Ayer 4 de septiembre unas 100.000 personas salieron a la calle en
todo el país para protestar contra las recientes expulsiones de gitanos
rumanos.
La movilización más importante, la de París, encabezada por un grupo
de gitanos franceses y de Europa Oriental, reunió a unas 40.000
personas. En Marsella, 10.000 personas rechazaron las recientes
expulsiones; 6.000 personas en Lyon, 5.000 en Nantes, 3.000 en
Burdeos... las manifestaciones se han sucedido en 130 ciudades
francesas.
El gobierno galo ha aprovechado el periodo estival para desmantelar
los campamentos de gitanos rumanos y organizar las expulsiones. Las
expulsiones comenzaron tras el "discurso de Grenoble", en el que el
Ministro del Interior Brice Hortefeux anunció que 300 campamentos de
rumanos serían desmantelados en 3 meses. El 6 de agosto se produjo el
primer desalojo en Saint-Etienne y, desde entonces, los desalojos y
posteriores expulsiones se han sucedido en toda Francia.
Grandes carteles reflejaban duras frases contra la administración
francesa. "Ante la xenofobia y la política del desprecio: libertad,
igualdad, fraternidad", en alusión al conocido lema oficial de Francia,
que en este como en otros casos, no se respeta oficialmente.
Sarkozy, Besson y el ministro del Interior, Brice Hortefeux, fueron
los blancos principales de las protestas que también se dieron en
Rennes, Lille, Poitiers y otras ciudades.
La expulsión de gitanos de Francia fue comparada con el régimen
colaboracionista de Vichy en la la Segunda Guerra Mundial, cuando
entregó a miles de judíos a los nazis.
También hubo protestas frente a las embajadas y consulados franceses
en diferentes puntos de la Unión Europea, como Barcelona, Londres,
Lisboa, Roma y Bruselas.
Toda la culpa a los gitanos
Las expulsiones de gitanos están sobre el tapete desde que Sarkozy
estimó a fines de julio que los disturbios callejeros consecutivos a la
muerte de un joven por disparos de un gendarme mostraban "los problemas
que plantea la conducta de algunos gitanos".
Poco después, tras una polémica reunión dedicada a los gitanos en la
que participaron altas autoridades francesas, el gobierno afirmó que la
mitad de los campamentos ilegales en Francia serían desmantelados en un
plazo de tres meses.
Además, casi al mismo tiempo, Sarkozy anunció una "verdadera guerra"
contra la "criminalidad" y afirmó que, en Francia, la inmigración "no
está regulada lo suficiente desde hace 50 años" y que el modelo de
integración francés ha sido un "fracaso".
El sábado, en Bruselas, un cartel de los manifestantes preguntaba a
Sarkozy si "quiere comprar un gitano de Europa Oriental", agregando:
"Cuesta 300 euros el adulto y 100 el niño", en una referencia a
declaraciones de Besson, quien aseguró que muchos gitanos regresan
"voluntariamente", ya que cada adulto que acepta volver cobra 300 euros y
los menores de edad 100.
fuente, vìa :
http://www.lahaine.org/index.php?p=47740
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