La
sociedad chilena ha reconocido distintos regímenes de significación a
lo largo de su historia independiente. Durante el siglo XIX el eje de
toda consideración comunicacional fue la palabra impresa, es decir, el
nacimiento y desarrollo de la prensa, desde la Aurora de Chile hasta El
Mercurio. Esta hegemonía letrada y aristocrática comienza a ser
disputada, lentamente, por la llegada de los primeros experimentos
cinematográficos a comienzos del siglo XX y con el advenimiento de la
radiotelefonía en 1922 que restituye la oralidad y con ello la inclusión
de masas analfabetas. La primera mitad del siglo XX constituyó su
régimen de significación como la conjunción de prensa-radio y cine, la
llamada kulturindustrie
A partir de 1958, la
televisión marcará la expansión de un segundo momento de la industria
cultural, consolidando lentamente el imperio de lo audiovisual que ya
había inaugurado el cine sonoro. La primera televisión – blanco/negro y
de alcance local - nace bajo la impronta cultural ilustrada, es así como
la paleotelevisión es concebida como un instrumento al servicio de la
cultura de las masas, por ello, serán las universidades las encargadas
de resguardar sus contenidos. Este proyecto de una televisión nacional
era congruente con el carácter social de la época e instituyó en el
mundo televisivo la relación profesor – alumno.
En
una sucinta revisión, habría que decir que la dictadura militar
convirtió la televisión en una herramienta al servicio del poder,
controlando los flujos de información, pero además, rompiendo con aquel
proyecto ilustrado. Durante la década de los ochenta, con el
advenimiento del color y la extensión de los canales a redes nacionales,
incluyendo ahora a TVN, la televisión comienza a construir una nueva
relación con sus audiencias, esta vez, la ecuación propuesta será
mercado-consumidores. Se trata, por cierto, de rasgos todavía débiles
que sólo alcanzarán su pleno desarrollo con la llegada de los gobiernos
democráticos. La democracia chilena permitirá una inserción más expedita
de nuestra televisión a los circuitos globales de la imagen, cuyo
primer síntoma es la llegada de la televisión por cable. El horizonte
televisivo será ahora la Híper industria Cultural, un nuevo régimen de
significación que nace de la convergencia tecno-científica de la
informática y las telecomunicaciones. La nueva hegemonía se define en
coordenadas de mercados mundiales y la promesa es la televisión digital.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/08/television-y-mmercado.html
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