“Todo sucedió muy rápido. Estábamos en el buque turco en que nueve
personas perdieron la vida... Se escucharon disparos... El primer
soldado hebreo que vi del comando Sayeret 13 vestía totalmente de negro,
su rostro cubierto con un pasamontañas negro, cargando todo un arsenal:
metralleta, flash ball, bomba de gas...”
PARÍS, 5 de junio (Proceso).- Yussef Benderbal se ve todavía bastante
tenso. Comenta:
“Nunca pensamos que los israelíes iban a disparar contra civiles. Nos
imaginamos que iban a querer inmovilizarnos en las aguas territoriales
de Gaza el lunes 31 de mayo por la mañana. En el peor de los casos
temíamos que dispararan contra nuestros barcos para dañarlos y
obligarnos a la retirada, como lo hicieron en otras ocasiones. Pero
nunca nos pasó por la mente que podían lanzar un ataque de tal violencia
en aguas internacionales”.
Benderbal, responsable de comunicación del Comité de Beneficiencia y
Socorro a los Palestinos (CBSP), una ONG francesa que lleva 20 años
ayudando a sobrevivir a la muy golpeada población de Gaza y a la de
Cisjordania; viajaba en uno de los barcos de la Flotilla de la Libertad
que fue asaltada por el comando de élite israelí Sayeret 13 en la
madrugada del 31 de mayo. Él continúa relatando:
“Yo estaba en el Spendova, barco griego de pasajeros en el que
viajaban otros cinco compañeros del CBSP y la llamada delegación VIP
(Very Important People), entre los cuales se encontraba Edward L. Peck,
exembajador de Estados Unidos, que se desempeñó también como director
del grupo de trabajo de la Casa Blanca sobre terrorismo durante la
presidencia de Ronald Reagan.
“En la noche del 30 de mayo los israelíes nos contactaron y nos
dijeron: ‘No avancen más. Si lo intentan, vamos a impedírselos’.
Navegábamos en aguas internacionales. Por supuesto que ningún barco
aceptó retroceder. Continuamos navegando. Se cortó toda comunicación con
los israelíes.”
Yussef Benderbal se quedó un rato en el puente del navío. Luego bajó
al comedor que se había convertido en sala de reuniones. Muchas personas
dormían en el piso. “No se trataba de un lindo crucero”, precisa
esbozando una sonrisa cansada. Prosigue su relato:
“De repente, a las cuatro y pico de la madrugada me inquieté. Volví a
subir al puente. Me encontré con Ahmed Umimum, compañero del CBSP. Me
dijo con una voz extraña: ‘Mira, ya llegaron. Van a asaltar al Mavi
Marmara’. De inmediato todo sucedió muy rápido. Estábamos cerca de ese
buque turco en el cual nueve personas perdieron la vida y decenas
resultaron heridas. Se veía relativamente iluminado. Logramos ver un
helicóptero, luego otro. Por todos lados llegaban poderosas lanchas
zodiac. Se escucharon disparos. Entendimos que algo grave estaba pasando
en ese buque, pero no tuvimos tiempo de pensar más porque el comando
israelí irrumpió en nuestro barco.”
Después de un breve silencio, Benderbal reconoce que se quedó
impactado cuando vio surgir al primer soldado hebreo del comando Sayeret
13. “Vestía totalmente de negro, su rostro cubierto con un pasamontañas
negro y cargado con todo un arsenal: metralleta, flash ball, bomba de
gas… Quedamos desconcertados. Perdí de vista a Ahmed. Mi cerebro
funcionaba a toda velocidad. Tenía dos posibilidades: esconderme (era
estúpido, pues de cualquier modo me habrían encontrado), correr (para
disimular las fotos y videos que había tomado, también era inútil, sabía
que iban a catear todo el barco)... Levanté las manos y me dirigí hacia
el soldado diciéndole: ‘We are pacifists!, We are pacifists!’ Quería
hablar con él... De nada sirvió. El soldado aullaba. Llegaron otros que
igualmente aullaban, a veces en inglés y otras en hebreo. Nos juntaron a
todos. Dispararon con sus flash balls. Hubo bastantes golpes. Más tarde
Ahmed me dijo que le habían destrozado la mandíbula”.
Extracto del reportaje que se publica en la edición 1753 de la
revista Proceso, ya en circulación.
fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/80057
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