(apro).- Las dramáticas circunstancias del pueblo de Haití --una
emergencia sanitaria por cólera y elecciones fraudulentas-- han
provocado una reacción rápida y urgente de países del Caribe y
Centroamérica, y de naciones de Sudamérica con islas en la región, para
evitar que la epidemia se extienda América Latina y, en un año, afecte a
más de un millón de personas.
El gobierno de Haití encabezado por René Preval consideró, el pasado 1
de diciembre, insuficiente la ayuda financiera recibida hasta ahora de
la comunidad internacional para enfrentar la epidemia de cólera que, de
acuerdo con el último balance, ya ocasionó más de mil 800 muertos.
Y el portavoz de la Oficina para la Coordinación de Asuntos
Humanitarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Elisabeth
Byrs, le dio la razón al mandatario haitiano al confirmar que de los 164
millones de dólares prometidos, solamente se han recibido poco más de
19 millones, tan sólo 11%.
El pasado miércoles 1 de diciembre, el Ministerio de Salud de Haití realizo el último balance del desastre sanitario.
Según la dependencia, la epidemia de cólera, que afecta a Haití desde
mediados de octubre, ha causado ya mil 751 muertes y 77 mil 208
personas han enfermado. El departamento de Artibonite, donde se declaró
la enfermedad, es el más perjudicado con 773.
“La respuesta es muy lenta y debemos permanecer vigilantes para
evitar el peor escenario estimado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) de que puedan ser contagiadas 400 mil personas, en los
primeros seis meses”, recordó Byrs.
Tanto el gobierno de Preval como la ONU hicieron, en los primeros
tres días de diciembre, un nuevo llamado a la comunidad internacional
para agilizar la entrega con urgencia la ayuda prometida y enviar unos
350 médicos y 2 mil enfermeros adicionales para reforzar la lucha contra
la epidemia.
La subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie
Amos, fue más allá al solicitar el envío de por lo menos 30 mil
voluntarios más dedicados a la campaña de divulgación para la prevención
de la enfermedad.
El gobierno de República Dominicana ve “con gran preocupación” la
situación de su vecino haitiano, “todo lo que ocurre en Haití impacta en
la República Dominicana”, asegura.
El sector turístico dominicano hizo público su preocupación porque
considera que el brote de cólera surgido en Haití podría afectar
gravemente al sector, uno de los más importantes generadores de divisas
del país.
El vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Hoteles y Turismo de
la República Dominicana (Asonahores), Arturo Villanueva, ha pedido en
varias ocasiones al gobierno dominicano un “control absoluto de la
frontera” con Haití.
Cabe recordar que la epidemia estalló casi nueve meses (12 de enero)
después de la tragedia provocada por el terremoto que dejó un saldo de
casi 300 mil muertos, un millón 300 mil personas sin vivienda y más de
766 mil desplazadas.
Para desgracia de la nación haitiana, el 5 de noviembre pasado un
huracán azotó su territorio causando inundaciones y el desbordamiento de
los ríos. Complicó así aún más la grave situación sanitaria en varias
regiones.
En toda la geografía haitiana se han reportado casos de cólera, pero
con mayor grado en el departamento de Artibonite, donde se detectó el
brote y se halló la bacteria, vibrio cholerae, causante del mal.
En la provincia de Nippes, según datos de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS), aún no se tiene cuantificado el número
de muertos a causa de la epidemia.
Más recursos y médicos
Ante el peligro de que la epidemia del cólera se convierta en
endémica y provoque un caos sanitario en países de América Latina, los
gobiernos de Brasil y Cuba anunciaron, a principios de diciembre, el
envío de recursos y médicos para detener su avance.
El 2 de diciembre, el Ministerio brasileño de Salud liberó un millón
de dólares para la compra de los equipos necesarios para la endeble
infraestructura de salud en el Centro de Tratamiento de Cólera en
Carrefour, Haití.
El coordinador del Comité Gestor de la Comisión Tripartita (Cuba,
Brasil y Haití), Felipe D'Oliveira, informó que se autorizó realizar la
transferencia de esos recursos a la sede de la Organización Panamericana
de la Salud en Haití.
Casi de forma paralela, el gobierno de Cuba tomó la decisión de
reforzar la delegación médica con un contingente de la Brigada Henry
Reeve, la misma que abandonó hace 15 días Chile, compuesto por 300
médicos, enfermeras y técnicos de la salud, que sumarían más de mil 200
colaboradores, con lo cual elevará de 37 a 49 los centros de salud que
controla la Brigada Cubana en ese país.
Lo anterior fue anunciado el 2 de diciembre por el expresidente Fidel
Castro Ruz, quien llamó a derrotar la epidemia de cólera en Haití pues,
aseguró, puede convertirse en endémica y dar lugar a un desastre
sanitario que amenazaría permanentemente al Caribe y a América Latina.
“Nuestro país en este instante está inmerso en una batalla contra el
cólera en Haití, que a su vez se convierte en amenaza para los demás
pueblos de América Latina y otros del Tercer Mundo.
“Si no se lograr controlar y derrotar la epidemia, podría convertirse
en endémica y dar lugar a un desastre sanitario en Haití y a una
amenaza permanente para el Caribe, así como para la América Latina”,
alertó Castro.
E instó en “no olvidar nunca que Haití debe ser además reconstruido
desde sus cimientos, con la ayuda y la cooperación de todos. Es lo que
esperamos para su noble y abnegado pueblo”.
La violencia
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas
en inglés) alertó sobre el aumento de las violaciones de mujeres y niñas
en los campamentos haitianos de damnificados por el terremoto y expresó
su preocupación ante el aumento de los embarazos no deseados.
Mendy Marsh, especialista de UNICEF en violencia por razón de género
en situaciones de emergencia, asegura que la situación creada por el
terremoto y la aparición de decenas de campamentos de desplazados en la
capital haitiana ha agravado, aún más, el peligro de episodios de
violencia por razón de género.
Los expertos de UNICEF creen que los delitos sexuales han aumentado
debido a las difíciles condiciones de vida que reinan en los campamentos
desde el terremoto.
La violencia contra las mujeres llegó al extremo: la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha registrado violaciones de
niñas de cinco años.
La mayoría de las violaciones se producen durante la noche por dos o
más agresores armados, señalan las organizaciones que trabajan en los
campamentos.
Rupert Colville, portavoz de la Alta Comisionada de la ONU para los
Derechos Humanos, Navi Pillay, alertó sobre las violaciones de mujeres
en los campamentos y reconoció que ese es uno de los aspectos más
preocupantes a nivel de derechos humanos.
Colville atribuyó muchas de estas violaciones a los presos que
escaparon de la principal cárcel de Puerto Príncipe el día del
terremoto, que se han instalado también en los campos de damnificados.
Aún antes del terremoto resultaba muy difícil, cuando no imposible,
obtener estadísticas fidedignas sobre la incidencia de las violaciones y
agresiones sexuales en Haití.
En algunos casos las mujeres quieren evitar el estigma social que
conlleva denunciar que han sido víctimas de violaciones o agresiones
sexuales.
Y en otros, según la UNICEF, debido a la falta generalizada de
confianza en la policía, creen que sus denuncias no tendrán
absolutamente ningún efecto ni obtendrán resultados.
“En este país se tolera demasiado la violencia, diciendo que se trata
de algo que siempre ha existido, y que así es", comenta Françoise
Gruloons-Ackermans, representante de UNICEF en Haití.
Las violaciones han sido también un arma política en este pobre país,
con especial incidencia tras el golpe de Estado de Raoul Cédras, que
derrocó en 1991 a Jean-Bertrand Aristide.
En 1996, restituido Aristide en la Presidencia, la Comisión Nacional
para la Verdad y la Justicia declaró que la violación fue usada
sistemáticamente para infundir miedo entre los sectores sospechosos de
apoyar al gobierno democrático.
La investigadora cubana Julia Mercedes Carrasco Herrera, especialista
de la Universidad de La Habana en temas del Caribe, señala que en Haití
es evidente la desprotección a la infancia, la niñez y la juventud.
Recordó que un informe de Amnistía Internacional, de noviembre de 2008, titulado Don't turn your back on girls: sexual violence against girls in Haití, alertaba sobre la falta de protección a las niñas, quienes son violadas y abusadas sexualmente por hombres mayores.
Confirmaba que de las 105 violaciones reportadas en el informe, 55%
corresponde a niñas menores de 18 años. Lo grave es que un alto
porcentaje de las niñas violadas quedan embarazadas.
Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/86073
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