Termina la primera batalla de la llamada “Ley Sinde” con su rechazo por una comisión del Congreso:
de manera expresa, la comisión excluye la Disposición Final que
contenía la “Ley Sinde” de la Ley de Economía Sostenible. La LES podrá
ahora seguir su tramitación en el Senado, pero ya sin dicha disposición.
Con esto se corrige el primer dislate que el gobierno español levó a
cabo en su momento: incluir la “Ley Sinde” a traición como disposición
final en una LES que nada tenía que ver con el tema. La famosa cena en
la que los autocalificados eufemísticamente “creadores” celebraron “el
gol que habían colado” se le atragantó ayer a más de uno.
Hemos tardado un año en corregir una acción de un lobby de poder.
Pero no cantemos victoria: ese lobby tiene más vidas que un gato y más
tentáculos que un pulpo. La LES pasa al Senado con la Ley Sinde
convenientemente desactivada y extirpada, aunque podría darse el caso de
que el PSOE volviese a intentar meterla como enmienda si logra consumar
con algún otro grupo alguno de los pactos que a la desesperada intentó
ayer (u otros). Sería harto improbable que un tema que hoy ocupa las
portadas de todos los periódicos volviese a entrar por la puerta de
atrás, pero no lo descartemos. Además, veremos múltiples intentos
paralelos de atacar otra vez la libertad con el mismo procedimiento en
otros estamentos (ya lo están anunciando),
y de atacar mediante procedimientos presuntamente más duros, como decía
“el lobo feroz que amenaza con perseguir a los internautas y comerse a
nuestros niños”.
Lo importante: hemos conseguido, mediante la acción ciudadana, llamar
la atención de manera importantísima sobre un asunto que, de otra
manera, se habría aprobado sin ningún tipo de obstáculo. Los que dicen
que “no ha sido la acción ciudadana, sino los intereses de los grupos
políticos” obvian lo fundamental: la fortísima presión a la que la
opinión pública ha sometido a todos los partidos, algunos de los cuales
estaban recibiendo presiones también de muchísimo calado en el otro
sentido, y que ha condicionado de manera clara sus actuaciones. Sin los
miles de ciudadanos escribiendo, comentando, meneando, tuiteando y
retuiteando, este tema no habría llegado jamás a las portadas de los
periódicos, a las conversaciones de café, ni mucho menos a la agenda
política: el lobby habría presionado, y habría conseguido sus fines sin
más. Esto es lo realmente importante: la toma de conciencia de la
sociedad civil de que su opinión puede realmente llegar a contar en la
vida política, y la llamada de atención a los partidos de que no van a
poder hacer las cosas al margen de dicha sociedad civil. Como, por otra
parte, debe ser.
La tramitación de la “Ley Sinde” es un resumen de todo lo que es
basura en la política. De cómo no hacer las cosas. Meter una disposición
final “colando un gol”, irse a cenar con cava para celebrarlo, tramitar
la ley ignorando las protestas de los ciudadanos, dejarse influenciar
por las presiones de un gobierno extranjero y terminar votando el tema
en una comisión en lugar de en un Pleno, a las diez y media de la noche y
en un día antes de la Lotería es un procedimiento tan alucinante, tan
de cloaca política, que debería conllevar el cese de su principal
impulsora, por haber querido trasladar su trabajo de guionista a la
política escribiendo un guión de película mala de espías.
Sinceramente, lo más importante para mí no es la “Ley Sinde” y el
futuro – espero, malo – que pueda tener, sino la demostración de que en
este nuevo entorno definido por la interconectividad de los ciudadanos,
debe imponerse necesariamente otra manera de hacer política. Que lo de
“todo para el pueblo, pero sin el pueblo” ya no puede funcionar, porque
el pueblo te va a poner tibio a base de protestas en la red y fuera de
ella. Que la sociedad civil existe, y que cualquiera que sea el partido
que lo quiera entender y empiece a gestionarse en base a ello, obtendrá
sin duda un efecto pionero verdaderamente importante.
Ahora, a tomarnos un merecido descanso. A mis lectores habituales,
disculpas por haber monopolizado casi exclusivamente el blog con un
asunto que sin duda tenía una gran trascendencia, pero que nos ha
distraído de nuestra habitual línea de análisis de la tecnología y sus
efectos (aunque no haya dejado de ser un impresionante caso práctico de
análisis del efecto de la red sobre la sociedad). Iremos retomando los
temas habituales, los comentarios, y la normalidad. A todos, felices
fiestas y muchas gracias por estar ahí.
Vìa :
http://www.enriquedans.com/2010/12/ley-sinde-fin-de-la-batalla-no-de-la-guerra.html
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