Las fuerzas represivas del régimen de Porfirio
Lobo volvieron a ensañarse contra el Magisterio. Después de la ruptura
de las negociaciones, maestros, maestras y estudiantes fueron
brutalmente reprimidos por dos días consecutivos. Hay un número no
precisado de golpeados, heridos y detenidos.
“Están lanzando una gran cantidad de bombas lacrimógenas dentro de la Universidad Pedagógica. Muchos de los estudiantes y maestros, que mantenían la toma del Bulevar Centroamérica están siendo fuertemente perseguidos –explicaba conmocionada la periodista Lenny Fajardo, de Radio Globo–.
La Universidad está totalmente inundada de gases y los cuerpos especiales de la Policía (COBRA) están agarrando a la gente.
Es horrible ver cómo golpean sus rostros y sus cabezas con los garrotes. Los están arrastrando fuera de la Universidad. Están agarrando a todos los que pasan por el lugar y se los están llevando. Se está derramando una gran cantidad de sangre”, comentaba Fajardo.
La señal en vivo de Globo TV transmite las imágenes de la brutal e inhumana represión. Una camioneta blanca se abre paso entre los policías –más tarde se descubrirá que pertenece al Congreso Nacional– y acelera.
El hombre al volante saca una pistola y dispara contra la gente. Nadie lo detiene y se va como si nada hubiese ocurrido.
Decenas de maestros, maestras y estudiantes golpeados, heridos, ahogándose por los gases, son montados en las patrullas. Otros se quedan sentados, esperando su turno.
Muchos se mantienen encerrados en la Universidad, rodeados por los policías, que están listos para derramar más sangre. La Universidad se convierte en un campo de concentración. Los represores no respetan a nadie.
Carlos Paz, periodista de Radio Globo que recientemente cubrió las actividades desarrolladas por la Rel-UITA en Honduras, es arrastrado con violencia y golpeado por los “gorilas”.
De nada le sirve enseñar su carné de periodista y sólo la intervención de varios colegas lo salva de la severa golpiza.
Gente llorando, desangrándose, gritando, reaccionando, lanzando piedras. Los dirigentes sindicales y el pueblo en general comienzan a llamar a los pocos medios que están denunciando la brutal represión.
A nivel internacional sólo los medios independientes y solidarios, las listas informativas, cuentan lo que está ocurriendo. Silencio absoluto de los grandes medios corporativos.
Para ellos, una Honduras reconciliada y en paz está lista para volver entre los brazos de las instancias internacionales.
Ya no hay negociación
Del 20 al 27 de agosto hubo tres desalojos brutales e irresponsables contra el magisterio, y la paciencia se está acabando.
Después de la ruptura de las negociaciones entre el gobierno y el magisterio, el pasado 26 de agosto, y la represión de estos últimos dos días, los presidentes de los Colegios Magisteriales de Honduras advirtieron que no volverán a reunirse con el gobierno hasta que cese la violencia.
“Estaba llegando a la Universidad para informar que se acababa de reanudar el diálogo con el gobierno y para trasladar a los miembros de nuestra Comisión Negociadora, cuando me encontré con la represión de estos bárbaros, estas bestias –dijo Edgardo Casaña, presidente del Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras (COPRUMH)–.
Vivimos en un país donde hay impunidad para los que cometen estos crímines contra la ciudadanía. Hay muchos compañeros y compañeras que se está ahogando, que han sido detenidos, golpeados.
Responsabilizamos a Porfirio Lobo y al ministro de Seguridad, Óscar Álvarez, de lo que está pasando, y vamos a responder a esta masacre. No vamos a volver a reunirnos hasta que no se acabe con la violencia y con esta campaña de represión”, concluyó Casaña.
www.rel-uita.org / La Haine
“Están lanzando una gran cantidad de bombas lacrimógenas dentro de la Universidad Pedagógica. Muchos de los estudiantes y maestros, que mantenían la toma del Bulevar Centroamérica están siendo fuertemente perseguidos –explicaba conmocionada la periodista Lenny Fajardo, de Radio Globo–.
La Universidad está totalmente inundada de gases y los cuerpos especiales de la Policía (COBRA) están agarrando a la gente.
Es horrible ver cómo golpean sus rostros y sus cabezas con los garrotes. Los están arrastrando fuera de la Universidad. Están agarrando a todos los que pasan por el lugar y se los están llevando. Se está derramando una gran cantidad de sangre”, comentaba Fajardo.
La señal en vivo de Globo TV transmite las imágenes de la brutal e inhumana represión. Una camioneta blanca se abre paso entre los policías –más tarde se descubrirá que pertenece al Congreso Nacional– y acelera.
El hombre al volante saca una pistola y dispara contra la gente. Nadie lo detiene y se va como si nada hubiese ocurrido.
Decenas de maestros, maestras y estudiantes golpeados, heridos, ahogándose por los gases, son montados en las patrullas. Otros se quedan sentados, esperando su turno.
Muchos se mantienen encerrados en la Universidad, rodeados por los policías, que están listos para derramar más sangre. La Universidad se convierte en un campo de concentración. Los represores no respetan a nadie.
Carlos Paz, periodista de Radio Globo que recientemente cubrió las actividades desarrolladas por la Rel-UITA en Honduras, es arrastrado con violencia y golpeado por los “gorilas”.
De nada le sirve enseñar su carné de periodista y sólo la intervención de varios colegas lo salva de la severa golpiza.
Gente llorando, desangrándose, gritando, reaccionando, lanzando piedras. Los dirigentes sindicales y el pueblo en general comienzan a llamar a los pocos medios que están denunciando la brutal represión.
A nivel internacional sólo los medios independientes y solidarios, las listas informativas, cuentan lo que está ocurriendo. Silencio absoluto de los grandes medios corporativos.
Para ellos, una Honduras reconciliada y en paz está lista para volver entre los brazos de las instancias internacionales.
Ya no hay negociación
Del 20 al 27 de agosto hubo tres desalojos brutales e irresponsables contra el magisterio, y la paciencia se está acabando.
Después de la ruptura de las negociaciones entre el gobierno y el magisterio, el pasado 26 de agosto, y la represión de estos últimos dos días, los presidentes de los Colegios Magisteriales de Honduras advirtieron que no volverán a reunirse con el gobierno hasta que cese la violencia.
“Estaba llegando a la Universidad para informar que se acababa de reanudar el diálogo con el gobierno y para trasladar a los miembros de nuestra Comisión Negociadora, cuando me encontré con la represión de estos bárbaros, estas bestias –dijo Edgardo Casaña, presidente del Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras (COPRUMH)–.
Vivimos en un país donde hay impunidad para los que cometen estos crímines contra la ciudadanía. Hay muchos compañeros y compañeras que se está ahogando, que han sido detenidos, golpeados.
Responsabilizamos a Porfirio Lobo y al ministro de Seguridad, Óscar Álvarez, de lo que está pasando, y vamos a responder a esta masacre. No vamos a volver a reunirnos hasta que no se acabe con la violencia y con esta campaña de represión”, concluyó Casaña.
www.rel-uita.org / La Haine
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