1.
Los funestos medios de información –desgraciadamente también el de
Aristegui- dedican horas y horas a hablar de terrorismo de manera
parcial, es decir, sin analizar y denunciar sus causas. La aparición de
un coche-bomba los ha sobresaltado, pero los bombardeos sobre
Afganistán, Irak, la instalación de bases militares, los miles de
aviones con bombas, las armas nucleares monopolizadas por tres países,
el saqueo de pueblos, la represión, encarcelamiento y asesinatos contra
luchadores sociales, es para esas agencias informadoras empresariales,
“simples actos de justicia”. ¿No es terrorismo acaso que haya un Estado y
un gobierno que mantiene a la población en la miseria y el hambre y
ante sus protesta ordena que ejército y policía invadan el país con la
mayor violencia? Por favor no jodan, el llamado narcoterrorismo nació
del narcoEstado, de los funestos gobiernos, del Estado empresarial y
tiene bases en el desempleo y la miseria.
2.
Terrorismo –según el diccionario Larousse- es “un conjunto de actos
violentos cometidos por grupos revolucionarios, así como un régimen de
violencia instaurado por un gobierno”. Terror es “un miedo grande,
pavor, experimentar terror”. El terrorismo –como todo mundo sabe- tiene
una larguísima historia: desde el terrorismo de Estado, las gigantescas y
terroríficas guerras desatadas por los esclavistas, señores feudales y
poderosos capitalistas contra el pueblo para conquistarlo y someterlo,
hasta las últimas guerras mundiales, bombardeos e invasiones a países
débiles por los imperios más grandes del mundo. Durante toda esa
historia no hubo “coches-bombas”, pero el pueblo se defendió de
diferentes maneras: levantándose en armas como Espartaco, Canek, Tupac
Amaru o realizando atentados contra los explotadores asesinos. ¿Cómo
podrían entrar en “dialogo” si éste no ha existido en la realidad, fuera
de la demogogia?
3. ¿De qué carajos pueden
vivir las decenas de millones de seres humanos y sus familias que no
tienen trabajo desde hace 20 años o que laboran ocho horas para recibir
cuatro dólares que en México no alcanza ni siquiera para medio comer o
medio vivir, y que cuando protestan los pueblos son salvajemente
reprimidos? Esto no se soluciona, el narcotráfico no se acabará ni
siquiera matando a los principales líderes de los cárteles. Pero lo más
grave será cuando los malditos medios de información –por órdenes de los
gobiernos de México y de los EEUU- comiencen a decir de manera abierta
–exactamente como sucedió en Colombia- que la guerrilla, la izquierda
radical y el narcotráfico son lo mismo y por tanto tendrán que ser
bombardeados por aviones y helicópteros. Eso es lo que desde que se
firmó la funesta Iniciativa Mérida en 2007 hemos venido denunciando: la
“lucha contra el narcotráfico sólo es un pretexto”.
4.
El terrorismo de Estado es mil veces más violento, más destructivo y
aniquilador que un secuestro o un coche-bomba que tanta alarma ha
causado entre gobierno, empresarios e “intelectuales orgánicos”. ¿Será
más peligrosa la política de Irán, Corea del Norte y Brasil que quieren
entrar a la carrera nuclear para desarrollar más a sus países, que la de
los yanquis, Israel, Moscú, Reino Unido que poseen miles de cabezas y
bombas nucleares y quieren monopolizarlas? ¿Si no quieren la
nuclearización de otros países por qué no se desnuclearizan todos? Me
recuerda las declaraciones del maravilloso artista brasileño Chico
Buarque al defender la Amazonia que pertenece a su país: “Si la
Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada según
EEUU, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo
entero, el capital financiero de los países ricos, así como los museos
del mundo”.
5. Lo he dicho muchas veces en mi
columna: ¿Quieren realmente acabar con el narcotráfico y los
coches-bomba en México? Creen los 10 millones de empleos que hacen
falta, paguen salario mínimo de 10 dólares diarios, eviten que algún
funcionario cobre más de 40 dólares al día e impongan a los empresarios
un límite máximo de ingresos. Mientras este país siga siendo modelo de
corrupción y de desigualdad cada habitante de la nación tendrá las
justificaciones para lo que quiera. Si el ejército y la policía siguen
en las calles retando a narcotraficantes y provocando la muerte a más de
27 mil 100 pobladores, los coches bombas se incrementarán. En Lima,
Quito, Bogotá y Caracas, según pude constatar preguntando, los salarios
mínimos son el doble y un poco más que el de México. Cuatro dólares
diarios en México –que es el promedio de ingreso de la mayoría de los
trabajadores- es quizá el más bajo de América Latina; ¡increíble!
6.
El narcotráfico y el llamado terrorismo es un fenómeno internacional,
pero se ha manifestado con mayor claridad en los países donde los
gobiernos atacan el problema usando ejército y policías y dejando
intacta la desigualdad social. Con la excepción de muchos de sus jefes y
socios que pertenecen al gobierno, ejército y empresarios, el 95 por
ciento de los narcotraficantes es de origen campesinos, clase mediero y
del ejército. ¿Por qué no atacar el problema desde el lado social, es
decir, resolviendo los problemas de ingresos y retirando a las fuerzas
armadas provocadoras? En México han muerto hasta hoy 27 mil 100 (el
gobierno sólo reconoce más de 24 mil); pronto llegaremos a 40 mil si el
gobierno se niega a crear fuentes de trabajo y sigue contratando a miles
de campesinos miserables para meterlos al ejército. ¿O es que en algún
momento el mismo ejército se rebelará porque ya no quiere morir bajo las
balas del narco?
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/07/mexico-terrorismo-masivo-de-estado-y.html
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