Es
sin duda una universidad de masas porque además de esa enorme cantidad
de estudiantes tiene a unos 30 mil académicos y un número parecido de
empleados administrativos y manuales. Hasta mediados de los 50 funcionó
en el centro histórico de la ciudad de México en diferentes bellos
edificios coloniales, pero desde entonces pasó a ocupar un gigantesco y
lindo espacio arbolado conocido como Ciudad Universitaria (CU), a unos
20 kilómetros del centro.
2. Para la vida
política y cultural de México la UNAM -como la más importante
institución educativa de nivel superior del país- es un punto clave; lo
que en ella sucede repercute en la República, por ello es “Nacional”.
Además de estar muy atento de sus movimientos de lucha estudiantil y
magisterial, así como de sus eventos académicos, me informo de manera
permanente por los medios y muchos amigos, de lo que sucede en ese
centro de estudios; además tuve la oportunidad de estar a su servicio
como profesor durante 12 años, incluso de ser uno de los 20 directivos
fundadores de su sindicato de académicos, del SPAUNAM, de 1975 a 1977.
Me tocó observar la caída de Rectoría de Chávez, participar en el
movimiento estudiantil de 1968, presenciar la renuncia obligada de
González Casanova a Rectoría, observar de lejitos las luchas
estudiantiles de 1986 y 1999 y escribir sobre cada una de ellas.
3.
La UNAM, además de aportar profesionistas y grandes ideas en el país
es, al mismo tiempo, una dependencia de él. En los sesenta y setenta
reflejó al país agitado y movilizado; en los ochenta y noventa vivió una
especie de calma, pero las gestiones que buscaban implantar
abiertamente la privatización de la UNAM, tanto del rector Carpizo Mc
Gregor en 1986, así como de la Rectoría de Barnés de Castro en 1999,
provocaron poderosas huelgas y movilizaciones. Sin embargo, a pesar de
la intensa campaña de la derecha panista y de los medios de información
porque la UNAM es “un nido de comunistas y agitadores”, esta institución
es seguramente una de las 20 mejores universidades del mundo por la
enorme cantidad de estudiantes que alberga. En cuánto a la calidad de la
educación suele ser un criterio subjetivo que se confunde con títulos,
concursos, exámenes, competencias y fuertes intereses.
4.
Un miembro privilegiado de la Junta de Gobierno de la UNAM, en una
discusión me argumentaba que “la única forma de medir la calidad de una
Facultad o una Universidad es por la cantidad de doctores que ha
producido”. La realidad es que me pareció una tontería porque los
títulos generalmente “salen del horno como los panes” y la mayoría de
las veces sirven para un carajo; sólo le pregunté que en donde quedaban
las investigaciones, los libros publicados, las ponencias en foros, el
prestigio de sus intelectuales, el servicio a la comunidad, su
influencia y penetración en la sociedad y todo aquellos conocimientos
que se pueden demostrar de manera pública en la práctica diaria. Pero lo
importante es que allí están miles de estudiantes universitarios de
Política, Filosofía, Economía, Antropología, de Historia, de ciencias
sociales, que de cuando en cuando realizan poderosas manifestaciones,
protestas y huelgas para evitar la privatización.
5.
Desde los años setenta, es decir, hace 40 años, en la UNAM ha habido
“reprobados” por los exámenes de admisión. En aquellos años profesores y
estudiantes salíamos a protestas a la calle y los pasillos
universitarios para que se admitieran a los llamados “rechazados” por
falta de presupuesto, edificios y profesores; fue incluso el origen de
las llamadas “Prepas Populares” que tanto ayudaron en el movimiento
estudiantil del año 1968. Desde hace 20 años la situación de los
“rechazados” se ha hecho más grave porque de cada 100 alumnos que
presentan pruebas de admisión sólo se aceptan a 10 en la UNAM, pero
también sucede lo mismo en las universidades de los estados. Este
bárbaro rechazo ha hecho crecer las matrículas de las escuelas privadas
cuyos dueños se han hecho millonarios. La verdadera realidad es que ha
sido el mejor camino del Estado para la privatización: no aumentar el
presupuesto publico y hacer crecer al sector privado.
6.
A pesar de sólo llegan a la UNAM cuatro privilegiados de cada 100 que
ingresan al nivel de primaria, la historia de vida de esa institución es
de las dos o tres más importantes del continente. Los últimos dos
rectores: De la Fuente y Narro Robles –por sus declaraciones
político/educativas- han sido críticas y han ayudado a aclarar
falsificaciones de funcionarios de gobierno. Si bien todos los rectores
de la UNAM han sido impuestos por la Junta de Gobierno con acuerdos con
altos miembros de los gobiernos de la República, y la mayoría se ha
sometido dócilmente a la derecha, algunos como González Casanova,
lograron márgenes interesantes de independencia. De todas maneras las
autoridades universitarias parecen buenas y democráticas cuando no hay
movimiento estudiantil, pero cuándo éste irrumpe, todas esas autoridades
se quitan la máscara y se tornan autoritarias, despóticas y represivas.
Fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/09/100-anos-de-la-unam-privilegiados.html
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