Uno de los carniceros de la Masacre de Bocas del Toro intenta justificar la barbarie
En
el día de ayer, la Policía Nacional a través del comisionado Didier
Degracia, jefe de la Policía en Bocas del Toro, rindió un informe ante
representantes de medios de comunicación. Era la versión de la Policía
para justificar la cobarde y salvaje agresión contra los bocatoreños.
El escenario escogido fue el anfiteatro de la presidencia de la
República.
En un intento por justificar la barbarie: “Según la
explicación dada por Degracia, los indígenas mostraron un alto nivel de
disciplina, determinación y estrategias de lucha”.
Tales
declaraciones contrasta por las brindadas durante los días que se dieron
los hechos por el propio Director de la Policía, Gustavo Pérez, y los
ministros Alma Cortés y José Raúl Mulino, así como por el Secretario
General del MITRADEL, Hernán García, quienes se refirieron a los
manifestantes como “indios borrachos, ignorantes y narcotizados”.
Según
Degracia, “los manifestantes eran mucho y se acercaban a sus escuadras
policiales por lo que hubo que lanzarles perdigones muy abajo contra el
suelo, sin intenciones de lastimarlos de gravedad”.
A propósito de esto, el escritor Guillermo Sánchez Borbón, escribió:
“Pero la obra maestra de esta sucesión de imbecilidades es la siguiente:”
“el
subcomisionado de la estación de Policía de Bocas del Toro, Didier de
Gracia, aseguró que los disparos llegaron a los ojos de los
manifestantes porque muchos se agachaban a recoger piedras o bombas,
muchas de ellas lacrimógenas para apagarlas en un tanque con agua, o que
se agachaban para cubrirse, lo que los ponía a nivel de los disparos de
la Policía”.
“O sea, que los abaleados son los únicos culpables por desquitarse de las balas, en vez de correr hacia ellas como machos”.
El
Sub comisionado Didier Degracia, y la Policía de Bocas del Toro, tienen
un largo prontuario de abusos y represiones. Por ejemplo, ha sido
denunciado por el desalojo forzoso contra el pueblo Naso para favorecer a
la empresa Ganadera Bocas, S.A., propiedad del empresario mafioso,
Mario Guardia.
La Policía disparó más de 300 bombas lacrimógenas contra unas 30 familias, incluidos niños, ancianos y mujeres.
“Los
dirigentes nasos Lupita Vargas y Emilia Gamarra, presentaron el 19 de
enero en el Ministerio Público de la ciudad de David, provincia de
Chiriquí, una denuncia penal contra el Gobernador y el Jefe de la
Policía de Bocas del Toro. La denuncia se da a dos meses del segundo
desalojo y destrucción de viviendas en la comunidad de San San Druy, los
abogados Julio Berríos y Rafael Benavides interpusieron una querella
penal por el delito de abuso de autoridad e infracción de deberes de los
servidores públicos, contra el Gobernador de la Provincia de Bocas del
Toro, Simón Becker, y el Jefe de la Zona Policial, el Sub-Comisionado
Didier De Gracia. Los demandantes solicitan la apertura de una
investigación criminal, la separación del cargo de los altos
funcionarios”.
Cuando fue jefe policial en Herrera, en marzo
de 2008, Degracia reprimió a productores de las provincias centrales con
bombas lacrimógenas, pues protestaban en la vía Interamericana en
Divisa.
El año pasado, la Policía de Bocas del Toro, dirigida
por Degracia, fue denunciada por el ciudadano, Norberto Hurtado Pinto,
quien estaba internado en el hospital de Changuinola, luego de recibir
golpiza que le propinó un sargento de la Policía Nacional de apellido
Beitía.
Indicó que le fracturó dos costillas, sangra por el riñón y tiene contusiones en la cabeza, brazos y piernas.
Durante
las protestas escenificadas durante la huelga bananera y general en
Bocas del Toro, según declaraciones de testigos que recoge la Estrella
de Panamá, se lanzó la siguiente orden:
‘En estos momentos, indio visto, indio detenido’, gritó el uniformado.
En
Bocas del Toro las unidades policiales actuaron con saña y brutalidad.
Apostaron francotiradores que disparaban balas contra manifestantes
desde edificios y helicópteros. Sin mediar orden judicial alguna,
efectuaron arrestos y allanamientos. Se llevaron a heridos y
ciudadanos inocentes de sus casas, hospitales y hasta de la Casa Cural.
Se asesinaron trabajadores y hasta niños. Más de 50 heridos quedarán
ciegos parcial o totalmente por la lluvia de perdigones recibidos en
sus rostros. Algunos de los muertos recibieron disparos a quemarropa.
Muchos de los heridos, incluido algunos de balas, una vez caían al
suelo fueron golpeados cobardemente. Se atacó a mansalva en áreas
residenciales.
Estas unidades policiales, muchas traídas de
otras partes del país, entre ellas miembros del Servicio Nacional de
Fronteras (SENAFRON), actuaron así, con tanta alevosía, pues antes de
partir a reprimir al pueblo se les comunicó que la Ley Chorizo (Ley 30),
les otorgaba impunidad en sus actuaciones.
Esta Ley ya había
sido denunciada porque brinda a los policías licencia para asesinar a
ciudadanos. La Policía, en ejercicio de sus funciones, puede actuar de
esta manera sin la preocupación de que sean encarcelados ni separados
de sus funciones por matar a panameños indefensos.
Fue una verdadera carnicería como narraron algunos testigos.
No
conforme con ello, se les ha abierto proceso a más de 240 ciudadanos,
en su mayoría indígenas y trabajadores detenidos y heridos durante la
cruel represión, a los que se les pretende victimiza doblemente.
El
Show de Didier Degracia del día de ayer, forma parte de un guión
elaborado desde la misma Presidencia con el fin de justificar la
represión y la persecución política, utilizando a su instrumento para
estos menesteres, el Ministerio Público.
Didier Degracia,
entre otros, debe ser llamado a los tribunales por los delitos de
violación a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.
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