Negros nubarrones se siguen acumulando sobre el cielo de los chilenos
los que parecen no vislumbrar la tormenta económica que se cierne sobre
ellos. Los débiles datos económicos de Estados Unidos y un desempleo de
dos dígitos, una Europa con enormes déficit fiscales y políticas
contractivas y el menor crecimiento de China le parecen asuntos lejanos y
ajenos La realidad parece no contar y en lo inmediato el sistema de
endeudamiento vía tarjetas de crédito los circunscribe a una burbuja
consumista e inmediatista en que todo parece estar solucionado. No
perciben que las campanas de la crisis que sigue su curso también
pudieran estar redoblando por nosotros.
Estos nubarrones
configuran en la economía internacional uno de los períodos más
difíciles desde la época de la posguerra, enmarcándose con una fuerza
alucinante en la teoría de las crisis capitalistas previstas por Marx.
Ya
antes de esta nueva situación de crisis de acuerdo con las proyecciones
del FMI el producto mundial caerá 2,6 % [1]; el volumen del comercio
internacional se contraerá en 12,2 % y los socios comerciales de Chile
experimentarán una caída en su nivel de actividad económica de 1,1 %.
Todas estas cifras así como se vislumbra el panorama deberán ser hoy
revisadas a la baja.
La economía chilena que es una de las más
abiertas del mundo con un 80 % de apertura (compárese con Estados unidos
que tiene un 28 % y Japón que tiene un 31 %), no puede estar inmune a
los efectos de la crisis económica global y si producto de la crisis
anterior generada en Estados Unidos sus exportaciones cayeron en un 14 %
Así son previsibles una caída en el precio de las exportaciones
producto de las menores expectativas de crecimiento lo que causará
además, reducciones significativas en el ingreso nacional, reducción en
la liquidez en los mercados locales por un aumento de las tasas de
interés, acorte de los plazos de endeudamiento y mayor estrictez en las
condiciones del crédito.
El gobierno de Piñera seguía asentando
el cumplimiento de su programa económico, después del terremoto, en que
los efectos del shock exterior del 2009 comenzaban a revertirse a través
de políticas fiscales coordinadas e implementadas por el Ministerio de
Hacienda y el Banco Central en el último gobierno de la Presidenta
Bachelet. No contaban con que la repetición de las crisis económica del
capitalismo siguen un curso cada vez más errático y de mayor
profundidad.
La economía chilena se ve, entonces, sometida a una
crisis externa de doble zambullida. Ya desde el cuarto trimestre del
2008 se aprecia en Chile una reducción de la actividad económica,
especialmente de la demanda interna, lo que ha debilitado el mercado
laboral y en la demanda interna que se contrajo en 9,2 % en el primer
semestre del 2009. A esto se le acopló una desaceleración de la
inversión y del consumo privado que evidenció una contracción de 1,9 %;
la Formación Bruta de Capital Fijo presentó un retroceso de 14,8 %
asociado a una menor inversión en maquinaria y equipo. La pregunta obvia
es ¿por qué la gente no percibió en toda su crudeza este obscuro
panorama? La respuesta tiene varias componentes principales, aunque no
únicas.
Primero la mantención de altos precios del cobre que
permitieron que las cotas ingresos fiscales se mantuvieran en un nivel
que permitieron maniobrabilidad y bases materiales para enfrentar los
problemas de liquidez e iniciar prácticas políticas de estímulo fiscal y
monetario, es decir, significativas políticas contracíclicas. El
gobierno de Bachelet inició un Programa de Estímulo Fiscal equivalente a
un 2,8 % del PIB del 2009. Con esto se inyectó recursos directamente al
bolsillo de las familias, generando un impulso al consumo para aminorar
los efectos de la crisis sobre la liquidez de las pequeñas empresas y
para estimular el empleo con la ampliación del presupuesto de inversión
pública otorgando subsidios al empleo juvenil, que si bien no resolvió
ni de lejos el alto desempleo juvenil, lo mantuvo en sus cotas de
arrastre, y por último alentó la inversión privada con rebajas
tributarias transitorias.
Estas medidas y otras adicionales al
Plan de Estímulo Fiscal como el fortalecimiento del crédito a
consumidores y a Pymes y la promoción de la competencia del sector
bancario permitieron capear la crisis y que no se sintiera el remezón en
toda su magnitud.
Los economistas del sistema crearon luego la
“sensación térmica” de que la economía global se estaría estabilizando
dejando atrás los peor de ella, sin embargo la codicia ha provocando en
el saco sin fondo de la economía capitalista otro enorme forado por el
que emergen incontenibles nuevos males: Datos de debilidad y alto
desempleo de dos dígitos ya en Estados Unidos, la posibilidad de un
menor crecimiento en China y una Europa acudiendo a las políticas
contractivas para salir del desastre.
Ante este panorama lo que
el gobierno debe resolver hoy es como contrarresta la crisis en
desarrollo con unos ingresos fiscales inferiores a los percibidos en el
año 2009. Las primeras señales alarmantes, desde luego post discusión
del salario mínimo, es si lo hará al estilo Chicago boys y/o Fondo
Monetario Internacional, es decir, restringiendo al máximo el gasto
fiscal y jibarizando todo lo posible los salarios o lo hará con
políticas contracíclicas que tiendan a fomentar el empleo y el poder
adquisitivo de la población.
Las políticas neoliberales tienden a
asentarse en la falsa tesis de que un incremento de los salarios
provoca desempleo cuando lo único cierto es que salarios bajos provocan
una menor demanda interna que junto a una menor inflación significan
menores niveles de recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y
menores Pagos Previsionales Mensuales (PPM), en otras palabras menores
ingresos de la caja fiscal lo que no permite financiar programas que
mejoren la distribución del ingreso, área en que Chile se encuentra
entre las peores del mundo.
La crisis en curso implica revisar
prácticamente todos los supuestos en que se basó el Presupuesto de la
Nación para el 2010. Ellos estaban basados en una incipiente
recuperación económica post crisis que llevaría a Chile a un crecimiento
del PIB de un 5 %; un crecimiento (El actual gobierno hablaba de un
crecimiento de 6 %) de la Demanda Interna de 6,9 % anual; precios del
cobre en torno a US $ 2, 66 dólares la libra como promedio anual;
variación del IPC diciembre a diciembre en torno al 2,8 % y un tipo de
cambio de $ 560 por dólar.
Sobre estos supuestos macroeconómicos
se estimó que el Gobierno Central consolidado obtendría ingresos por $
22.350.388 millones en 2010, un 16 % mayor que lo que se proyectó para
el 2009. Una primera señal de la posibilidad de una nueva realidad lo
dio el desplome del precio del cobre a 1.94 dólares por libra. (25 de
junio 2010) y el precio del dólar ronda los 540 pesos por dólar.
La
realidad reseñada está en jaque y deberá elegir entre elaborar un
Programa de financiamiento fiscal que posibilite un crecimiento de la
demanda interna que incide principalmente en una mayor recaudación de
impuestos o apegarse a las resoluciones del G-20 que han puesto una
lápida a los intereses populares sus respectivos países al buscar como
opción la reducción en un 50 % los déficit fiscales de aquí al año 2013
lo que significa la receta de la “austeridad”, naturalmente para los
trabajadores, con el desmantelamiento de la protección social y
reducción de los servicios públicos. Esto es una brutalidad en la fase
actual de la crisis con una demanda deprimida y altas tasas de
desempleo, pero es la respuesta neoliberal a sus propios desaciertos.
Por
lo menos para que no se llamen a engaño, en lo inmediato, las
soluciones del gobierno de Piñera son hasta este momento claras: alzar
el falso royalty hipotecando los intereses del país hasta el 2025 con
una inamovilidad tributaria que significará en el futuro próximo enormes
ganancias para las grandes mineras y un reajuste del salario mínimo que
dada la inflación esperada para el período será nulo o negativo; la
privatización de lo que queda del patrimonio social “para hacer caja” y
que cada cual se rasque con las uñas que le queden en una educación y
salud privatizadas.
fuente, vìa :
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=109694&titular=negros-nubarrones-sobre-la-econom%EDa-
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