalles específicos con el próximo gobierno, según dio a
entender el portavoz de Finanzas del bloque, Michael Noonan.
En tanto, analistas y expertos económicos indicaron que el paquete de salvataje a Irlanda no solucionará los problemas del país.
"La incertidumbre provocará el colapso del gobierno, esto seguirá
sobrevolando Irlanda en las próximas semanas", declaró el economista
principal del National Irish Bank, Ronnie O'Toole.
Para la experta del grupo de análisis IHS Global Insight, Sonia
Pangusion, "la caída en la confianza del consumidor se acelerará", y
agregó que el plan para una recuperación basada en la exportación
"incrementa el riesgo económico de Irlanda".
En coincidencia, la agencia de calificación Standard and Poor's
redujo el día del anuncio del plan de ajuste el rating de la deuda
soberana irlandesa de AA- a A y dejó abierta la posibilidad de una nueva
revisión.
Los sindicatos irlandeses advirtieron que el plan de austeridad
provocará un estallido social en el país sin precedentes en la historia
de Irlanda, y confirmaron manifestaciones masivas contra los ajustes si
el gobierno no da marcha atrás con sus recortes.
Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/85856
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