“Hay dos cosas que son infinitas: el universo y la estupidez del ser humano; de la primera no estoy muy seguro.“
Albert Einstein
Albert Einstein
Nunca discutas con un estúpido, te puede llevar a su nivel y terminará ganando por su experiencia”
Anónimo
Anónimo
No hay plazo que no se cumpla ni
estúpido que calle para siempre. Sabíamos que llegaría este momento, el
montaje del caso “bombas” de ruido no podía esperar.
Rodrigo Hinzpeter,
ministro del Interior, destruyó las menguadas provisiones morales de la
fiscalía al asumir exigiendo el cambio de fiscal en el caso bombas de
ruido. Sabas Chahuán, un vil llevapapeles de otro llevapapeles, Gillermo Piedrabuena, aceptó gustoso que se le diera un giro, una reingeniería al caso, un monumento a la impericia y estulticia policial.
Se relevó de su cargo a Xavier Armendariz,
un tipo siniestro que cargará con el peso de haber montado cada caso
importante que ganó (al terminar este artículo comprenderá por qué hablo
de él en pasado), y se puso en su lugar a Alejandro “Jalandro” Peña, un fiscal dedicado en exclusiva a la persecución de traficantuchos y papelilleros.
Pero el caso bombas de ruido no es uno
como cualquiera. Nuestra policía, dirigida por la fiscalía, es incapaz
de sorprender a un elefante rosado patinando en el paseo Ahumada. No
existe caso “emblemático” en que la fiscalía haya probado su tesis más
allá de toda duda razonable como exige la legislación. Y este caso en
particular requería de una policía de verdad, una que no existe en
Chile, quizá tampoco en el mundo, su juego es aportar a la intimidación,
la tortura y el soplonaje. Pero nuestra policía tampoco hace bien lo
anterior, al menos no con fines policiales, por lo que siempre es
preciso llegar a juicios indebidos para obtener sus condenas.
En el caso Alto Hospicio circunstancias
exculpatorias no fueron investigadas, caso similar, aunque más grave
(debido que implica al poder judicial y al ejecutivo) es el caso del
“psicópata del pincel” en que se vulneraron todas y cada unas de las
normas de un debido proceso.
Los mapuche, los juzgados y en proceso,
son presos políticos y de conciencia. Son personas criminalizadas por lo
que piensan y no por lo que hacen. En este caso la fiscalía no ha
probado los cargos en contra de ellos, sólo ha montado un espectáculo
para la prensa lo que incluye cargos terroristas, sin que aún sea
identificada ninguna organización terrorista en el país.
A Elena Varela la
querían secar en la cárcel con un montaje mejor urdido que con los
quince que hoy se formalizan y su culpabilidad, cacareada por la prensa,
se evaporó junto con los fiscales que aún no son formalizados por
calumnias graves con publicidad y prevaricación.
Al ex senador Lavandero lo
juzgaron, en juicio abreviado que exige de modo perentorio el
consentimiento del imputado, CONTRA SU CONSENTIMIENTO INFORMADO
PÚBLICAMENTE Y LEGALMENTE DECLARADO. El fiscal Xavier Armendariz pagó a
testigos, acomodó las pruebas a su antojo, mintió, en otras palabras,
prevaricó. Ninguna autoridad ha tenido la decencia de “restablecer el
imperio del derecho”. Al parecer existen asuntos de Estado que
desconocemos y que en nuestro sistema pseudodemocrático no debemos
porqué conocer.
Esto no es más que una somera relación
del lamentable estado de nuestro sistema legal. No tiene en absoluto que
ver con lo que denuncia una y otra vez Alberto Espina y
sus ojeras, el problema no es que exista una puerta giratoria en donde
entren y salgan los “delincuentes”. Chile tiene la más alta tasa de
encarcelamiento de América Latina y una de las mayores del mundo. En los
índices delictuales, sin embargo, Chile no aparece, nuestra tasa de
homicidios es tan baja que nadie la menciona, sólo se compara a la de
Suiza.
El problema de nuestro sistema judicial
es que se mete preso a cualquiera sin necesitarse de pruebas. Eso
explica que, a pesar de todos los intereses en juego, no haya sido
posible encontrar a un fiscal correcto en todo el Ministerio Público, a
nadie que fuera capaz de reunir pruebas y estructurarlas en un discurso
medianamente coherente que redunde en la condena de los imputados.
La razón por la que tenemos tantos
presos está en la desidia de la mayoría de los jueces y defensores
públicos y en las leyes violatorias de los DDHH que se han impuesto con
la burda excusa de una crisis de seguridad ciudadana que jamás ha
existido.
Los fiscales jamás, y esto lo digo datos
en mano JAMÁS, han hecho su trabajo. Se han limitado, desde el comienzo
de la reforma procesal, a leer los partes policiales, esto con la
anuencia de los jueces de garantía y la negligencia inexcusable de los
defensores.
Esto ha sido altamente beneficioso para
los defensores privados pues con una diligente gestión es imposible que
pierdan un juicio, aunque sus clientes los sorprendan comiéndose el
corazón de sus víctimas. El único caso en que alguien con dinero para
pagar un defensor privado ha quedado condenado es el de Lavandero. No
existe otro, los casos de corrupción de la Concertación quedaron todos a
medio camino ¿porqué? Porque no existen fiscales competentes en este
país, por lo tanto los defensores privados sólo deben asirse a sus
evidentes contradicciones.
UN CASO TIPO
Como dije Alejandro “Jalandro” Peña se
ha dedicado por años a encarcelar a traficantuchos y papelilleros, los
cuales, según nuestra extraña legislación, no tienen asegurado el
derecho a la defensa.
Los abogados de “narcos” no sólo son
estigmatizados sino que constantemente asediados con la excusa que se
les paga con dinero sucio. La ley de drogas les permite a los fiscales
incautar hasta los calzoncillos de los “narcos” los que los deja en la
incapacidad financiera de asumir un juicio.
Jalandro, una vez que se ensañaba con
las billeteras de los “narcos”, comenzaba sus burdos montajes mediante
presentaciones con data show en que se mostraban los familiares, los
amigos, los vecinos, y hasta los abogados de los pobres traficantuchos,
nombrados todos por apodos (a lo Piñera en Pinto Durán)
y con un nombre de fantasía para la micro empresa ilegal. Los
organigramas aparecían en la prensa simulando una seriedad en la
producción de dichos datos y sin que los imputados pudieran contrastar
esta información.
Luego venía el turno de las escuchas telefónicas en que si alguien llamaba por el gas decían que se referían a merca.
Una vez quebrados los pobres flaites, a
quienes se les quitó la poca platita que tenían y se les encarceló hasta
a la madre y a su señora, venía, como deux et machina, la
declaración de los testigos protegidos a quienes, por una extraña razón
jamás explicada, se les concedía mayor valor a sus palabras por sobre de
quienes sapeaban.
Mediante estos burdos procesos, si es
que se les puede llamar así, es que Jalandro consiguió su fama. Ni
siquiera el haber estado involucrado en un bullado caso de violencia
intrafamiliar e intralaboral aminoró su prestigio.
EL CASO “BOMBAS” DE RUIDO, UN PASO MÁS ALLÁ DE LA INCOMPETENCIA
Hace meses en mi cabeza rondaba la idea
de escribir un tratado sobre el terrorismo y el extraño modo en que lo
ha entendido nuestra justicia. Finalmente sólo escribí una parte, de
modo apurado y un tanto confuso (“Trazas, explosivos y terrorismo”) [1]
no porque el tema me quedara como poncho sino porque se trata de
información sensible.
Jalandro Peña, en su entrevista con Fernando Villegas en La Tercera,
respondió al artículo “Trazas…” afirmando que la sola colocación de
artefactos explosivos y explosionarlos infundía terror en la población y
por ende era un delito terrorista. Me parece un mínimo de diligencia de
su parte el tratar de refutar la tesis eventual de la eventual defensa
de los imputados, esto confirmó mis recelos a divulgar cierta
información que pudiera enseñarles a los fiscales a colgarnos de los
testículos.
Es por ello que no escribí lo más
importante, recordemos que estos tipos rompen puertas sin permiso,
incautan computadoras y registran la correspondencia. Yo asumo que todo
lo que hago es público y por lo mismo no poseo notas privadas. La parte
sustancial del artículo “Trazas..” es un capítulo que debía titularse
“Una ley terrorista antimarxista usada para perseguir anarquistas”. Es
más, yo quería que ese fuera el título del ensayo.
UNA LEY TERRORISTA ANTIMARXISTA USADA PARA PERSEGUIR ANARQUISTAS (Versión apurada)
Estas palabras las tengo hace meses en
mi cabeza, no me pidan majaderamente datos ni referencias, estoy llano a
contestar preguntas, sólo anotaré lo sustancial:
La ley antiterrorista creada por Pinochet y
reformada por la Concertación para aniquilar al Frente Autónomo y al
Lautaro, es una ley antiterrorista antimarxista, es decir destinada a
lidiar con las organizaciones que los grupos de represión conocían hasta
la fecha. Aunque muchos insurgentes, chilenos inclusive, no fueran
típicamente marxistas o sus fuentes anarco marxistas o guevaristas los
llevaran a justificar sus acciones con un discurso enfrentado al
“marxismo leninismo” en la cabeza de Pinochet, su modo de organizarse
seguía siendo el idéntico.
¿A qué me refiero con eso? Los grupos insurgentes que operaban eran jerarquizados, disciplinados y compartimentados.
La ley que se dictó asume que una
organización terrorista (asociación ilícita) requiere, de modo necesario
para definirse como tal, ser jerarquizada, disciplinada y
compartimentada. Ese modo de organización permite la infiltración y el
posterior desbaratamiento de la organización completa.
Lo que quiero decir es que no sólo la
organización debe ser de ese tipo, lo que he definido burdamente como
“marxista leninista”, para facilitar la acción policial y
constrainsurgente, sino que además si la organización no es de ese tipo
sencillamente no es terrorista. En otras palabras el sentido legal del
término asociación ilícita terrorista u organización no alcanza a modos
organizacionales espontáneos, ocasionales, discontinuos,
antijerárquicos, indisciplinados, es decir, anarquistas.
La razón por la que no quise profundizar
sobre este asunto, de hecho ni siquiera lo había mencionado hasta
ahora, es porque en nuestro actual sistema represivo estos hijos de la
gran puta son capaces de reformar la ley terrorista, de forma express, y
luego aplicarla de modo retroactivo.
Como estos hijos de la gran puta además
son incompetentes, estúpidos como lo mencioné en los epígrafes, si
alguien, en este caso podía ser yo, no les explicaba que existen otros
modos de organizarse que no son jerarquizados ni disciplinados,
verbigracia una organización eurística, jamás les caería la teja.
Pues bien, llegó el momento.
Jalandro, que mandó a un subordinado a
hablar por la prensa (cómo lo tendremos sudando tinta china) ya exhibió
en la formalización (se vio en TVN en las noticias de las nueve) un
“organigrama” (seguramente copiado y pegado del de los “cara de jarro”)
en que existirían dos líderes “ANARQUISTAS” y todos los demás serían
gomas de ellos.
Todos sabemos que eso es indicativo que
estos tipos ni siquiera poseen los conocimientos mínimos como aprobar el
SIMCE, ¿Cómo alguien puede ser tan pelotudo como para hablar de
organizaciones anarquistas con división del trabajo social
durkheimniana, y jerarquizadas como el GOPE?
Obviamente esto es un disparate, no necesitan agregar nada más que eso, es como intentar implicar a Picasso en el asalto al cuartel Moncada por dedicarse al cubismo.
CUIDADO, LA ESTUPIDEZ SUELE SER CONTAGIOSA
Fraternalmente les pido que no nos quedemos en este punto, comprendamos por qué Jalandro (y Hinzpeter que lo azuza) afirman que poseen pruebas de que ésta es la estructura de quienes colocan bombas de ruido.
En primer lugar, las personas mediocres
sólo hacen lo que ya han hecho. La inteligencia consiste en ser capaz de
enfrentar situaciones nuevas. Estos tipos no son más que abogados que
llegaron a ser tales a fuerza de ser memoriones y o apitutados, la
creatividad no es lo suyo.
Segundo, como abogados son
individualistas, como mediocres desconfiados, y como impotentes
prepotentes. Por lo tanto JAMÁS CONSIDERARON LA POSIBILIDAD DE REALIZAR
UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO SERIO SOBRE A QUIÉNES SE ENFRENTABAN. A lo más
llegaron a vulgaridades tales como distinguir entre anarquistas con k y
con q.
Tercero, como no realizaron estudios
serios no comprendieron que debían realizan modificaciones legales si es
que querían tratar como terroristas a organizaciones no jerárquicas ni
disciplinadas. La figura de asociación ilícita, tal como mencionó Miguel Soto Piñeyro, en una salida de la audiencia, “requiere el concurso de una serie de requisitos muy precisos que aquí no se cumplen”.
Cuarto. Si no pueden utilizar la ley
antiterrorista por no tener una organización ilícita, no porque sean
incapaces pues con los Mapuche han demostrado que la usan de todos modos
a pesar de que no existan organizaciones terroristas ni terrorismo,
sólo les queda considerar delito terrorista a la colocación de bombas Y
SOBRE ESO NO TIENEN NADA.
Cuáles son las pruebas “contundentes que
tenemos”, como dijo Hinzpeter, o esas “pruebas científicas” que dijo
poseer el reemplazante de Jaladro (que aún no se saca el mote) nada,
cenizas sobre cenizas, nada más. Lo resumo: Me dijeron, me contaron,
supe por ahí, una señora me dijo. A eso se suman videos en que se
registran consignas. ¿La fiscalía quiere decir que si aparece un video
en que digo “Piñera chúpala” me pueden condenar por violación
homosexual? Es obvio que se trata de información que sólo se comprende
en el delirio o en la estupidez, pero, no nos quedemos en eso, los
estúpidos en su nivel son profesionales.
Otro “elemento de prueba” es una “carta”
que aparece en un allanamiento, de esos que conocemos, no sujeto a
ningún control de legalidad. Aquí surge la frase más estúpida que jamás
haya escuchado en mi vida “poseemos pruebas documentales de los hechos
imputados” Ja ja ja, mil ja ja ja ja más. Las pruebas documentales
poseen un valor sólo cuando se trata de probar actos en que un documento
es idóneo como prueba. Es decir, si yo escribo en el blog que maté a Elvis Presley,
aunque esté firmado por mí, se compruebe que escribí en mi computadora,
sea mi IP, etc, esto no es prueba de nada, DE NADA. Ese documento sólo
tiene un valor si es coherente con otros indicios que sumados todos y en
concordancia, puedan conducir a una hipótesis policial LA QUE DEBE SER
PROBADA CON EVIDENCIAS.
En este caso la “carta” prueba, según la
fiscalía, que esta organización, disciplinada y jerarquizada recibía
dinero del extranjero ¿Sabe usted cuanto dinero? ¡SETECIENTAS LUCAS! Es
decir menos de U$ 1500.- Esta “jugosa” suma, que apenas cubre una semana
del sueldo de Jalandro, son los fondos con que contaba esta
organización, una cifra tan baja que apenas alcanza para cincuenta lucas
por cada “miembro de la organización”.
Desde luego que es un disparate, de principio a fin. ¿Porqué nuestras autoridades se proponen defender tal desatino?
La razón es simple: Una organización, la
que ellos necesitan para usar la ley terrorista en contra de los
imputados, requiere líderes, organigrama, división de tareas, jerarquía y
FINANCIAMIENTO.
La tesis Jalandro-Hinzpoter es tan burda
que ni Armendariz tuvo el estómago para defenderla. Se pretende
trasformar a quince individuos anarquistas los cuales no pertenecen a
una organización específica sino que a una organización global,
universal, antiautoritaria y antijerárquica a la cual pertenecemos
millones de seres humanos que se llama anarquismo. Y el anarquismo es
una organización eurística en que cada uno aporta con lo suyo y sus
vínculos de afinidad no pueden ser calificados, al menos no por alguien
con dos dedos de frente, como una relación entre líderes y liderados, y
que las prácticas son colaborativas, jamás de mando y obediencia.
Luego de inventar una organización tal
cual la quieren ellos, a la medida de la única ley que disponen,
pretenden deducir de un modo tautológico que la función de esa
organización es poner bombas. Por lo tanto ni prueban la organización ni
las bombas y aún así pretenden repartir canazos de dos décadas como si
fueran dulces.
SUMO MIS ARGUMENTOS AL ARTÍCULO “Trazas…”
Primero: No existe terrorismo en Chile
por lo tanto su empleo es de mala fe, ilegal, arbitrario,
inconstitucional y contrario a los derechos humanos.
Segundo: Colocar bombas con fines vandálicos y propagandísticos no es un acto terrorista.
Tercero: No existen grupos terroristas
en Chile. Esto es transversalmente aceptado al punto que Jalandro y su
prensa hablan de “ex lautaristas”.
Cuarto: Si bien todos los anarquistas,
hasta los de cuello blanco como yo, estamos heurísticamente organizados
no estamos jerárquicamente organizados. Debido a ello jamás, aunque nos
propongamos un día a jugar como terroristas, no podremos nunca ser una
organización terrorista para los estándares de una ley que se creó para
criminalizar otros modos organizacionales. La reforma legal es
inoficiosa, Jalandro ya ha formalizado y ya ha dicho que todo depende de
su manido organigrama.
Quinto: Terrorismo es cometer delitos de
guerra en tiempos de paz o actos equivalentes a delitos de lesa
humanidad. Terrorismo es Atocha, Amia, Cubana de Aviación. No es, ni ha
sido, ni será jamás, colocar bombas de ruido. Ya lo dijo Miguel Soto, es desproporcionado llamar terroristas a estos casos.
Sexto: La “guerra contra el terrorismo”
impuesta por los yanquis es una doctrina contraria a los derechos
humanos, a los tratados internacionales suscritos por Chile y que se
encuentran vigentes, y además a las declaraciones y prácticas de
nuestros gobiernos, por ende de nuestro Estado, a saber la doctrina
internacional que ha practicado Chile la cual nunca ha denominado
terrorismo a la protesta social.
Todo lo dicho sólo pretende dejar por
sentado que estamos en presencia de un juicio aberrante llevado a cabo
por personas indefendibles moralmente. Quizá implique la investigación
meses, muchos, antes de la liberación de los quince, pero no debemos
claudicar porque se trata de un proceso viciado de principio a fin por
lo que bastará tan sólo un juez decente para que esto caiga. Y creánme,
jueces decentes existen, y muchos, hasta pacos decentes hay (aunque
pocos) los que son todos unas mierdas de seres humanos, sin excepción,
son los fiscales. No se amarguen por sus dichos, sabemos que un mundo
justo la horca para ellos sería poco para compensar el dolor que han
causado, pero nuestro mundo no es justo. Empero los fiscales llevan a
cuestas la condena de vivir con ellos mismos de por vida.
NOTAS
Fuente: violenciaycontrol.blogspot.com
http://www.elciudadano.cl/2010/08/18/el-burdo-y-mal-montado-caso-bombas-de-ruido/
lamentable que siga pasando esto en chile, te condenan por pensar, y no por actuar de forma incorrecta, que solo los poderosos imponen lo que es correcto.
ResponderEliminarel gobierno no necesita revolucionarios, porque le impiden trabajar a su manera.
el gobierno necesita a los traficantes, para satisfacer su imagen de justicia.
que triste pensar, que ya la sociedad acepte mas a un un funcional que un idealista.