La población afrodescendiente de Chile no existe en las estadísticas. Apenas en el siglo XXI, el Estado chileno reconoció la existencia de nueve pueblos indios, pero ignoró a las miles de familias de origen africano que desde la época de la Colonia se integraron social, cultural y económicamente al país. La miseria en que viven, producto de la discriminación y el ninguneo, explican especialistas.
Santiago, Chile. Con residencia principalmente en la norteña región
de Arica y Parinacota, la comunidad chilena de descendientes africanos
pide ser reconocida como etnia e incorporada como variable en el Censo 2012, para terminar con la “discriminación estructural” que dicen sufrir.
“No sólo en Chile, sino en toda América, la población
afrodescendiente ha luchado siempre contra el racismo estructural. Culpa
de ello es el hecho de que no existamos en las estadísticas”, dijo a
IPS Cristián Báez, coordinador de Lumbanga, una de las tres agrupaciones
que conforman la Alianza Afrochilena.
A su juicio, “Chile no se ha reconocido realmente como un país donde
conviven diferentes culturas”, pese a que en 1993 estableció legalmente
la existencia de ocho pueblos indígenas, al que se agregó un noveno en
2006.
La población afrodescendiente que se identifica como tal vive
mayoritariamente en la región de Arica y Parinacota, más de 2 mil
kilómetros al Norte de Santiago, una zona que se distingue por su
diversidad cultural. También hay familias más al Sur, al interior de la
región de Coquimbo, en localidades como Salamanca y Ovalle, aseguró
Báez.
Además de Lumbanga, la Alianza Afrochilena está compuesta por Oro
Negro y Arica Negro. Estas organizaciones encuestaron el año pasado, de
forma experimental, a 500 familias. A pesar de que los resultados aún no
están disponibles, estiman que las personas con ascendencia africana
superan las 8 mil, sólo en Arica y Parinacota.
En su rol como observadora de esta experiencia, la experta en
población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal), Fabiana del Popolo, constató la alta incidencia de la pobreza
entre la comunidad.
“De la situación de Chile sabemos muy poco, precisamente porque no
tenemos estadísticas. Lo que yo pude percibir en mi recorrido es que
efectivamente están en una situación de pobreza y marginalidad
notables”, dijo a IPS.
La población negra es “desconocida e invisibilizada en el ámbito
nacional”, coincidió José Manuel de Ferrari, de la no gubernamental
Corporación Participa, que apoya a la Alianza en su proceso de
influencia política.
Su “inexistencia institucional y legal” permite que sean “omitidos de
las políticas públicas” dirigidas a otros sectores vulnerables, como
los pueblos indígenas, lo que se traduce en “marginación y
discriminación”, comentó a IPS.
Según Sáez, cuando viaja a Santiago suele ser confundido con
ciudadanos de otros países, como peruanos, ecuatorianos, brasileños o
cubanos. En una oportunidad, estuvo a punto de ser atacado por un grupo
neonazi por su color de piel, aseguró.
“Los y las afrodescendientes existen en Chile desde los albores de la
colonización. Hacia fines de la colonia española, se estimaba que la
población negra superaba el 12 por ciento, llegando en algunas regiones a
20 por ciento”, afirmó De Ferrari.
Luego, como resultado de la llamada Guerra del Pacífico, que Chile
libró con Perú y Bolivia (1879-1883), la importante población
afroperuana pasó a ser parte del país.
“Últimamente, hacia fines del siglo XX se produce una nueva ola de
inmigración a Chile desde otros países de América, principalmente de
personas desplazadas por motivos económicos, entre las cuales, sin duda,
vienen afrodescendientes”, explicó.
“La situación es muy extraña y a la vez injusta. Los afrochilenos y
afrochilenas son y están, pero en Chile no los vemos ni los
consideramos”, sintetizó De Ferrari.
Jean Beausejour, jugador de la selección nacional de fútbol, es una
de las pocas figuras públicas que han visibilizado este mestizaje. El
jugador, que actualmente milita en el Club América de México, es hijo de
una mapuche y de un hombre negro nacido en Haití.
Para ser declarados etnia e incluidos como variable en el Censo 2012,
los afrodescendientes chilenos recuerdan el origen africano de sus
antepasados y la conservación de ciertas tradiciones, principalmente las
surgidas del sincretismo religioso.
También plantean que Chile firmó y ratificó la Convención
Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
Racial (1965) y el Convenio Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en
Países Independientes o Convenio 169 de la Organización Internacional
del Trabajo.
En agosto, ingresó al Congreso Legislativo una moción que establece
el reconocimiento de la etnia afrodescendiente en Chile. El proyecto
destaca que parte del folclor, la música y los bailes nacionales
presentan “rasgos afro”, y que el lenguaje y la gastronomía también fueron enriquecidos con la cultura negra.
Este “pasado silenciado”, critica el proyecto, “no ha sido
considerado en los programas educativos formales”, por lo que la ley
promueve su estudio en escuelas y liceos.
En junio, comenzó a funcionar la primera oficina comunal de
desarrollo afrodescendiente del país en la municipalidad de Arica,
encabezada por Báez. “Un logro histórico”, sostuvo.
La Alianza ya se reunió con la encargada de la cédula censal del
Instituto Nacional de Estadísticas y participará en agosto en un
seminario donde diversos grupos sociales expondrán sus demandas respecto
de la próxima medición nacional, que se realiza cada 10 años.
En América Latina, existen cerca de 120 millones de personas de
origen africano, que equivalen a 23 por ciento de la población de la
región, según una estimación de la Cepal en el libro Afrodescendientes en América Latina y el Caribe: del reconocimiento estadístico a la realización de derechos; una de sus autoras es Del Popolo.
Países como Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Honduras y Nicaragua incluyen la identificación
afrodescendiente en sus censos.
“En la actual ronda de censos, más países están incorporándola, como
Panamá, que efectuó la medición en mayo; Argentina, Uruguay y
probablemente Bolivia”, dijo la experta, quien destacó la importancia de
que los países provean esta información.
“Estamos en un momento crucial”, señaló Báez, recordando que este año
Chile celebra los 200 años de su independencia de España y que la
Organización de las Naciones Unidas y la Organización de Estados
Americanos declararon 2011 como el Año Internacional de los
Afrodescendientes.
Raimon Panikkar: Destacado representante del sincretismo cristiano e incansable autor de libros y promotor del diálogo interreligioso e intercultural al margen de las diferencias doctrinarias. Durante 30 años tuvo un contacto intenso con la India. Perseguía el diálogo abierto, el deslinde de posiciones y el entendimiento entre hombres, culturas y religiones. Solía decir, para explicar su sincretismo y pluralidad: «Me marché cristiano, me descubrí hindú y regrese budista, sin haber dejado de ser cristiano» Descanse en paz. www.scribd.com/doc/17694382/EL-HUMANISMO-SECULAR-CRISTIANO-Y-EL-DESLINDE-OBJETIVO-DEL–CAMINO–ECUMÉNICO
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