Tal vez debamos interpretar este gesto
como una confesión involuntaria del canal católico, que viene a
confirmar la denuncia de los dirigentes sindicales de Farmacias Ahumada,
en el sentido de que los canales de televisión silencian su movimiento,
condicionados por los ingentes auspicios de la empresa a moros y
cristianos. Es también, una señal de profundo desprecio hacia los
trabajadores que se encuentran movilizados. No merecen ser mencionados
sino como una suerte de estorbo, un grupo sin rostro que pretende
“opacar” la celebración final del rescate de los 33 mineros.
Otros no lo hicieron mejor. Las cámaras de Televisión Nacional,
ese mismo día, encuadraron a la multitud apostada en la Plaza de la
Constitución, de forma tal de esquivar al grupo de trabajadores. Sin dar
cuenta de su existencia, por supuesto, y menos aun de la posterior toma
y desalojo de uno de los locales.
Es evidente que no es ésta la primera
vez que los noticieros de televisión recurren a la práctica deliberada
del silencio informativo. Recordemos, sólo por mencionar un caso, el
comportamiento del mal llamado “Canal Público” frente a las protestas
ciudadanas contra el proyecto minero Pascua Lama. En aquella ocasión prefirió transmitir cinematográficos comerciales de la empresa Barrick Gold durante la hora del noticiero central de la estación. Fin de la historia, Pascua Lama dejó de ser un conflicto.
Es por ello que llama la atención cómo
algunos sectores políticos “descubren” el compromiso de los grandes
medios masivos con los grupos económicos. El ex presidente Ricardo Lagos
ha acusado “una campaña del silencio” sobre la huelga de Farmacias
Ahumada. Tal vez pudo haber aprovechado el impuso para interpelar a los
integrantes del directorio de Televisión Nacional que responden a la
Concertación.
Con todo, un elemento novedoso parece
ser la fuerza con que los afectados reclaman legítimamente la cobertura
de sus problemas. Es una demanda ciudadana que crece.
La televisión, hasta el momento, sigue
su camino sin inmutarse. El periodismo de cámara de seguridad,
sustituye a diario la realidad de miles.
Sin embargo, podemos decir que los
grandes medios reflejan la realidad, al menos en un punto. Es estos días
se reveló que varios parlamentarios y alcaldes, oficialistas y de
oposición, viajaron a China a comienzos de octubre, bajo el gentil
financiamiento de la empresa sanitaria Aguas Andinas.
Esta noticia -tampoco referida en las pantallas nacionales-, es una
manifestación abierta de los vínculos entre la denominada clase política
y el poder económico. Las relaciones carnales entre ambos sectores no
requieren ya ser disimuladas.
Parece oficial. La democracia chilena también tiene auspiciadores, que esperan un alto rendimiento de su inversión.
Fuente, vìa :
http://www.elciudadano.cl/2010/10/27/esa-innombrable-cadena-farmaceutica/
http://www.elciudadano.cl/2010/10/27/esa-innombrable-cadena-farmaceutica/
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