Una nueva
entidad de entidades –que incluye a la Sociedad Argentina de Pediatría,
la Academia Nacional de Medicina, la Organización Panamericana de la
Salud y otras organizaciones– propuso instaurar una asignación universal
para embarazadas y puérperas, a semejanza de la Asignación Universal
por Hijo, que otorgará a estas mujeres los medios para acercarse al
sistema de salud, la responsabilidad de hacerlo y el derecho a exigir
adecuada atención en el embarazo y el puerperio. Otra de las propuestas
puede parecer cuestión de especialistas, pero es crucial que la opinión
pública la entienda: “regionalizar” la atención sanitaria, organizar el
sistema de salud para que los embarazos y partos de riesgo sean
derivados al lugar indicado en el momento adecuado (ver recuadro). Estas
y otras ideas intentan poner fin a un hecho escandaloso: la mortalidad
materna en la Argentina se mantiene en los altos niveles de hace casi 20
años, por encima de otros países de América latina y con escasas
chances de alcanzar el Objetivo del Milenio fijado por la ONU. La
primera causa de mortalidad materna son las complicaciones del aborto,
por lo cual las entidades requieren, también, “aplicar el artículo del
Código Penal que garantiza el aborto no punible”.
La Alianza Argentina para la Salud de la Madre, Recién Nacido y Niño
(Asumen) se constituyó en marzo de 2009 para apoyar el cumplimiento de
los Objetivos del Milenio. Incluye también a la Sociedad Argentina de
Terapia Intensiva, la Federación Argentina de Enfermería, la Sociedad de
Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires, el Centro de Estudios de
Estado y Sociedad (Cedes), y Unicef. Ayer sus representantes presentaron
su diagnóstico y propuestas sobre mortalidad materno-infantil.Celia Lomuto, integrante de Asumen, señaló que “de acuerdo con el Compromiso del Milenio, de Naciones Unidas, al que adhirió la Argentina, la mortalidad materna debería reducirse, desde un 52 por cada cien mil partos en 1990, a 13 por cada cien mil en 2014. Pero se mantiene alrededor del 40 por cien mil desde fines de la década del ’90, y llegó al 55 por cien mil en 2009, lo cual se concretó en 410 muertes. Es cierto que 95 de éstas son atribuibles a la gripe A y otras enfermedades respiratorias, pero restan 315, superando las 296 de 2008 y las 306 de 2007”. Los datos provienen del Ministerio de Salud de la Nación.
La primera causa de mortalidad materna son complicaciones de abortos, que abarcan el 21 por ciento de las muertes. El documento de Asumen advierte que “el número de muertes maternas por aborto aumentó nuevamente en 2009: 87 casos”. Habían sido 62 en 2008 y 74 en 2007. “El embarazo terminado en aborto es la primera causa de muerte materna desde hace casi tres décadas, evidenciando que la prevención del embarazo no planeado y la atención adecuada de las complicaciones del aborto inseguro son deudas pendientes.” La entidad de entidades exige también “la aplicación del artículo 86 del Código Penal, que resguarda el aborto no punible”.
Otras causas importantes de mortalidad materna son “las infecciones, la hipertensión asociada con el embarazo, las hemorragias y enfermedades preexistentes agravadas por el embarazo, como la diabetes”, señala el documento, y observa que “la mortalidad materna es elevada si se la compara con los países de la región, y es diez veces mayor que en los países desarrollados. Es una muestra de la inequidad que persiste entre las distintas provincias y sectores sociales”.
Ariel Karolinski, de Asumen, señaló que “la mortalidad materna es la más clara expresión de inequidad e injusticia social. Las Naciones Unidas la toman como indicador trascendente sobre la distribución del ingreso. En la Argentina, oscila entre 18 por cada cien mil nacimientos, en la ciudad de Buenos Aires, y 160 por cada cien mil, en Catamarca. Se trata de mujeres que suelen llegar tarde a los servicios porque no saben percibirse como enfermas: por ejemplo, tienen una pérdida de líquido amniótico en el segundo trimestre de su embarazo y creen que es flujo, que es normal, y no se dan cuenta de que se rompió la membrana y que, sin atención, tendrán un parto pretérmino con sepsis puerperal”.
En este marco, y a partir de experiencias internacionales, Asumen propone instaurar una Asignación Universal de Protección Social para Embarazadas y Puérperas. El beneficio alcanzaría a las mujeres atendidas en el subsector público y se extendería hasta los 12 meses luego del parto. El subsidio obedece a que “el 28,6 por ciento de las madres en los principales aglomerados urbanos es pobre y 9,6 por ciento es indigente. La Encuesta Perinatal 2008, en 82 maternidades del área metropolitana, mostró que el 75 por ciento de las asistidas eran pobres, lo cual se asocia con bajo nivel educativo, control prenatal insuficiente y em-barazo no planificado”. Incluiría “transferencias de dinero, mediante tarjeta de débito y cuenta bancaria, contra cumplimiento de acciones predefinidas”. Estas acciones de la mujer se centran en que se acerque al sistema de salud.
Entre los cuidados que el sistema de salud debería garantizar a estas mujeres se incluye “que los controles prenatales no bajen de cuatro, como recomienda la OMS; que, en el parto, la mujer esté acompañada por su pareja o por la persona que elija, lo cual es probadamente beneficioso; y se incluirá el acceso a la salud reproductiva para que el intervalo entre embarazos sea de por lo menos dos años”, precisó Karolinski. “Las más pobres mueren más porque no saben adónde acudir y, por no conocer los cuidados necesarios, no demandan servicios de calidad”.
La asignación se aplicó con éxito en Brasil, Chile, México, Perú, Bolivia, Honduras y Ecuador.
Fuente, vìa :
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-157863-2010-12-01.html
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