Los contribuyentes españoles han empleado ya 30.000 millones de euros
en ayudar a las entidades financieras nacionales (10.189 millones del
fondo de rescate FROB y 19.341 millones en compras de activos), pero su
aportación para sacarlas de la crisis no ha hecho más que empezar. Con
el dinero aportado por el presupuesto hasta ahora, se consiguió dar un
oxígeno muy necesario al sector en los momentos de mayores
dificultades de captación de liquidez y de capital. Ahora lo que
necesitan bancos y cajas es elevar los ingresos ante el parón de la
actividad económica y el crecimiento de la morosidad. Al margen de las
fusiones que se han ejecutado y las que quedan por llegar, sólo con más
facturación conseguirán la mayoría de las entidades españolas evitar
las pérdidas en 2011 o salir de ellas lo más rápido posible. Y eso para
el cliente significa que tendrá que pagar mucho más por los servicios
que recibe (comisiones) y también por los créditos que le entregan, en
caso de que lo consideren lo suficientemente solvente para
concedérselo. Pagarán por segunda vez, esta vez de forma mucho más
directa, la crisis bancaria.
Este año, la banca ha conseguido
salir adelante porque todavía tenía participaciones de las que
desprenderse con plusvalías, oficinas que podían vender y realquilar
(operación conocida como sale & lease back) y, sobre todo,
contaban con una hucha de la que ir tirando para poder sufragar el
crecimiento de la morosidad (provisiones genéricas).
Pero la
crisis se ha alargado más de previsto y al limón ya le queda poco
exprimir, aseguran en un banco mediano, en el que reconocen que en todas
las entidades se está estudiando a fondo qué se puede vender para
poder superar el próximo año. "Desde luego, 2011 va a ser complicado y
no pinta bien", aseguraban recientemente fuentes de Caja Madrid. "La
situación sigue siendo difícil y las perspectivas son complicadas.
Queda mucho que ver para que demos por cerrada la crisis y se haya
estabilizado el sector", añadía el consejero delegado de BBVA, Ángel
Cano.
"Tenemos por delante una coyuntura de poco crecimiento y
poco negocio", explicaba el consejero delegado de Santander, Alfredo
Sáenz. Todos coinciden en que el panorama pinta muy negro y empiezan a
justificar las subidas de precios para los clientes. "Cuando el riesgo
crediticio aumenta, hay que aumentar las comisiones", decía en la
presentación de resultados Jaime Echegoyen, consejero delegado de
Bankinter hasta hace poco más de una semana.
Las cuentas, un 3,2% más carasEl encarecimiento de los servicios empieza a verse, aunque se notará más el próximo año, advierten en el sector.
Las
comisiones de mantenimiento de una cuenta corriente se han elevado en
un año un 3,22% y los clientes ya tienen que abonar de media por ellas
43,5 euros al año, según los datos actualizados a septiembre por el
Banco de España. La tasa de apertura de un crédito no hipotecario ha
aumentado del 2,93% al 3,02%, lo que supone que, por cada 10.000 euros
financiados, el usuario paga diez euros más.
En las hipotecas,
el coste de apertura se ha incrementado de media del 2,68% al 2,72%.
Las tarjetas no se han librado de la subida de precios. La cuota anual
de una de débito ha subido un 1%, hasta 16,84 euros de media, y la de
crédito, un 0,5%, hasta 33,48 euros. Los que más se han encarecido han
sido los descubiertos: han pasado del 3,5% al 3,8%.
En todo
caso, no sólo han encarecido los precios, sino que han dado orden a sus
empleados de que ya no se pueden devolver como se hacía hasta hace
nada cuando el cliente lo solicitaba. Y para que no exista la tentación,
varias de ellas, como La Caixa o Ibercaja, han eliminado la
posibilidad del sistema informático.
Y, además, han creado
nuevas tasas por servicios que hasta ahora eran gratuitos. Por ejemplo,
Bankinter, una entidad más barata que la mayoría de sus competidores,
cobra ahora un euro a los clientes que demandan realizar algunas
operaciones por teléfono con la ayuda de un operador.
Las
entidades justifican que hay operaciones que pueden realizarse de forma
telemática sin generar tantos costes para la entidad. Echegoyen que
dijo en público lo que otros sólo reconocen en privado admitió en su
última rueda de prensa que "cuando llegan las épocas duras, empujamos a
algunos clientes a que se vayan, porque creemos que no van a ser
solventes o no van a ser rentables" para el banco.
Los créditos cuestan másEl
otro gran efecto que tendrán que sufrir los clientes serán los precios
más elevados en los créditos. Si conseguir un préstamo es desde hace
tiempo complicado, los que lo consigan de aquí en adelante tendrán que
pagarlos más caros.
Las hipotecas con diferenciales del 0,25%
sobre el euríbor se fueron para no volver. Ahora, salvo ofertas muy
puntuales para robar algún cliente a la competencia, las hipotecas
tienen diferenciales de en torno al 1%. Las concedidas en septiembre a
los hogares se entregaron a un precio medio del 2,65%, algo más de un
punto sobre el euríbor.
Los créditos al consumo, se contrataron
al 7,87%; los créditos para pymes, al 3,61%, y para las grandes
empresas, al 2,17%. Estos precios tenderán a subir. Los banqueros
explican que conseguir el dinero que luego prestan les cuesta ahora
mucho más caro.
"El crédito tiene que recuperar márgenes y
precios. El precio de la materia se ha encarecido", decía el jueves
pasado Alfredo Sáenz. Aquí no habrá guerra por dar muchos y baratos.
Para desgracia de los clientes.
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/entidades-bancarias-espanolas-subiran-otra-vez-precio-servicios-2011

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