Esto
hace parte de lo establecido en la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas aunque se observa todavía un
abismo entre las Constituciones y las leyes aprobadas y su puesta en
práctica, puesto que el derecho de los pueblos indígenas es echado a un
lado en función de los intereses económicos de los no indígenas, sean
estos criollos o extranjeros, sobre todo cuando se requiere la
aprobación indígena para explotar los ricos yacimientos existentes en su
territorio.
En la realidad actual
latinoamericana resaltan las luchas y denuncias de los pueblos
originarios de Chile y Venezuela, los mapuches y los yukpas, los cuales
han tenido que enfrentar de forma asimétrica la institucionalidad y la
legislación de sus respectivas naciones, a pesar de tener a su favor
todos los derechos inherentes a un sistema democrático. A ello habría
que agregarle la lucha emprendida en 1994 por los indígenas de Chiapas,
en México, pertenecientes al Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN), al igual que la de sus hermanos de Guatemala, Ecuador y Bolivia,
quienes han tenido un papel de importancia en procesos políticos que
delinean -de una u otra forma- situaciones nuevas en dichos países,
gracias a los cuales han alcanzado el reconocimiento de algunos de sus
derechos ancestrales.
En el caso de los
mapuches, el Estado chileno les ha conculcado tales derechos desde hace
mucho tiempo. De ahí que ellos exijan la restitución de sus tierras, el
control de las deforestaciones por parte de algunas empresas
hidroeléctricas y forestales, además, de la ratificación del Convenio
169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Todo lo cual le
da características únicas a sus luchas, tomando en cuenta que el reino
de España habría reconocido el 6 de enero de 1641 la independencia del
territorio conocido como Wellmapu, perteneciente al pueblo mapuche,
mediante el Tratado Killin (o Quillin), siendo el río Bio-Bio la
frontera natural entre ambos; sin embargo, los gobiernos republicanos
han desconocido su vigencia.
Como antes frente
a España, los mapuches mantienen hoy frente a las autoridades chilenas
el respeto a su identidad cultural y autodeterminación, siendo ésta una
demanda histórica y permanente. Al mismo tiempo, demandan no se les
aplique una ley antiterrorista legada por la dictadura pinochetista, la
cual permite que se les someta simultáneamente a la justicia militar y a
la civil.
Para los mapuches ("la gente de la
tierra"), al igual que para otros de los pueblos originarios de nuestra
América, la tierra es la base fundamental de su cultura. Aunque una
mayoría de ellos vive hoy en ciudades, empujados por las diferentes
medidas gubernamentales en su contra, mantienen una resistencia tenaz
contra quienes promueven su desaparición a través de la
transculturización, el hostigamiento estatal y el desalojo forzoso de
sus tierras.
Fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/09/mapuches-identidad-y-resistencia-de.html
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