Ya generalizada es la crítica a los medios de comunicación chilenos
respecto al tratamiento del conflicto mapuche, considerando la escasa
cobertura que tuvo la extensa huelga de hambre de los presos políticos
mapuche los primeros cuarenta días.
Por esta razón, los comunicadores Sergio Millamán y Luis Cuello
presentaron ante el Consejo Nacional de Televisión una denuncia contra
los principales canales de televisión abierta y sus noticieros
centrales, fundada en la propia ley que establece las funciones del
CNTV.
“La población en Chile se informa en general a través de los
noticieros, entonces, que no hayan dado ninguna información oportuna, es
una clara vulneración al principio de pluralismo que debe regir a los
canales de televisión y al de libertad de expresión y en el sentido de
estar todos adecuadamente informados”, argumentó Millamán.
Sin embargo, su denuncia no logró una respuesta positiva. El
comunicador mapuche contó que el CNTV “consideró que hasta esa fecha la
información sobre la huelga era escasa, pero manifestaron que no tienen
las facultades para establecer sanciones porque, en la opinión de ellos,
prima la libertad de los canales de establecer su parrilla
programática”.
A través de actas, el Consejo declaró que “carece de competencia
legal para reprochar a los servicios de televisión denunciados la
comprobada exigua cobertura otorgada a la huelga de hambre”,
desestimando la formulación de cargos. Una situación difícil de
comprender considerando la sanción que anteriormente dictara a las
parodias a Jesús del “El Club de la Comedia”.
Millamán también indicó el organismo en su dictamen, omitió toda
referencia al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo,
que establece como deber eliminar todo tipo de prejuicios hacia los
pueblos indígenas, lo que incumbe tanto al Estado como la sociedad en
general, incluidos los medios de comunicación.
Wikileaks destapa la olla
Una situación de nuestra prensa nacional que es compartida también
por los informes diplomáticos norteamericanos filtrados por Wikileaks.
En un cable enviado el 9 de marzo de 2009 a Washington, el embajador de
EEUU en Chile, Paul Simons, criticó la actitud “sensacionalista” con que
se trata el problema mapuche, destacando las palabras del entonces
candidato Sebastián Piñera, quien declaró que “ La Araucanía arde en
llamas”, cita el diplomático.
Simons además afirma que “los principales periódicos chilenos, que
son generalmente conservadores, publican muy a menudo en primera página
reportajes sobre este conflicto (en los que) la destrucción de
propiedades, que supone la inmensa mayoría de las acciones ilegales de
los mapuches, se presenta frecuentemente a todo color con descarados
titulares y a veces una cobertura muy superior a la que se da a crímenes
mucho más graves cometidos por chilenos no indígenas”.
Pero más que novedades, lo revelado por Wikileaks en una constatación
de la realidad para Sergio Millamán, quien señaló que se trata de una
estrategia constantemente utilizada por los medios.
“Cada vez que ocurre algún hecho de violencia en La Araucanía, lo
que dice la televisión, cuando lo cubren, es que imputan directamente a
comunidades mapuche en conflicto y los califican de terrorismo. Pero
jamás yo he oído cuando los comuneros mapuches, después de haber pasado
dos años en prisión preventiva, son declarados inocentes. La prensa se
encarga de criminalizar al movimiento mapuche, cubre solamente ese
aspecto de la noticia y no se encarga de hacer un seguimiento”, sostuvo.
El representante de la Casa Blanca en el país informa también que
tanto Piñera como el senador RN Alberto Espina tuvieron un papel clave
en la difusión de un informe de inteligencia colombiana, que daría
cuenta de los nexos entre la guerrilla de ese país y los líderes
mapuches
Los cables aseguran además que el entonces ministro Edmundo Pérez
Yoma pidió apoyo de inteligencia a los Estados Unidos para pesquisar los
contactos de mapuches con grupos terroristas internacionales. Sin
embargo, los propios cables concluyen que la etnia mapuche es
“abrumadoramente no violenta” y que no existían pruebas de supuestos
contactos de mapuches con el exterior.
Y no sólo eso, prácticamente se burlan de esta comparación al señalar
que “un eventual observador podría pensar que violentos activistas
mapuches, relacionados con las FARC y ETA, matan cada semana a inocentes
civiles”.
Una opinión que compartió Hervi Lara, miembro ejecutivo del Comité
Ético contra la Tortura, quien señaló que “indudablemente que esta
acusación de terrorismo mapuche es una ridiculez y es para desviar el
problema de fondo”.
Lara explicó que el objetivo de los medios cooptados por el poder
político es criminalizar a los mapuche para deslegitimar sus demandas.
“Los mapuche lo que están pidiendo es algo muy concreto: que les
permitan seguir existiendo. Si no tienen sus tierras, tienen que emigrar
a las ciudades y aquí se van a diluir como cultura y como personas,
además de la discriminación exacerbada que aquí tienen. Nunca la
prensa hace referencia al problema de fondo, es desviar la atención”,
dijo.
Sin embargo, esta no es una situación aislada. Este año se han
existido otros conflictos sociales que han sido víctimas de este
“silencio informativo”, como la huelgas de los trabajadores de Farmacias
Ahumada, Transantiago o la huelga de hambre que por más de 70 días
mantienen los pobladores de Caimanes afectados por minera Los Pelambres,
propiedad del grupo Luksic, que ahora controla Canal 13. Una estrategia
que sólo genera la pérdida de legitimidad de los medios que la aplican y
vulnera el derecho a la información.
Fuente, vìa :
http://radio.uchile.cl/noticias/94558/
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