sábado, 21 de agosto de 2010

Estados Unidos : Dicen que se van... Cuando la acción del hombre es tan grandiosa o excelsa que no se sabe qué palabras emplear para alabarla, se dice que es inefable. Jaime Richart

http://www.kaosenlared.net/img2/143/143148_soldado.jpgPero ¿qué adjetivo emplear cuando la acción es tan monstruosa como las dos horrendas invasiones en diez años de Afganistán e Irak, porque sí, a cargo de los ejércitos mercenarios de los yanquis; dos acciones a la altura de unos tiempos que hace una década nos prometían, por fin, el fin de la barbarie? Me sospecho que, simple­mente, no existe la palabra...
  Es más, a cualquiera que no sea un periodista le tiene que dar una enorme pereza desmenuzar el desastre de Irak post mortem. Es de­cir, hacer balance después de la desolación dejada en aquel país. Las cifras ruedan, más que informan. Son tantas y tan abrumadoras las consecuencias de esta barbaridad, que no sabe uno por dónde em­pezar para maldecir a los yanquis de Bush y a la retahíla de crimina­les mentirosos que hubo y hay tras él.
  Los costos de la invasión y ocupación (eso no fue una guerra), el 96% de los 9.100 millones de dólares destinados al desarrollo de in­fraestructuras y ayuda humanitaria en Irak desaparecidos, los centena­res de miles de seres humanos muertos, torturados, desgracia­das sus vidas... son todo en el fondo asuntos anecdóticos y mediáticos que palidecen al lado del pésimo aspecto que tienen las brutalidades cometidas por una sociedad plural entre América y Europa que lo ha consentido, y que se supone civilizada en tiempos que se suponían mágicamente ilustrados. Sin embargo, ha sido una aberración masiva más a cargo de los más armados, de los más crue­les y de los más necios de la época, que se suma a las ya inconta­bles monstruosidades cometidas por "el hombre" en la histo­ria del mundo, y concretamente a las 107 invasiones arma­das desde 1902 hasta nuestros días a cargo de la nación de los yan­quis. No hay por dónde cogerlo. El análisis profundo, serio y rigu­roso, mejor será dejárselo a los historiadores imparciales del futuro... si es que existen.
  No había armas de destrucción masiva en una sociedad que es­taba aglutinada y gozaba de paz, progreso y estabilidad con Hus­sein. Pero esa sociedad, tras ser destrozada, queda desmembrada, desmantelada y enfrentada. Por el momento eso es lo que queda de aquella oprobiosa invasión decidida para encontrar lo que no había y se sabía que no estaba...
  Las cifras que se publican a bombo y platillo lo contabilizan todo, in­cluso lo que cuestan al país los veteranos. Todo, menos lo que ha costado en vidas humanas para nada... Las cifras de los muertos sodo­mizados o no se dan o se falsean.
  Hitler fue un el Gran Cabrón. Pero ¿qué clase de pequeños cabro­nes que, entre todos, solapados unos en otros, cobardes como hay pocos en la historia de las guerras, cuyo jefe ni siquiera hizo el servi­cio militar, han borrado del mapa a un país del que sólo cuentan, para ellos y para la metrópoli, las chinchetas que marcan los pozos de petróleo?       
  Creo haber encontrado la palabra que buscaba al principio: cuando el mal causado a conciencia, deliberadamente, por el hombre tras­pasa los límites de la razón y de la justificación, el propio hombre lo llama abominación. Y sin embargo, una inmensa mayoría de los indivi­duos occidentales es incapaz de zafarse del embaucamiento a que está sujeta por ese maldito país unido para sembrar la desola­ción y la barbaridad. A esos tampoco les importa. Por ello, se hacen cómplices de los crímenes que no cesan, cometidos por los atracado­res de petróleo. Y sin embargo, se siguen considerando, to­dos, civilizados.
Cada vez creo más a los gnósticos que creen que hay diferentes categorías de humanos. Dicen que hacia el 2012 parte de la huma­nidad ascenderá al nivel 5.0 de una conciencia superior.  Pero yo creo que esos cabrones a que me refiero descenderán al nivel 0, donde deben estar, es decir donde se encuentran los infiernos.
fuente, vìa :

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